Trastorno del sueño en cuidadores

Si existe un efecto reparador en nuestro cuerpo, ese es el que nos proporciona el descanso. Por ello, sobre todo en situaciones que pueden producirnos estrés queramos o no, como puede ser el acto de cuidar, se hace más necesario si cabe que respetemos el conocido mantra de las 8 horas mínimo de sueño.

Lo sabemos: la posición vigilante, las preocupaciones del día a día a las que se le suman el mantener a nuestro ser querido atendido no sólo como merece, sino incluso llegando a sobrecargar los cuidados… son factores que pueden llegar a alterar nuestro ciclo de descanso. ¿Cómo tratar y evitar esta situación?

Cómo evitar el trastorno del sueño en cuidadores

Ya lo dice la sabiduría popular: más vale prevenir que curar. Por ello ante todo, debemos evitar que se produzca un trastorno que nos mantenga durante el día con bajo rendimiento, cansados y de mal humor entre otros síntomas.

Para ello debemos primeramente concienciarnos de la importancia de un buen descanso para estar al 100% en nuestras tareas diarias, aparcar toda preocupación al momento de tocar la cama y evitar que malos pensamientos nos aborden minutos antes de comenzar la vigilia.

Si somos de los que nos cuesta arrancar el sueño, podemos ayudarnos de factores que lo faciliten, como la práctica de ejercicio físico durante el día y relajantes a la noche, o llevar una sana y correcta alimentación en la que no incluyamos bebidas estimulantes a partir de ciertas horas que puedan afectar a nuestro sueño ni cenas copiosas.

Cómo tratar el trastorno del sueño en cuidadores

¿Conocéis la higiene del sueño? Se trata de una serie de prácticas a llevar a cabo a la hora de dormir que nos permite facilitar el descanso sin la necesidad de tener que acudir a fármacos o tratamientos de choque.

• Dormir sin luz: prepara la habitación con persianas bajadas y cortinas echadas
• Colchón duro y almohada blanda: la cama es nuestro mejor tratamiento para el sueño. No dudes en invertir correctamente en una apropiada.
• Crea rutinas de sueño: acostarnos y levantarnos a una misma educa a nuestro cuerpo para que sepa cuándo debe descansar
• No leer, escuchar la radio ni ver la tele desde la cama: el ocio previo al sueño desestresa, pero cada cosa en su lugar, y la cama no es el indicado.
• Aprovecha algunos momentos al día para descansar cuando nuestra persona dependiente lo haga.

En definitiva, la clave está en permitirnos conocer nuestro cuerpo y manejar nuestra mente, controlar que ninguna situación nos supere y acudir a la ayuda de otros familiares, profesionales o practicar la asertividad en los cuidados cuando toque, porque no somos máquinas a las que conectar y desconectar, sino personas que también necesitamos de nuestros cuidados. Y tú querido lector, ¿cómo mantienes a raya los trastornos del sueño?