Qué es la prostatitis y cómo tratarla eficazmente

En este post vamos a hablar sobre uno de los problemas de próstata más comunes: la prostatitis, una inflamación de la próstata que, al ejercer presión en la uretra, en algunos casos puede producir dolor y pérdidas de orina.

La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino, del tamaño de una nuez, situada debajo de la vejiga y rodeando la uretra. Su función principal es producir parte del líquido seminal y controlar la liberación de orina durante el coito. Con la edad, puede aumentar de tamaño y ejercer presión sobre la uretra, provocando pérdidas de orina, especialmente en casos de hiperplasia benigna de próstata. Afortunadamente, existen absorbentes adecuados que ayudan a mantener la comodidad y seguridad diaria.

¿Qué es la prostatitis?

La prostatitis es una hinchazón e inflamación de la glándula prostática, normalmente causada por una infección bacteriana de la vejiga o de la uretra.
La duración de la prostatitis varía dependiendo de su tipo. La prostatitis bacteriana aguda suele resolverse en pocas semanas con el tratamiento adecuado, mientras que la prostatitis bacteriana crónica puede persistir durante varios meses e incluso volverse recurrente. En el caso de la prostatitis abacteriana o síndrome de dolor pélvico crónico, los síntomas pueden ser intermitentes o prolongarse de manera indefinida, afectando de forma significativa la calidad de vida si no se maneja correctamente.

 

Síntomas de la prostatitis

Entre los síntomas de próstata inflamada más comunes que pueden ayudarte a identificar este problema están:
Pequeños escapes de orina

  • Dificultad para empezar a orinar
  • Ganas de orinar y no poder u orinar poco
  • Sensación de no poder aguantar las ganas de orinar
  • Poca presión o fuerza al orinar
  • Orinar muchas veces pero poca cantidad
  • Goteo después de orinar
  • Necesidad imperante y frecuente de orinar
  • Dolor al orinar 
  • Orina turbia
  • Mal olor de la orina
  • Pinchazos en el pene, los testículos, el abdomen, la ingle o la espalda lumbar
  • Escozor en la uretra
  • Dolor entre el escroto y el recto 
  • Pérdida total o parcial de la erección
  • Escozor al eyacular
  • Sangre en la orina o en el semen

La próstata inflamada casi siempre se suele traducir en problemas al orinar o en las relaciones sexuales, por lo que si detectas cualquier anomalía en estas situaciones te recomendamos consultarlo con tu médico.

Síntomas neuropáticos de la prostatitis

Pinchazos en próstata, pene o uretra

Esta molestia puede deberse a la inflamación de los tejidos o a irritaciones del tracto urinario. Los pinchazos pueden aparecer al orinar, después de la eyaculación o de forma espontánea, y son más comunes en casos de prostatitis crónica o síndrome de dolor pélvico crónico.

 

¿Cuáles son las causas de la prostatitis?

Existen varios factores de riesgo que pueden originar la sintomatología de la prostatitis:

 

  • Estrechamiento de la uretra, el cuello o la pared de la vejiga, produciendo un bloqueo del flujo de la orina que provoca que las bacterias propias de la orina se filtren hacia el interior de la glándula prostática
  • Entrada de gérmenes a la próstata
  • Imposibilidad de retraer el prepucio (fimosis)
  • Lesión en la zona entre el escroto y el ano o traumatismo pélvico
  • Haberse realizado una cistoscopia o biopsia de próstata
  • Usar una sonda urinaria
  • Ser portador del VIH, clamidia o gonorrea

 

Tipos de prostatitis

Según la causa, la prostatitis puede aparecer de manera gradual o repentina; puede ser de origen bacteriano o no bacteriano; Y es que las causas de la prostatitis, como ya hemos visto, son muy diversas. Aunque en la mayoría de los casos la inflamación de la próstata está causada por una infección bacteriana, existen varios tipos de prostatitis:

 

 

Prostatitis bacteriana aguda

La prostatitis bacteriana aguda es provocada generalmente por cepas comunes de bacterias, que provocan una infección y esta a su vez conlleva la inflamación de la glándula prostática. En estos casos, pueden presentarse otros síntomas como fiebre, escalofríos, dolor muscular y malestar general.

 

Una de las causas más comunes de esta infección es cuando se produce un bloqueo del flujo de la orina y los agentes patógenos presentes en ella se filtran en la próstata, provocando la reacción del sistema inmunitario.

Otra causa suele ser la entrada de otros gérmenes a la próstata propiciada por varias razones, como la imposibilidad de retraer el prepucio, haberse realizado una cistoscopia o biopsia de próstata, o usar una sonda urinaria.

También pueden originar este tipo de inflamación algunas infecciones de transmisión sexual (ITS), como VIH, clamidia o gonorrea.

 

Prostatitis bacteriana crónica

La prostatitis bacteriana crónica es una inflamación persistente de la glándula prostática causada por bacterias que no se han eliminado completamente tras una infección aguda. Entre las bacterias más comunes implicadas están. Escherichia coli, Klebsiella, Proteus y otros gérmenes intestinales.

