Qué es y cómo cuidar un pie diabético

El pie diabético aparece cuando se tienen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que suceden con frecuencia en personas con diabetes. Descubre en este artículo todo lo que necesitas saber sobre el pie diabético: en qué consiste exactamente, sus causas, sus síntomas, cómo identificarlo y, sobre todo, cómo cuidarlo.

El pie diabético, como su nombre indica, suele aparecer en personas con diabetes, ya que pueden tener afectados varios órganos y sufrir alteraciones del sistema endocrino, circulatorio, nervioso periférico, oculares, renales, etc.

Estas alteraciones, llevadas al día a día de un diabético, pueden tener algunas consecuencias. Por ejemplo, un diabético puede acercarse a una fuente de calor, como un radiador, y no notar las señales de alarma de aumento de temperatura que podrían indicar que se está quemando. O puede ponerse unos zapatos nuevos que le rocen y el dolor de esa rozadura pasarle inadvertido.

Debido a esto, el pie de un diabético es una zona que debe vigilarse de manera especial para prevenir que aparezcan lesiones, y para ello en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre el pie diabético: en qué consiste exactamente, sus causas, sus síntomas, cómo identificarlo y, sobre todo, cómo cuidarlo.

Qué es un pie diabético

Un pie diabético es la consecuencia de un mal control de la diabetes, lo que produce una disminución en el riego sanguíneo (vasculopatía) y una afectación de los nervios (neuropatía), lo que afecta especialmente a las piernas y pies, aumentando las posibilidades de que aparezcan lesiones o ulceraciones en estas zonas y que el paciente ni se dé cuenta por la falta de sensibilidad asociada al azúcar alto en sangre (hiperglucemia).

¿Cuáles son los síntomas de un pie diabético?

Los principales síntomas asociados a este problema son los siguientes:

  • Pérdida de sensibilidad.

  • Dolor, incluso en reposo.

  • Sensación de hormigueo o calambres.

  • Hinchazón.

  • Sequedad.

  • Aparición de úlceras.

  • Falta de sudoración.

Identifica los signos rápidamente

Una manera sencilla de poder identificar si la persona a la que cuidas sufre de pie diabético, es observar y preguntar si presenta algunos de estos signos y síntomas:

  1. ¿Tiene a menudo hormigueo y calambres?

  2. ¿Tiene a menudo una ausencia de sensibilidad?

  3. ¿Alguna vez ha tenido heridas que no cicatrizan bien o se le han infectado?

  4. ¿Tiene o ha tenido alguna úlcera en la piel?

Úlceras en los pies diabéticos

Como hemos visto, el azúcar alto en sangre o hiperglucemia puede ocasionar lesiones en la piel, también conocidas como úlceras, que se producen habitualmente en las extremidades inferiores.

Esto es debido al deterioro de los nervios sensitivos, de modo que la piel se vuelve cada vez más frágil y cualquier pequeño trauma o roce se convierte en una lesión que, en vez de curar, va agravándose cada vez más.

Factores de riesgo

Además de la diabetes, los factores de riesgo que favorecen a que se desarrolle una úlcera o pie diabético son:

  • Ser mayor de 70 años.

  • Sufrir aislamiento social.

  • Tener una amputación previa.

  • Ser paciente con enfermedad vascular periférica.

  • Tener una mala regulación de la glucemia.

Cómo prevenir y cuidar de un pié diabético

Como siempre decimos, la mejor cura para cualquier dolencia o enfermedad es la prevención. Y para prevenir un pie diabético y sus posibles consecuencias, ya que puede derivar en amputación, es necesario minimizar las posibilidades de aparición de un pie diabético.

Así que aquí dejamos una serie de consejos para cuidar la piel, y en especial la de las extremidades, de una persona con diabetes:

  1. Controlar los niveles de glucosa en sangre.

  2. Realizar una inspección diaria de los pies para comprobar que no haya lesiones.

  3. Evitar cortar las uñas, es mejor limarlas.

  4. Acudir al podólogo cuando sea necesario y no cortarse uno mismo los callos.

  5. Comprobar la temperatura antes de meter los pies en agua demasiado fría o demasiado caliente.

  6. Usar calzado cómodo, a ser posible de piel, con suela de goma y poner apósitos en las zonas donde creas que pueden rozar.

  7. Si la persona diabética va a estrenar unos zapatos nuevos, mejor que no sea un día que tenga que andar mucho.

  8. Usar calcetines de algodón.

  9. Realizar una higiene diaria de la piel de los pies con un jabón suave y agua tibia.

  10. Secar por contacto (a toquecitos), evitando la fricción.

  11. Hidratar los pies pero no aplicar crema entre los dedos, ya que se podría macerar la piel.

  12. Tampoco está indicado el uso de polvos de talco.

  13. Evitar caminar descalzo.

  14. Revisar con la mano el interior de los zapatos por si hubiera rugosidades o imperfecciones que pudieran lastimar el pie.

  15. Elevar sus piernas cuando esté sentado.

  16. No usar calcetines ni medias apretadas.

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