Tratar problemas de conducta y crisis

A veces el trato a una persona dependiente es como guiar una balsa por aguas desconocidas. Siempre pretendemos mantener el rumbo y nunca desestabilizarla, pero en ocasiones vienen momentos de “aguas bravas” en los que…

A veces el trato a una persona dependiente es como guiar una balsa por aguas desconocidas. Siempre pretendemos mantener el rumbo y nunca desestabilizarla, pero en ocasiones vienen momentos de “aguas bravas” en los que nos es complicado sobrellevar la situación. Son los momentos en los que nuestro querido dependiente más necesita que continuemos a su lado y enderecemos la situación.

Empatía y comprensión

Como cuidadores, podemos caer en la misma situación de crisis y pensar que, cómo con toda la atención que le prestamos, puede sufrir un ataque de exasperación. Precisamente porque podemos vernos en la misma situación en la que nos frustra lo que sucede a nuestro alrededor, debemos entender que es normal que haya días buenos y días malos, y que es en cómo gestionamos nuestras emociones y cómo nos sobreponemos y superamos juntos los malos momentos donde reside la satisfacción de nuestra labor.

Nunca evitar la comunicación

Es importante saber distinguir los momentos en los que el dependiente esté receptivo de los que no. Al momento de la crisis lo que necesita es desahogarse y una excesiva estimulación puede ser contraproducente. Pero una vez las aguas vuelvan a su cauce, debemos indagar en qué le ha producido ese ataque, conversar sobre lo sucedido y hacerle entender que estamos para ayudarle, no para tratarle.

Naturalidad es antónimo de sumisión

Una buena comunicación es cosa de dos partes. Debemos mostrarnos accesibles a querer comprender qué le ha llevado a cierta reacción alterada, pero también debemos hacerle comprender que a nosotros también nos afecta y nos desestabiliza esa actitud.

Una vez pasada la crisis hagámosle comprender que tampoco le gustaría vernos así y que por tanto debe intentar medir sus reacciones, ya que no benefician a nadie.

Busca ayuda

Si la situación de crisis se repite frecuentemente, alza la mano y pide ayuda a tu entorno. Otros familiares o profesionales te pueden echar una mano en la labor que sin duda entre más personas es más llevadera.

Si no es posible, que la frustración no se apodere de ti. Busca en momentos en los que puedas sociabilizar y te sirva de desahogo. Nunca olvides que como cuidador también necesitas tus cuidados.

Aborda la vuelta a la calma con estímulos

Hemos indicado naturalidad y comunicación como vitales. Es muy importante que el dependiente no sienta que hemos tomado distancia y para nosotros es muy importante recobrar el buen ambiente. Para ello, tras el desahogo no dudes en abordar una tarea cotidiana o lúdica que haga recuperar la buena sintonía entre ambos.

Recuerda que no hay culpables de estas situaciones y, sobre todo que en El Rincón del Cuidador tienes un altavoz para esos momentos en los que tú eres quien necesita el desahogo.

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