 

Factores de riesgo:

  •  Infecciones urinarias repetidas
  • Obstrucción del flujo urinario 
  • Uso prolongado de sondas urinarias
  • Antecedentes de procedimientos médicos como cistoscopias o biopsias prostáticas



Posibles complicaciones:

  • Infecciones urinarias recurrentes
  • Formación de abscesos prostáticos
  • Problemas de fertilidad
  • Afectación significativa de la calidad de vida debido al dolor crónico y las molestias urinarias

Esta forma de prostatitis puede ser difícil de tratar y, en ocasiones, requiere tratamientos antibióticos prolongados junto con medidas de apoyo como fisioterapia pélvica o medicamentos antiinflamatorios.

Prostatitis abacteriana

La prostatitis abacteriana, también conocida como síndrome del dolor pélvico crónico (SDPC), es una irritación de la próstata que no está causada por bacterias. Sus orígenes pueden estar relacionados con una lesión nerviosa en las vías urinarias inferiores (por cirugía o traumatismo), así como por estrés o tensión muscular que afecta al suelo pélvico.

Los síntomas principales incluyen dolor pélvico persistente, molestias al orinar, dolor durante la eyaculación y sensación de presión en la zona perineal. A diferencia de la prostatitis bacteriana, en este caso no se detectan infecciones en los análisis.

El tratamiento depende de si hay inflamación presente. Cuando existe inflamación, se recurre a medicamentos antiinflamatorios, ondas de choque de baja intensidad y/o fisioterapia pélvica. Si no hay inflamación, el enfoque pasa por analgésicos, relajantes musculares y cambios en el estilo de vida, como incorporar ejercicio regular y una dieta equilibrada. En todos los casos, el manejo del estrés es clave para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Prostatitis crónica (síndrome de dolor pélvico crónico)

La prostatitis crónica, también conocida como síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC), se caracteriza por dolor pélvico persistente durante más de tres meses sin evidencia de infección bacteriana. Sus síntomas incluyen molestias en el perineo, la vejiga o los genitales, dificultad para orinar y dolor durante la eyaculación. Su origen no está claro, pero puede estar relacionado con inflamación, disfunción muscular o alteraciones neurológicas. El tratamiento suele combinar fisioterapia del suelo pélvico, medicación para el dolor y técnicas de manejo del estrés.

Prostatitis inflamatoria asintomática

Este tipo de prostatitis se caracteriza por la presencia de inflamación en la próstata sin síntomas evidentes. Suele detectarse de manera casual durante exámenes médicos por otros motivos, como análisis de fertilidad o de PSA (antígeno prostático específico). No requiere tratamiento específico salvo que haya indicaciones clínicas, pero es importante un seguimiento médico regular para descartar problemas mayores, como una infección crónica o cambios en la salud prostática.

Prostatitis por estrés

El estrés físico o psicológico puede desencadenar o agravar síntomas prostáticos debido a la tensión crónica en los músculos del suelo pélvico o a la liberación de sustancias inflamatorias. Los hombres con prostatitis por estrés suelen presentar dolor pélvico, alteraciones urinarias y molestias sexuales, similares a otros tipos de prostatitis no bacteriana. El tratamiento se enfoca en controlar el estrés mediante terapia psicológica, relajación muscular y cambios en el estilo de vida, incluyendo ejercicio regular y técnicas de mindfulness

¿Quién puede padecerlo?

Los diferentes tipos de prostatitis pueden estar causados por factores muy diversos. Por lo que cualquier hombre tiene la posibilidad de padecer algún tipo de prostatitis a lo largo de su vida.
Aunque es muy poco común antes de la adolescencia, representa la problemática más frecuente entre los varones de más de 20 años. Sin embargo, los hombres de más de 50 años que sufren hiperplasia benigna de próstata presentan un mayor riesgo de sufrir prostatitis, ya que en estos casos la glándula prostática puede llegar a obstruirse y esto facilita la proliferación de bacterias infecciosas.

¿Cómo se diagnostica la prostatitis?

El diagnóstico de la prostatitis se puede realizar a través de varios métodos:

  • Exploración
  • Sedimento y cultivo de orina
  • Cultivo de semen
  • Ecografía transrectal
  • Citología exfoliativa prostática
  • Estudio analítico en sangre
  • Biopsia prostática

Tratamiento de la prostatitis

Una buena higiene genital siempre es recomendable para evitar que las bacterias se extiendan a la próstata y provoquen una infección y su consecuente inflamación.

En el caso de la prostatitis bacteriana se trata con antibióticos y lo que variará será la duración del tratamiento, pudiendo alargarse desde las 2 semanas hasta los 3 meses, según el caso.

En cualquier caso, otros remedios caseros que pueden ayudar si sufres prostatitis son:

  • Beber entre dos y cuatro litros de agua al día
  • Orinar con frecuencia
  • Realizar baños de agua tibia
  • Tomar ablandadores de heces
  • Evitar alimentos picantes, las grasas, los cítricos, el alcohol y las bebidas con cafeína

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