Causas y consecuencias de la hipertensión arterial

¿Qué causa la hipertensión arterial y cuáles son sus consecuencias más comunes? Aunque no existe una única causa para la hipertensión, existen factores que influyen en su desarrollo. A continuación, te explicamos cuáles son las más destacadas y sus consecuencias.

La hipertensión arterial es una de las enfermedades más comunes en todo el mundo entre la población adulta. Según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH - LELHA), en España, la prevalencia de hipertensión arterial oscila entre el 33 y el 43%, y aumenta con la edad de tal forma que en mayores de 65 años supera el 60%.

Asimismo, se trata de una enfermedad considerada “silenciosa” que no presenta síntomas visibles, pero que puede causar graves problemas de salud si no se trata a tiempo. Según los cálculos, el 46% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección.

En este artículo, profundizaremos en las causas y consecuencias de la hipertensión arterial.

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Causas de la hipertensión

La hipertensión arterial puede tener diversas causas, algunas de las cuales pueden ser congénitas, mientras que otras son adquiridas a lo largo de la vida, relacionadas directamente con nuestros hábitos diarios. Sus causas pueden ser:

  • Congénito: en este caso, lo que se transmite con la herencia es una tendencia o predisposición a desarrollar unos valores elevados en la presión arterial. Si en nuestra familia existen parientes consanguíneos (padres, hermanos) que hayan padecido hipertensión, es importante poner foco y controlar nuestra tensión con regularidad para prevenir la hipertensión y tratar a tiempo las posibles alteraciones.
  • Mala alimentación: La ingesta excesiva de sal, los alimentos ricos en grasas saturadas, ultraprocesados y azúcares impactan directamente en nuestra salud, favoreciendo el aumento de la presión arterial, el sobrepeso y la diabetes, entre otras patologías.
  • Obesidad: existe una estrecha relación entre el exceso de peso y la presión arterial alta, en la que juntas ponen en riesgo la salud cardiovascular. Cuando se padece obesidad existe más grasa en el cuerpo. Esta grasa necesita oxígeno y nutrientes para sobrevivir, que obtiene a través de la sangre, de forma que el corazón debe trabajar con más fuerza para hacer circular la sangre por todo el cuerpo; este sobreesfuerzo conduce a un aumento de la presión arterial.
  • Falta de ejercicio y sedentarismo: un estilo de vida sedentario multiplica otros factores de riesgo que contribuyen directamente a la hora de desarrollar hipertensión arterial, como son la obesidad, la diabetes o el colesterol.
  • Fumar: siendo una de las sustancias más nocivas para los pacientes hipertensos, el tabaco provoca un aumento de la presión arterial al hacer que los vasos sanguíneos se estrechen durante más tiempo. Además. provoca que nuestro cuerpo segregue adrenalina, la cual es capaz de aumentar nuestra presión arterial y causarnos una sensación de ansiedad.
  • Niveles altos de estrés: ante una situación estresante, se acelera el ritmo cardíaco y se contraen los vasos sanguíneos, lo que provoca un aumento de la presión arterial. Por ello, estar expuestos constantemente a situaciones de estrés impacta en el desarrollo de hipertensión arterial y en nuestra salud cardiovascular.

Factores de riesgo de la presión arterial alta

Además de las causas citadas anteriormente, existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer hipertensión arterial, como puede ser el envejecimiento. De la misma forma que la edad es un factor, a continuación, te presentamos otros aspectos a tener en cuenta:

  • Antecedentes familiares: los antecedentes familiares de hipertensión arterial son un factor de riesgo a tener en cuenta, ya que se ha demostrado que los padres hipertensos tienen un 80% de probabilidades de ocasionar un desarrollo de la enfermedad en sus descendientes.
  • Personas afroamericanas: según estudios, las personas de origen afroamericano tienen un mayor riesgo de padecer hipertensión arterial que las personas de otras etnias, manifestándose además en edades más tempranas que en personas caucásicas.
  • Sexo masculino: en este caso, hasta los 64 años los hombres presentan más probabilidades de padecer hipertensión arterial que las mujeres, en las que es más habitual a partir de los 65 años.
  • Personas mayores de 60 años: a medida que envejecemos, se producen cambios en las arterias, que se muestran más estrechas y rígidas, hechos que afectan directamente a la circulación sanguínea.
  • Diabetes: la diabetes aumenta la presión arterial por dos vías. Por una parte, afecta a los vasos sanguíneos, provocando que se vuelvan menos flexibles, lo que aumenta la presión de forma directa. Además, como los vasos renales también se ven afectados, los riñones filtran la sangre de manera menos eficiente, generando a la larga insuficiencia renal. Esto puede acabar provocando edema (acumulación de líquidos por dificultad en la excreción), lo que aumenta también la presión arterial.

