Hipertensión arterial. Qué es, síntomas y cuidados

La presión arterial alta, también conocida como hipertensión arterial es una condición médica que puede pasar inadvertida pero que afecta a millones de personas en todo el mundo. En este artículo, exploraremos los síntomas, causas, tipos y consejos para controlarla.

La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una afección que actualmente afecta a 11 millones de personas en España.

Según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH - LELHA), la prevalencia de hipertensión arterial oscila entre el 33 y el 43% de la población adulta en España, y supera el 60% en mayores de 65 años.

Asimismo, se trata de una enfermedad considerada “silenciosa” que no presenta síntomas visibles, pero que puede causar graves problemas de salud si no se trata a tiempo. Según los cálculos, el 46% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección, mientras que aquellos que saben que la padecen, solo un 25% la tiene bajo control.

Se caracteriza por la elevación continua de la presión arterial por encima de los valores normales, lo que puede derivar en graves consecuencias para la salud.

A pesar de ser una enfermedad silenciosa, es conveniente estar correctamente informado para detectar sus síntomas y así detectarla a tiempo.

En este artículo cubriremos todas tus dudas en cuanto a tensión arterial, desde qué es hasta cómo tratarla.

Medir regularmente tu presión arterial puede prevenir complicaciones graves. No subestimes la importancia de estos chequeos: tu salud depende de ello. Los tensiómetros de brazo y muñeca son adecuados para medir regularmente la tensión en casa. Éstos dispositivos son precisos y sencillos de utilizar. A continuación, te presentamos algunas de las mejores opciones disponibles en el mercado.

¿Qué es la hipertensión arterial?

Cuando empezamos a informarnos sobre hipertensión arterial, nos llegan conceptos como tensión arterial o presión arterial, de forma que puede resultar un poco confuso saber si son lo mismo o son términos distintos. Estas son las diferencias:

Tensión arterial: es la presión que ejercen los vasos sanguíneos sobre la sangre que circula por nuestro cuerpo.

Presión arterial: es la presión o fuerza que realiza la sangre contra la pared de las arterias.

Sabiendo esto, la palabra hipertensión es el término utilizado para describir la presión arterial alta.

¿Y qué es la hipertensión exactamente? También conocida como la “enfermedad silenciosa”, se trata de una condición que afecta a las arterias del cuerpo, provocando que sus paredes se vuelvan más rígidas y, en consecuencia, la fuerza que ejerce la sangre contra estas paredes arteriales es muy alta de forma constante. Esto conlleva que el corazón deba trabajar más para bombear sangre.

Este sobreesfuerzo del corazón, a la larga, puede derivar en daños al propio órgano, a los vasos sanguíneos y a otros órganos importantes, por lo que es importante una detección temprana para su control y tratamiento.

¿Cómo afecta la presión arterial a nuestra salud?

Como decíamos en el punto anterior, la hipertensión puede dañar de forma silenciosa el organismo antes de que manifiesten sus síntomas, por lo que las consecuencias de hipertensión arterial no controlada no solo pueden derivar en daños cardiovasculares graves, también puede presentar las siguientes complicaciones:

Arterias:

En las arterias, la hipertensión puede producir un engrosamiento y endurecimiento de las paredes, haciéndolas más estrechas, lo que aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular.

Corazón:

El aumento de presión arterial hace que el corazón tenga que trabajar más para bombear la sangre al resto del cuerpo. Cuando la hipertensión es persistente, se puede producir un engrosamiento y debilitamiento del corazón, que puede derivar en arritmias o insuficiencia cardíaca, entre otros.

Riñones:

La presión arterial alta puede deteriorar los vasos sanguíneos que conducen a los riñones, lo que puede traducirse en alteraciones como insuficiencia renal crónica o glomeruloesclerosis, en la que los vasos sanguíneos forman tejido cicatricial e impide que los riñones puedan filtrar correctamente.

Cerebro:

Con la hipertensión se reduce el flujo sanguíneo a las células cerebrales, de manera que pone en las neuronas y aumenta las probabilidades de accidentes cerebrovasculares, además de producir deterioros cognitivos e incluso demencia.

Síntomas de la hipertensión

La hipertensión arterial también es conocida como la “enfermedad silenciosa”, ya que no presenta síntomas específicos y suele pasar inadvertida.

Es posible que algunos pacientes puedan experimentar dolores de cabeza, mareos, o visión borrosa y no relacionar estos síntomas con la hipertensión, por lo que no les dan importancia.

Sin embargo, mantener la presión alta durante un periodo de tiempo prolongado convierte esta enfermedad en el origen de muchas enfermedades cardiovasculares, derivando en complicaciones graves como accidentes cardíacos o cerebrovasculares si no se controla.

Estos son algunos de los síntomas más comunes de la hipertensión sobre los que poner atención:

  • Dolores de cabeza.
  • Mareos.
  • Falta de aliento.
  • Sangrados nasales.
  • Visión borrosa.
  • Zumbidos en los oídos.
  • Cansancio.

Causas más comunes de la hipertensión

Aunque no hay una causa concreta, es necesario destacar que cualquier factor que incremente la presión contra las paredes arteriales es una posible causa de hipertensión arterial.

