Problemas de piel en ancianos con demencia

La piel sufre una serie de cambios asociados a la edad que la vuelven más frágil y vulnerable a las lesiones y otras patologías de la piel. En el caso de los ancianos con demencia, además, se suman los factores relacionados con su patología: falta de autocuidado, menor capacidad para informar si tienen alguna molestia, menor movilidad, incontinencia urinaria y/o fecal, etcétera.

En este artículo veremos cuáles son los problemas de la piel más habituales en personas con demencia y qué se puede hacer para prevenirlos.

Cambios y cuidados en la piel de los ancianos

Los cambios más importantes que se dan en la piel de los ancianos son los siguientes:

  • La capacidad de mantenerse hidratada se reduce.
  • Se vuelve más vulnerable a los cambios de pH (acidez de la piel).
  • Se reduce su resistencia a la tracción mecánica, por lo que es más vulnerable a la aparición de ampollas y otras lesiones.
  • El número de melanocitos se reduce y su distribución se vuelve heterogénea, lo que se traduce en mayor riesgo de padecer quemaduras y manchas por exposición solar.
  • Se reduce el número de “células madre” de la dermis, lo que dificulta la renovación de las células epiteliales. En consecuencia, existe una mayor dificultad para sanar las heridas.

A causa de estos cambios, los cuidados de la piel en las personas ancianas deben extremarse: además de una hidratación profunda, es necesario realizar una higiene suave y evitar cualquier roce sobre la piel que pueda dañarla, como el producido por un calzado inadecuado.

Problemas dermatológicos habituales en ancianos

Algunos de los problemas habituales en la piel de los mayores dependientes son:

  • Xerosis o sequedad extrema de la piel. La piel aparece descamada o agrietada, a veces con aspecto de “quemado”. Además de realizar una higiene suave y utilizar emolientes adecuados tras el baño, podemos aplicar un aceite especial para la protección de la piel extremadamente seca. También es importante evitar exponer las zonas más secas de la piel a las corrientes directas de aires acondicionados y secadores de frío o calor.
  • Lesiones por rascado. La sequedad de la piel suele causar picor. El rascado, además, produce pequeñas lesiones que, al inflamarse, provocan más picor, entrando así en un círculo vicioso. Muchos ancianos con demencia no son capaces de controlar el rascado impulsivo, por lo que en ocasiones se pueden llegar a producir heridas por esta causa. Mantener la piel hidratada y cubrir las zonas donde se produce el rascado son las primeras medidas a tomar. Consulta con tu médico o enfermera para valorar el tratamiento con una pomada antibiótica.
  • Quemaduras. Como en ocasiones las personas con demencia pueden tener distorsionada la percepción de la temperatura, es fácil que lleguen a quemarse si se ponen muy cerca de una estufa. Debemos controlar que la distancia a los calefactores o cualquier otra fuente de calor sea la adecuada y comprobar siempre antes que la temperatura del agua de los baños y de los alimentos sea templada.
  • Lesiones por rozamiento. Por el uso de absorbentes, algunas ropas y calzado o, simplemente, en las zonas de pliegues de la piel, es habitual que puedan aparecer lesiones por rozamiento. Para prevenirlas, debemos limpiar y secar bien los pliegues, utilizar solo tejidos muy suaves y ajustar bien (ni dejar suelto ni apretar demasiado) los absorbentes y las prendas.
  • Irritaciones asociadas a la incontinencia. Las personas con incontinencia urinaria y/o fecal padecen con frecuencia irritación de la piel de su zona íntima a causa del contacto con orina o heces. Para evitarlo, es aconsejable evitar la acumulación de humedad es estas zonas y utilizar una crema adecuada con óxido de zinc que proteja la zona.

Todas estas lesiones pueden infectarse y agravarse, llegando incluso a producir úlceras de muy difícil manejo y pobre capacidad de curación. Por eso, la prevención será la clave para evitar que un pequeño roce o rascado llegue a convertirse en un problema mayor.

¿Te ha parecido útil esta información? ¿Cómo evitas tú las lesiones en la piel de tu ser querido dependiente? ¡Escríbenos un comentario y comparte tu experiencia!

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