Problemas alimenticios en nuestros mayores

La alimentación de nuestros mayores y los posibles problemas asociados, son dos temas que nos interesan y mucho. Uno de los problemas que más nos preocupa en calidad de cuidadores de personas mayores, es la…

La alimentación de nuestros mayores y los posibles problemas asociados, son dos temas que nos interesan y mucho.

Uno de los problemas que más nos preocupa en calidad de cuidadores de personas mayores, es la pérdida del apetito, también denominado trastorno de hiporexia.

¿Recuerdas que ya hablamos de ello en un artículo anterior? Puedes volver a leerlo en este enlace.

Tal y como te comentábamos entonces, hacer que la presentación de los alimentos en el plato sean visualmente agradables, estar con nuestros mayores a la hora de comer, o añadir especias y condimentos que potencian el gusto, son algunos de los recursos que pueden ayudarnos.

La disfagia o dificultad para tragar es otro aspecto que como cuidadores debemos conocer. Si la persona que cuidas tiene disfagia a líquidos, la estrategia a seguir es modificar su consistencia añadiendo ingredientes que permitan que el alimento sea más espeso. Si la persona a la que cuidas tiene disfagia a sólidos, lo que tienes que hacer es modificar la textura sólida para que esta sea más líquida y parecida a un puré o triturado.

Es fundamental saber que los pacientes con disfagia degluten de forma pausada y lenta. Es muy común que el cuidador, por desconocimiento, utilice jeringas o pajitas en lugar de dar de comer con la cuchara. Esta práctica incorrecta, que puede parecer muy cómoda para el cuidador, está totalmente desaconsejada para el paciente dependiente ya que podemos provocarle que haga una bronco aspiración. De este modo, lo que se recomienda en estos casos es dedicar más tiempo del habitual al momento de la comida y tener paciencia.



Otro elemento que suele preocupar a los cuidadores es el de la adecuación de la dieta en pacientes con necesidades especiales. Nos referimos a personas que sufren hipertensión, diabetes, o tienen colesterol alto, por citarte algunos ejemplos. En general, se trata de tener muy claro que puede o que no puede comer la persona a la que cuidas y ser un poco creativo y original a la hora de preparar la comida. Imaginemos que tenemos a nuestro cargo a un paciente dependiente con hipertensión que no puede tomar sal. Para hacer los platos más atractivos podemos condimentarlos con pimienta, limón, orégano o otras especias.

Además de saber qué tipo de alimentos podemos ofrecer a nuestros mayores, es importante saber cómo darles de comer. Haremos del momento de la comida un hábito, intentando mantener horarios fijos. Buscaremos que nuestros mayores estén tranquilos y los sentaremos en la mesa siempre que sea posible. Con los pacientes encamados o dependientes, es importante ponerlos erguidos en la cama y con la espalda bien recta para evitar las bronco aspiraciones.

Esperamos haberte dado unas pautas generales y haber aclarado tus dudas.

Antes de despedirnos queremos recordarte que cada persona tiene unas necesidades alimenticias propias.

Los que mejor conocen estas necesidades son los profesionales de la salud que te acompañan en este proceso del cuidado, así que no dudes en preguntar a tu médico o enfermera de atención primaria.


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