La soledad del cuidador

El cuidador de personas dependientes y ancianas puede llegar a desarrollar una sensación de aislamiento con el resto de su entorno. Es tal el mimo y la atención que presta a la persona a su…

El cuidador de personas dependientes y ancianas puede llegar a desarrollar una sensación de aislamiento con el resto de su entorno. Es tal el mimo y la atención que presta a la persona a su cargo que en ocasiones resulta un trabajo que lo abarca todo, hasta las relaciones con su entorno social.

Aprender a convivir con la soledad

Tener un sentimiento de soledad no significa permanecer aislado físicamente. La soledad puede ser también la percepción de que las relaciones sociales no son satisfactorias.

El principal problema con el que se encuentran los cuidadores a la hora de sentirse solos es que cuando se relacionan con su entorno, no se encuentran cómodos pensando que están faltando a sus obligaciones como cuidador, o que la otra persona puede sentirse frustrada ante su problemática diaria y no entablar la relación desde la naturalidad.

El cuidador por tanto, se puede llegar a aislar voluntariamente sin estar obligado a ello. Es en este momento donde debe llegar a un estado de aceptación de la soledad como algo temporal, pero no a una imposición: sentirnos a gusto con nosotros mismos en todo instante, con o sin compañía.

No te obligues a entablar relaciones cuando no te sientas capacitado, pero tampoco te cierres a ello. Simplemente encuentra el tiempo adecuado. Escúchate y date en cada momento lo que necesitas.

Pensar en la soledad como una opción

Debemos pensar en la soledad como una opción personal, un tiempo de encuentro y reflexión con nosotros mismos, y a la par buscar otras formas de desconexión que nos reconforten.

Mientras dure este sentimiento pasajero, deben existir momentos durante el día en el que reconciliarte contigo mismo y regalarte el tiempo que mereces por la tremenda y reconfortante labor que emprendes cada día.

No busques la soledad si no quieres, jamás estarás solo

Recuerda que a día de hoy es más complicado estar solos que rodeados de gente. Busca un grupo que no sólo comprenda por lo que estás pasando, sino que lo viva.

Existen muchos espacios donde abordar de forma positiva la soledad del cuidador. Desde asociaciones hasta grupos de ayuda son frecuentes para sobrellevar la importante carga de atender a una persona dependiente.

Esta terapia contra la soledad se debe entender como parte del trabajo del cuidador: el dependiente necesita que la persona a su cargo se sienta bien consigo mismo para hacerlo sentir bien a él, por tanto, no dudes ni un segundo en reconciliarte con tus sentimientos sociales y que todas estas reflexiones finalicen en aprender de ti mismo.

Y recuerda que en El Rincón del Cuidador tienes una gran comunidad de cuidadores en la misma situación que tú. Comparte con nosotros tu propia experiencia, estamos para escucharte.

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