Dolor crónico en el cuidador

Desde el Rincón del Cuidador© insistimos frecuentemente en la necesidad como cuidadores de saber atender a las señales que nos envía nuestro cuerpo, a gestionar emociones y sensaciones causadas por la entrega en nuestro desempeño. …

Desde el Rincón del Cuidador© insistimos frecuentemente en la necesidad como cuidadores de saber atender a las señales que nos envía nuestro cuerpo, a gestionar emociones y sensaciones causadas por la entrega en nuestro desempeño.

Cuidar es una labor muy grata, que nunca se debe asociar al dolor. Por ello, su aparición de forma crónica nos obliga a reflexionar, a revisar qué no funciona y a no tener miedo a pedir ayuda si es necesario.

Dolor crónico físico

Sobre todo en los cuidados de personas con movilidad reducida, tendemos a adaptarnos a sus ritmos cayendo en un peligroso sedentarismo. Por otra parte, la pérdida de autonomía nos puede llevar a renunciar a prácticas dentro de nuestro ocio como el deporte.

Estos dos malos hábitos que debemos evitar, traen consigo dolores contracturales, articulares, cansancio y otros males a los que poner solución.

Dolor crónico psíquico

Este dolor es el que mayor nos tiene que hacer reflexionar sobre nuestra situación para evitar el síndrome burn out. Viene producido cuando el hecho de cuidar nos supera por alguna razón (pérdida de libertad, renuncia a nuestro tiempo libre, estrés emocional, no superar el cambio de rol etc.) y trae consigo malestar como la ansiedad, depresión, insomnio etc.

Recuerda que es totalmente natural que haya momentos en los que sientas presión ante el acto de cuidar. No dudes en pedir ayuda a tu entorno y a detectar qué te produce ese pesar para darle solución. ¿Recuerdas que de la tristeza también se puede aprender?

Cómo combatir el dolor

  • Nunca renuncies al deporte: es una actividad perfecta para el ocio y la desconexión, además de aportar beneficios directos tanto a la salud física como mental.
  • Integra el ejercicio en los cuidados: introduciendo pequeñas actividades de ejercitación que nuestro dependiente pueda realizar (paseos, higiene postural) beneficiaremos a nuestra persona dependiente y a nosotros escapando del sedentarismo durante el cuidado.
  • Delega cuando sea oportuno: recuerda el concepto de asertividad. La obligación no forma parte de tu inestimable desempeño.
  • Pon tus propios límites a los cuidados: si la persona dependiente puede ser bien atendida por otro familiar o puedes fomentar su autonomía, no dudes en tomarte descansos de la tarea del cuidado.

Confírmanos cuidador, ¿Tienes presente que lo primero antes de cuidar, es sentirnos bien con nosotros mismos?, ¿Cómo te enfrentas a tus dolores?

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