Estas causas pueden ser diversas, pero algunas más comunes incluyen:

  • Obesidad y sobrepeso.
  • Sedentarismo y falta de actividad física.
  • Tabaquismo.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Alimentación desequilibrada.
  • Estrés.
  • Herencia familiar.
  • Diabetes.
  • Edad avanzada.
  • Apnea del sueño.
  • Enfermedades renales.

Con esto, es importante destacar también que la hipertensión arterial puede ser el resultado de una combinación de factores de riesgo, por lo tanto, es clave poner atención en el estilo de vida y seguir las recomendaciones de tu especialista para prevenir y controlar la hipertensión.

Tipos de presión arterial

Existen dos tipos de presión arterial: la presión arterial sistólica (momento de máxima presión) y la presión arterial diastólica (momento de mínima presión). En este sentido, es importante conocer sus rangos de valores, ya que esto permite enfocar el tratamiento en cada tipo específico.

En este punto trataremos explicaremos las diferencias entre cada tipo de presión arterial, su impacto en la salud, así como las opciones de tratamiento disponibles para cada una de ellas.

Presión arterial sistólica:

La presión sistólica mide la presión en las arterias cuando el corazón late y bombea sangre hacia el cuerpo.

Una presión arterial sistólica saludable se encuentra por debajo de 120 mmHg, mientras que una presión sistólica alta puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares como un accidente cardiovascular.

El tratamiento para la presión arterial sistólica alta incluye cambios en el estilo de vida como llevar una dieta saludable, realizar ejercicio de forma regular, reducir el consumo de alcohol y controlar el estrés, además de la medicación pautada por tu médico.

Presión arterial diastólica:

La presión arterial diastólica mide la presión en las arterias entre los latidos cardíacos, cuando el corazón está en reposo entre latidos y no está bombeando sangre.

En este caso, una presión diastólica saludable se encuentra por debajo de 80 mmHg, de forma que una presión diastólica alta a partir de 90 mmHg, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Igual que la presión arterial sistólica, el tratamiento puede incluir cambios en los hábitos de vida y un tratamiento personalizado por parte del especialista.

7 Consejos para bajar la presión arterial

Mantener una presión arterial saludable es esencial para prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar nuestra calidad de vida.

A continuación, detallamos algunos consejos sobre cómo bajar la presión arterial; sin embargo, estos consejos se deben tomar como pequeñas ayudas y en ningún caso sustituyen el tratamiento que haya pautado un médico especialista.

Haz ejercicio:

Realizar actividad física de forma regular te ayuda no solo a mantener una vida activa, sino también a reducir el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares.

Los expertos recomiendan realizar alrededor de 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar a paso ligero, correr o nadar.

Cambia la dieta:

Llevar una dieta rica en verduras y frutas, granos integrales y proteínas magras ayuda a controlar la presión arterial, del mismo modo que es recomendable reducir el consumo de alimentos procesados y ricos en grasas saturadas.

Reduce la sal:

El exceso de sal en una dieta puede hacer que tu cuerpo retenga líquidos, lo que conlleva a un aumento de la presión arterial. Reducir su consumo y leer las etiquetas de los alimentos envasados para identificar los productos con alto contenido en sal te ayudará a tener un mayor control en tu alimentación.

Controla el estrés:

El estrés crónico puede contribuir al aumento de la presión arterial; practicar técnicas de relajación como el yoga o la meditación pueden ayudarte a mantener a raya tu estrés.

Mantener un peso saludable:

El sobrepeso y la obesidad son factores que contribuyen a la hipertensión, por lo que mantener un peso saludable puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular y general.

Limitar el consumo de alcohol:

El consumo excesivo de alcohol puede aumentar también la presión arterial y reducir la efectividad de la medicación para controlar la hipertensión, por lo que es importante moderar su consumo o incluso eliminarlo.

Dejar de fumar:

El tabaco es una de las sustancias más nocivas para una persona con hipertensión, ya que contribuye al aumento de la presión arterial e impacta en mayor medida los efectos adversos del tabaco.

¿Cada cuánto debo medir la presión arterial?

La medición precisa y frecuente de la presión arterial es un factor clave para la prevención y control de la hipertensión, ya que una presión arterial alta sin monitorizar puede derivar en graves consecuencias para la salud.

La frecuencia exacta con la que debes medir tu presión arterial dependerá de varios factores, como la edad, antecedentes familiares con hipertensión arterial y otros factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

En general, se recomienda que las personas adultas lleven controles regulares al menos una vez al año, incluso si no tienen antecedentes de tensión arterial alta.

En caso de estar ya diagnosticados de hipertensión, la frecuencia y seguimiento de le enfermedad será mayor, debiendo llevar controles mensuales o incluso semanales, algo que pautará tu médico.

A la hora de medir la presión arterial, puedes hacerlo en tu farmacia de confianza o disponer de un tensiómetro en tu propia casa para llevar un control y compartir con tu médico en las próximas visitas.

Si quieres conocer mejor la hipertensión arterial, en este artículoprofundizamos sobre la clasificación y los distintos grados que existen para su correcta identificación.

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