Consecuencias. ¿Cómo afecta la hipertensión a nuestra salud?

La hipertensión arterial es un factor de riesgo que pone seriamente en peligro nuestra salud, por eso es clave darle la importancia que se merece y visibilizar los efectos que puede tener sobre nuestras vidas.

Mantener una presión alta durante un período de tiempo prolongado puede resultar muy dañino en diferentes áreas de nuestro organismo, afectando directamente en la calidad de vida. Estas son algunas de las consecuencias que trae la hipertensión arterial:

Daño en las arterias

Con la hipertensión arterial, las arterias pierden su elasticidad y se produce un estrechamiento en ellas, lo que dificulta la circulación sanguínea.

Además, la presión arterial alta puede causar aneurismas, que son protuberancias en las paredes arteriales que pueden provocar su ruptura, causando un sangrado interno.

Daño al corazón

La presión arterial alta hace que el corazón tenga que trabajar más para bombear la sangre por todo el cuerpo, hecho que puede derivar en problemas cardíacos como:

  • Insuficiencia cardíaca: la distensión que provoca la presión arterial alta en el corazón hace que el músculo cardíaco se debilite por el sobreesfuerzo y trabaje de forma menos eficiente.
  • Enfermedad de las arterias coronarias: se produce una acumulación de placa en las arterias que puede provocar un ataque al corazón.
  • Agrandamiento del ventrículo izquierdo: con la presión arterial, el corazón debe trabajar más de lo normal, y esto hace que la cavidad inferior izquierda se hinche, lo que se traduce en un mayor riesgo de ataque al corazón.

Daño al cerebro

El cerebro necesita un constante suministro de sangre nutritiva para funcionar correctamente, por lo que la hipertensión arterial puede afectar a esta circulación de distintas formas.

Uno de los efectos es el llamado accidente isquémico transitorio, que se produce cuando las arterias se endurecen o cuando se forman coágulos sanguíneos, que pueden causar una interrupción breve y temporal del flujo sanguíneo al cerebro.

Asimismo, la hipertensión también puede provocar accidentes cerebrovasculares, que ocurren cuando una parte del cerebro no recibe suficiente oxígeno y nutrientes. Además, una presión arterial alta puede producir demencia vascular, un tipo de demencia que se produce por el estrechamiento o bloqueo de las arterias.

Daño a los riñones

Una presión arterial alta no controlada puede provocar insuficiencia renal, que es una disminución en la capacidad de los riñones para filtrar el exceso de líquido y los desechos de la sangre, por lo cual es necesario que los vasos sanguíneos estén sanos. En casos graves, podría provocar la necesidad de diálisis o incluso de trasplante de riñón.

Daño a los ojos

Cuando la hipertensión es de larga evolución, los pacientes pueden percibir cambios en su visión y que ésta se vuelva borrosa, vean peor o incluso en aquellos casos más graves, se produzca una pérdida de visión.

Además, una presión arterial alta puede provocar daños en la retina y en los vasos sanguíneos que la alimentan, lo que se conoce como retinopatía.

Disfunción sexual

La hipertensión arterial también puede afectar a la vida sexual de las personas que la padecen: puede provocar disfunción eréctil en los hombres, lo que dificulta la erección.

También puede disminuir la líbido en ambos sexos, que puede provocar una disminución del interés sexual y la capacidad de disfrutar de las relaciones sexuales.

Dinos, ¿conocías estos datos? Si te ha gustado este artículo no olvides dejar tu comentario.

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