Lo que debes saber sobre los tratamientos para el parkinson
Cuando hablamos de tratamientos para el Parkinson, la primera pregunta es clara: ¿qué opciones reales mejoran el día a día? A día de hoy, esta enfermedad no tiene cura, pero sí existen tratamientos muy eficaces que ayudan a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. El objetivo principal de estos tratamientos es mantener la movilidad, la autonomía y el bienestar emocional el mayor tiempo posible.
En este artículo te explicamos cuáles son los medicamentos más utilizados, sus efectos, qué opciones existen en fases avanzadas y qué debes saber como paciente o cuidador sobre los tratamientos para el Parkinson.
Tratamientos para el Parkinson: medicamentos
El tratamiento estándar para el Parkinson se basa principalmente en medicación.
Estos fármacos buscan restaurar o imitar la función de la dopamina, una sustancia química clave del cerebro que regula los movimientos.
Cuando hay déficit de dopamina, aparecen los síntomas característicos: rigidez, lentitud, temblores y dificultad para coordinar los movimientos.
Dopamina y levodopa: los más conocidos
El medicamento más habitual y eficaz es la levodopa, que ayuda al cerebro a producir dopamina. Normalmente se combina con otras sustancias (como carbidopa o benserazida) que prolongan su efecto y reducen los efectos secundarios.
La levodopa mejora la movilidad y los temblores, por lo que suele recetarse en las primeras fases del Parkinson. Con el paso de los años, puede ser necesario ajustar las dosis o combinarla con otros medicamentos, ya que su efecto puede volverse menos constante, fenómeno conocido como efecto desgaste.
Tras varios años tomando levodopa (generalmente entre 5 y 7), pueden aparecer complicaciones motoras relacionadas con el tratamiento, como:
- Fenómenos on/off: aparición o desaparición brusca de los síntomas.
- Off matutino: la primera dosis del día tarda más en hacer efecto.
- Wearing off: disminución del efecto entre dosis.
- Discinesias: movimientos involuntarios anormales durante el máximo efecto del fármaco.
- Distonías fin de dosis: contracciones musculares sostenidas.
Es fundamental no suspender la levodopa sin supervisión médica, ya que puede causar efectos graves como rigidez extrema o dificultad para respirar.
Agonistas dopaminérgicos
Estos medicamentos imitan el efecto de la dopamina en el cerebro, sin transformarse en ella. Se suelen usar para retrasar el inicio del tratamiento con levodopa o combinados con esta.
Aunque son menos eficaces para controlar los síntomas motores, producen menos complicaciones a largo plazo.
Otros medicamentos
Además de la levodopa y los agonistas dopaminérgicos, existen otros fármacos complementarios:
- Inhibidores de la MAO-B: evitan que la dopamina se degrade demasiado rápido, prolongando su efecto.
- Inhibidores de la COMT: alargan la acción de la levodopa y ayudan a mantener estables los niveles de dopamina.
- Medicamentos para síntomas específicos, como temblores o trastornos del sueño.
Cada paciente con Parkinson es único, por lo que el tratamiento debe ser personalizado y ajustado por un neurólogo especializado.
Efectos secundarios de la medicación a tener en cuenta
Los medicamentos para el Parkinson son muy eficaces, sin embargo, pueden producir efectos secundarios que deben conocerse y controlarse para mejorar la calidad de vida de la persona que los toma:
- Náuseas o mareos al iniciar el tratamiento.
- Movimientos involuntarios (discinesias) cuando se usan dosis altas o durante mucho tiempo.
- Somnolencia o bajadas de tensión.
- Hipertensión.
- Cambios en el estado de ánimo, impulsividad, depresión o psicosis.
- Conductas repetitivas o abuso de la medicación.
Si se notan cambios en el comportamiento, el sueño o el apetito, se debe acudir al médico. Ajustar la dosis o el horario suele solucionar el problema.
Medicamentos incompatibles con el Parkinson
Es importante saber que algunos fármacos pueden empeorar los síntomas del Parkinson, especialmente aquellos que bloquean la acción de la dopamina.
Por eso, es importante informar a todos los médicos sobre la enfermedad antes de iniciar cualquier tratamiento.
Ejemplos comunes: algunos antipsicóticos antiguos, ciertos antihistamínicos y antidepresivos. Incluso los remedios naturales o suplementos pueden interferir, por lo que nunca deben tomarse sin consultar al especialista.
Cirugía para el tratamiento del Parkinson
Cuando la medicación deja de ser suficiente, puede recurrirse a la estimulación cerebral profunda (ECP). Este procedimiento consiste en implantar electrodos en áreas específicas del cerebro que ayudan a regular los movimientos.
La ECP mejora las fluctuaciones motoras y las discinesias resistentes a la medicación.
Aunque puede requerir ajustes o mantenimiento, ofrece resultados muy positivos en muchos pacientes.
Como toda cirugía, puede presentar riesgos, como infecciones o alteraciones del habla, aunque son poco frecuentes.
Tratamiento en fases avanzadas
En las fases avanzadas del Parkinson, pueden aparecer fluctuaciones en la respuesta al tratamiento. En estos casos, los neurólogos pueden recomendar:
- Ajustar las dosis o fraccionar las tomas.
- Bombas de infusión continua de dopamina o levodopa.
- Ultrasonido focalizado guiado por resonancia magnética.
- Estimulación cerebral profunda (en casos seleccionados).
Estas opciones se valoran solo cuando los tratamientos convencionales dejan de ser efectivos y siempre bajo control médico especializado.
Remedios para el Parkinson
Además de los fármacos, existen estrategias que mejoran el bienestar diario de las personas que padecen esta enfermedad:
- Ejercicio físico adaptado (caminar, yoga, tai chi, fisioterapia).
- Terapia ocupacional, para conservar la autonomía.
- Alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y proteínas magras.
- Apoyo psicológico y emocional, para paciente y cuidadores.
- Rutinas estables y descanso adecuado, que ayudan a controlar rigidez y ánimo.
Dado que el Parkinson suele afectar a personas mayores, es común que coexista con otras enfermedades como diabetes o hipertensión, por lo que los tratamientos deben adaptarse cuidadosamente a cada persona.
¿Se curará el Parkinson?
Aunque aún no existe una cura, los avances médicos hasta el momento son muy prometedores. La investigación actual busca no solo aliviar los síntomas, sino también detener la progresión de la enfermedad.
Avances recientes
- Terapias con células madre: buscan regenerar las neuronas que producen dopamina.
- Moléculas neuroprotectoras: podrían frenar la degeneración neuronal.
- Ensayos clínicos: prueban nuevos fármacos y técnicas bajo control médico.
La elección del tratamiento debe ser personalizada con el neurólogo, equilibrando eficacia, efectos secundarios y objetivos de vida. Aunque queda camino en investigación, cada año surgen opciones que mejoran el control de los síntomas y acercan la posibilidad de frenar la enfermedad en el futuro.
Preguntas frecuentes
¿La combinación de ejercicio y medicación mejora los resultados?
Sí. El ejercicio regular potencia el efecto de los medicamentos, mejora la movilidad y reduce la rigidez.
¿La estimulación cerebral profunda es reversible si hay efectos secundarios?
Sí. Puede apagarse o ajustarse, y en algunos casos retirarse si es necesario.
¿La fisioterapia puede reemplazar parte de la medicación?
No sustituye la medicación, pero la complementa, ayudando a mantener fuerza, equilibrio y flexibilidad.
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