Cómo reaccionar a cambios de comportamiento en ancianos

Los cambios de comportamiento, humor y personalidad, obsesiones, trastornos de conducta...suelen ser comunes en la vejez. Te damos consejos para que puedas lidiar y actuar ante los cambios de comportamiento en el adulto mayor

Conforme nos vamos haciendo mayores nuestros hábitos y costumbres cambian, al igual que nuestro comportamiento. Al convivir con personas mayores debemos estar preparados para presenciar, afrontar e incluso acompañarles en todos los cambios de comportamiento propios de los ancianos.

Es importante no juzgarle en vano, él o ella no tiene por qué tener la culpa de estos cambios de comportamiento. Recordemos siempre que un comportamiento puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, público u oculto, en función del contexto y circunstancias en las que se dé.


Los comportamientos pueden ser conscientes o inconscientes, voluntarios o involuntarios y públicos u ocultos.

Es lógico que una nueva etapa vital conlleve unos cambios de comportamiento en los ancianos, se trata de laadaptación a la vejez. La adaptación al medio es un impulso básico que se da en todas las etapas. La tercera edad no es ninguna excepción, eso sí, posiblemente será la adaptación más complicada. Al tratarse de la última etapa de la vida supone un medio bastante hostil en el quelas capacidades personales se van reduciendo paulatinamente, dando paso a diversas demenciascomo puede ser el Alzheimer.

Para ello, la Alzheimer’s Association ha elaborado una lista de 10 síntomas del Alzheimer y otras demencias. Conocerlas nos ayudará a comprender mejor a nuestros ancianos y acompañarlos en estos cambios de comportamiento.

Los cambios de comportamiento en personas mayores más comunes

Pérdidas de memoria

Posiblemente éste sea el síntoma más común en las demencias de la tercera edad. Se olvida la información recién aprendida, las fechas importantes, se pregunta por lo mismo en reiteradas ocasiones… Como familiares o cuidadores debemos servir al anciano como recordatorio constante de aquello que ha olvidado, manteniendo siempre la paciencia y repitiendo la información tanto como sea preciso.

Olvidar lo recién aprendido pero recordar lo que sucedió hace 50 años suele ser un síntoma común en la tercera edad

Dificultad para resolver problemas

También se suele dar una pérdida de las habilidades de planificación y cálculo. Tareas que hasta ahora resultaban sencillas como sumar o restar en el supermercado o seguir una receta de cocina paso a paso pueden convertirse en un auténtico reto.

Dificultad para desempeñar tareas cotidianas

Con la aparición del Alzheimer y demás demencias similares el anciano pierde la capacidad de realizar algunas tareas cotidianas. Quizás olvidó las reglas de aquel juego de cartas o ya no sabe cómo encender el horno, por lo que el rol del cuidador adquiere un valor incalculable para él.

Desorientación de tiempo y lugar

Otro signo propio del Alzheimer es la desubicación temporal y espacial. El anciano pierde la noción del tiempo y no sabe con certeza en qué día de la semana o estación del año está. Lo mismo sucede con el espacio, olvidándose de donde se encuentran o cómo llegaron hasta ese punto.

El crecimiento en la incidencia de demencia en ancianos ha llevado a la innovación de localizadores especialmente diseñados para ellos. Estos dispositivos se han convertido en herramientas esenciales para garantizar su seguridad, permitiendo a familiares y cuidadores rastrear sus movimientos y evitar desapariciones. La tranquilidad que proporcionan estos localizadores es inigualable, siendo su uso ampliamente recomendado y adoptado por un número creciente de personas.

Problemas en la vista

En algunos casos la vista también se suele ver afectada. Grandes dificultades para leer, incapacidad para calcular distancias o identificar colores… son algunos de los problemas visuales que pueden derivar del Alzheimer. Es importante identificar estos cambios a tiempo para abandonar ciertos hábitos como la conducción, que podrían resultar peligrosos.

Problemas con el lenguaje

También se pueden desarrollar dificultades en la expresión oral y escrita. Puede ser que el anciano pierda la capacidad de desarrollar un discurso coherente de principio a fin, quedándose en blanco en medio de una conversación o repitiendo constantemente la misma idea. También puede darse una dificultad en la búsqueda de las palabras adecuadas, limitando notablemente su vocabulario y capacidad expresiva.

