¿Cómo reducir la carga del cuidador?

Os hemos dado información relacionada sobre cómo medir el nivel sobrecarga de un cuidador no profesional que tiene a su cargo una persona dependiente o con demencia. Por un lado, hemos facilitado realizar el test…

Os hemos dado información relacionada sobre cómo medir el nivel sobrecarga de un cuidador no profesional que tiene a su cargo una persona dependiente o con demencia senil. Por un lado, hemos facilitado realizar el test de Zarit así como poder detectar y reconocer los principales signos de estrés.

En esta ocasión, queremos darte unos consejos de cómo llegar a reducir la carga de un cuidador no profesional.

1. Tener información y comprensión

Es conocido, desde la infancia, el hecho de que todo aquello desconocido genera estrés como norma. No tener claro lo que pasará después, nos hace sentir inquietos. Por eso, la gran mayoría de cuidadores sienten que necesitan más información. Especialmente sobre todo aquello que rodea a los pacientes dependientes que tienen a su cargo, para poder tener claro el plan de actuación en cada momento. Por ejemplo, el cuidador no profesional necesita conocer sobre:

  • Temas relacionados con la provisión de cuidados
  • Cómo garantizar la seguridad de su familiar
  • Encontrar tiempo para cuidar de sí mismos
  • Información sobre la propia enfermedad del paciente dependiente: las probabilidades de que vuelva a producirse un ictus y la formación en el cuidado de su ser querido.
  • Información sobre el derecho a prestaciones económicas y servicios locales como la ley de dependencia y el convenio para cuidadores no profesionales.

La comunicación con el cuidador es muy importante para establecer las áreas de necesidad.

2. Tener control y minimizar la imprevisibilidad

Los cuidadores no profesionales, a menudo, tienen dificultades en como gestionar la relación con los cuidadores profesionales. Es difícil para ellos dejar al paciente dependiente, su ser querido, en algunos momentos del día, al cuidado de otra persona que no sean ellos mismos. Son situaciones normales al principio, donde se genera sensación de perder el control e inseguridad para el cuidador no profesional. Se debe trabajar la relación de confianza con ese cuidador profesional y encontrar la persona más adecuada para nuestro paciente dependiente.

Debido a esta posible falta de confianza, los familiares, como cuidadores no profesionales, a menudo no pueden llevar a cabo muchas actividades cotidianas, por ejemplo:

  • Ir a trabajar
  • Ir a comprar
  • Realizar otras tareas domésticas

Por otro lado, algunos cuidadores no profesionales dicen que, aunque salgan para poder recargar pilas, se genera sensación de culpabilidad. Esta viene dada por pensar que solo ellos saben cuál es la mejor manera de cuidador del paciente dependiente.

Recordemos que es muy importante poder disponer de alguien, en algún momento del día, que nos pueda echar un cable para que nos permita poder disponer de un momento para nosotros mismos. Es aconsejable que ese momento del día pueda ser el mismo para minimizar los imprevistos y generar una rutina tanto para el paciente dependiente, el cuidador no profesional y el cuidador profesional.

3. Ofrecer el cuidado que el ser querido o persona dependiente necesita

En ocasiones, los cuidadores no profesionales, sienten que no pueden proporcionar el cuidado que su ser querido necesitaba, como, por ejemplo:

  • Ayudarle a levantarse tras una caída
  • Cambiar la ropa de la cama del paciente dependiente sin ayuda
  • La gestión de la incontinencia
  • Los traslados de la cama a la silla y viceversa

Es fundamental proporcionar formación a los cuidadores no profesionales. Especialmente sobre temas relacionados con protocolos de cuidados de pacientes encamados, protocolos de higiene e intervenciones de emergencia.

Las intervenciones que cada paciente dependiente requiere sin duda se deben personalizar para la situación particular del cuidador y del paciente dependiente. Esto incluye la formación en todas las temáticas necesarias como el proceso de la enfermedad, los signos y síntomas, las expectativas de recuperación, la medicación, el cuidado personal y la sustitución temporal.

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