Vínculos familiares y cuidados

El vínculo es algo fundamental en los cuidados a un dependiente o anciano. Si algo tenemos claro como cuidadores es que todo mimo no es posible si no se tiene o se desarrolla un cariño…

El vínculo es algo fundamental en los cuidados a un dependiente o anciano. Si algo tenemos claro como cuidadores es que todo mimo no es posible si no se tiene o se desarrolla un cariño especial hacia la persona. Este cariño es innato en el caso de ser un familiar quien se quede a cargo de la persona dependiente pero, ¿Es igual en todos los parientes?

Pareja e hijos: el gran tesoro

En el caso de que el cuidador tenga un vínculo directo con la persona dependiente, caso que ocurre con parejas e hijos, debemos tener bien presente que los cuidados no se deben a una obligación ni deben afrontarse como un deber moral: los cuidados forman parte del cariño y el respeto que de propia naturaleza se le brinda a este vínculo.

No le debemos más a nuestro padre o madre por ser nuestros progenitores, ni a nuestra pareja por serla, sino por estar siempre a nuestro lado durante años y años, y de forma naturalmente recíproca nosotros seguimos a su lado. Es por ello por lo que ambos vínculos (pareja e hijos) suelen ser la primera opción pero que, en el caso de no poder dedicarles un 100% de la relación, no debe suponer un problema “delegar”.

Lo más importante en estos casos es que en ningún momento se hable de la acción cuidadora como “carga” o sobreesfuerzo, sino como relación familiar sin más

Por otra parte, nadie como un hijo o una pareja para conocer manías y sobrellevarlas, saber qué es lo que más le conviene al dependiente, con qué disfruta y otras peculiaridades que pueden hacer más llevaderos los cuidados que dejarlos en manos de otra persona.

Nueras y yernos: parte del núcleo familiar

La familia no acaba con el vínculo directo. Existe otras ramas como las pertenecientes a los yernos y las nueras donde hablamos de personas que han decidido y han demostrado ser parte de nuestra estirpe, por tanto, merecen el mismo tratamiento a la hora de que sean ellos los que quieran participar del amor de sus hijos por sus padres.

En ocasiones, debido a que los hijos no puedan hacerse cargo de sus padres dependientes, delegan en sus propias parejas que con mucho gusto continúan sus cuidados como si fueran un hijo más. Nuevamente alegamos a la voluntad propia de este miembro de la familia como la clave para que esta relación de unidad se pueda mantener siempre inquebrantable, así como un mayor apoyo del hijo a cuidador y dependiente en momentos en el que ambos puedan flaquear.

Otros parientes y vínculos fuertes

Otros familiares como hermanos o conocidos de la familia desde hace años, pueden servir de fuertes pilares para el dependiente de igual forma que en los casos anteriormente descritos. No obstante, sea quien sea el cuidador de la rama familiar se debe tener en cuenta que la situación de dependencia es algo complejo, necesita mucha dedicación y que no siempre se afronta de la mejor forma posible por ambas partes, por lo que al cambiar del rol familiar al de cuidador, pueden verse trastocadas las relaciones, sin que ello sea un impedimento para saber que el amor que siente el dependiente por su cuidador y viceversa, va más allá de una simple relación sanguínea.

No obstante, sea el tipo de cuidador que seas, nunca olvides que en espacios como El Rincón del Cuidador®, siempre vas a tener a tu disposición el apoyo necesario y las herramientas para que la persona a la que estés al cargo te haga sentir como un verdadero hijo.

vinculos familiares

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