Las demencias de la tercera edad suelen reducir la capacidad expresiva del individuo. Repitiendo siempre la misma idea o no pudiendo dar con la palabra exacta

Extraviar objetos

Otro síntoma recurrente es el de mover las cosas de sitio. Cuando utilizan un objeto olvidan colocarlo de nuevo en su sitio. Así que la próxima vez no lo pueden encontrar. Cuando esto sucede ya a menudo, es posible que sospechen que alguien les está robando.

Perdida del juicio

Su capacidad para razonar o fijarse en las cosas importantes también se suele ver disminuida. En este punto puede suceder que no valoren en absoluto la labor de su cuidador o que se olviden de su aseo personal por ejemplo.

Pérdida de iniciativa para actividades sociales

Un enfermo de Alzheimer también suele perder la iniciativa para participar en sus actividades sociales y pasatiempos habituales. Es comprensible, puede ser que ya no entienda cómo realizar ese pasatiempo o que no sepa cómo relacionarse con aquellos amigos. Los cambios internos que está experimentando suelen conducirle a un aislamiento inevitable. Como cuidador es importante tratar de mantenerlo animado y con motivación hacia sus aficiones e intereses.

Cambios de humor y personalidad en ancianos

Era de esperar que todos estos cambios condujesen a un más que probable cambio de personalidad. El anciano puede encontrarse desorientado, incomprendido, deprimido, aislado, enfadado, pesimista, insoportable, desagradecido… Esto puede conducir a cambios drásticos de humor que afectarán directamente a su entorno. Es común que se den casos de ira en los ancianos y es importante que el cuidador sepa como gestionarlo.

Cómo tratar los trastornos de conducta de personas mayores

Los expertos en conducta, psicólogos y en comunicación han dado pautas sobre la demencia y los cambios de comportamiento en ancianos ya que su aparición provoca problemas entre la persona dependiente y el cuidador.

Cuando los trastornos o la demencia senilaparecen, los expertos señalan que en las personas dependientes mayores, la comunicación se va transformando y con ello su comportamiento y el propio de los cuidadores.

Cómo todos sabéis, la relación entre cuidador y dependiente pasa por diferentes etapas, es una relación bidireccional y estos cambios hacen que esa relación se vea afectada negativamente.

Los doctores, psicólogos y expertos en comunicación reconocen la dureza de la situación y recomiendan armarse de paciencia, señalan que los cuidadores deben estar preparados y ser conscientes de una serie de puntos a tener en cuenta en la comunicación:

  • Necesidad de repetir una misma cosa muchas veces.
  • Evitar el uso de frases, palabras o manera que el dependiente pueda pensar que sean amenazas.
  • Controlar nuestras emociones propias.
  • Ser capaces de detectar las emociones de quien está a nuestro cargo.

Aprender a leer las emociones de una persona con demencia senil

Los expertos señalan que, en momentos más avanzados de los trastornos, los cuidadores deben aprender a leer las emociones de la persona dependiente, ya que tener esta capacidad se acabará convirtiendo en una herramienta muy útil para poder sobrellevar el día a día. Hay que prestar especial atención a los gestos, a sus miradas y estar atentos a cómo reaccionan a los diferentes estímulos, y siempre intentar mantener el tono de la comunicación suave.

Unas técnicas muy útiles para controlar el comportamiento durante los trastornos que los psicopedagogos recomiendan es potenciar la comunicación a través de los recuerdos del dependiente, que traten de contar sus historias, sus recuerdos, el uso de fotografías u objetos de valor emocional sin duda, ayudan a conectar con ellos además de mostrar un cariño especial hacía ellos.

Como cuidador recuerda que nuestra labor dista del mero cuidado físico, debemos comprender estos cambios internos de la persona mayor y acompañarlo a lo largo del proceso. Por mucho que en ocasiones no se nos muestre gratitud o valoración alguna por su parte, recuerda: él o ella nos necesitan más que nunca.

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