Ictus. Síntomas y prevención en personas mayores

En España se produce un ictus cada 6 segundos, siendo la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres. Descubre en este artículo sus causas, síntomas y cómo actuar para prevenirlos.

Según los expertos, se prevé que una de cada seis personas sufra un ICTUS a lo largo de su vida, lo que convierte esta patología en una de las principales causas de muerte o limitación de la capacidad funcional, tanto en hombres como en mujeres.

Ante estas cifras, la prevención es un elemento clave para reducir las probabilidades y poder actuar lo antes posible. En el siguiente artículo destacamos las causas y síntomas de ictus en personas mayores para su correcta identificación.

Ictus. Síntomas y prevención en personas mayores

Se estima que casi el 85% de los casos de ictus diagnosticados aparecen en personas mayores de 65 años, ya que la edad avanzada es uno de los factores de riesgo asociados a esta enfermedad.

A continuación, te explicamos los síntomas y causas que debes conocer y las pautas necesarias que pueden ayudarte en tu día a día, tanto para poder evitarlo como para saber qué hacer si debes atender a una persona que ha sufrido un ictus.

¿Qué es un ictus?

Es una enfermedad cerebrovascular que se produce por una disminución o una obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro. Esto provoca que las células cerebrales no estén suficientemente bien irrigadas y no reciban el oxígeno adecuado. Dependiendo del área o zona cerebral que no ha recibido el aporte de oxígeno los síntomas podrán variar.

Causas de ictus en personas mayores más comunes

Según la Fundación Española de Ictus, la mayor parte de casos de ictus se pueden evitar si se controlan los factores de riesgo que hoy en día producen el 80% de los casos, es por ello que nos aconsejan poner foco en lo siguiente:

Edad avanzada. Los cambios relacionados con el envejecimiento, como la acumulación de grasa y pérdida de elasticidad en las arterias, pueden aumentar el riesgo de coágulos y obstrucciones en los vasos sanguíneos del cerebro. Además, las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardíacas, también pueden aumentar el riesgo de ictus en ancianos.

Tabaquismo. Debido a la nicotina, los gases oxidantes y el monóxido de carbono que forman parte de los componentes químicos del tabaco, hay estudios que evidencian que tanto fumar como estar expuesto constantemente al humo del tabaco aumentan el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.

Diabetes. Esta enfermedad puede afectar al funcionamiento de los vasos sanguíneos, por lo que los pacientes con diabetes tienen un riesgo entre 2-4 veces mayor de sufrir un ictus que la población general.

Colesterol alto. El colesterol LDL, a menudo conocido como el “colesterol malo”, se acumula en en las paredes arteriales y puede causar problemas en el sistema circulatorio, por lo que unos niveles elevados de colesterol en sangre pueden aumentar el riesgo de ictus.

Enfermedades cardíacas. Entre ellas se encuentra la fibrilación auricular, un tipo de arritmia cardíaca en la que el corazón late de forma rápida y desorganizada, provocando que se formen coágulos de sangre y éstos bloqueen las arterias, provocando así el ictus.

Aterosclerosis. Cuando las arterias se estrechan debido a la acumulación grasa y colesterol, se reduce el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede aumentar el riesgo de ictus isquémico. Además, la aterosclerosis también puede debilitar las paredes de las arterias, lo que aumenta el riesgo de ruptura y hemorragia cerebral.

Antecedentes familiares de ictus. Según estudios, tener antecedentes familiares de ictus puede aumentar el riesgo de padecer uno, dado que ciertos factores desencadenantes, como son la hipertensión y el colesterol alto, pueden ser genéticos y estar presentes en varios miembros de la familia.

Síntomas de ictus en personas mayores

Reconocer los síntomas de ictus en ancianos puede ser una tarea complicada y confundirse con síntomas propios de la edad o bien otras enfermedades.

Sin embargo, a continuación os exponemos las manifestaciones más comunes a la hora de identificar un ictus para buscar ayuda inmediata:

Pérdida de fuerza o sensibilidad.Sensación de entumecimiento o parálisis en la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo de forma brusca.

Visión doble o alteraciones en la visión. Pérdida parcial o total en uno o ambos ojos, visión borrosa o visión doble.

Sensación de vértigo. Acompañado de inestabilidad y dificultades para caminar, falta de equilibrio, tropiezos, pérdida de coordinación o caídas bruscas.

Dolor de cabeza de aparición repentina. Sin causa aparente, acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento.

Alteraciones en el lenguaje. Presenta dificultad para para hablar y ser entendido por otras personas.

¿Cuáles pueden ser las secuelas del ictus?

Las secuelas de un ictus en personas mayores pueden ser similares a las de cualquier otra persona que lo haya sufrido y que irán relacionadas con la gravedad del mismo y la zona del cerebro afectada, pero también pueden presentar algunas diferencias debido a factores relacionados con la edad.

Entre las posibles secuelas de un ictus se encuentran:

Alteraciones en la capacidad motora o parálisis: dificultad para caminar, controlar los movimientos o equilibrio inestable. La zona paralizada siempre es el lado contrario al que se ha producido el ictus.

Dificultad en el habla y lenguaje: pueden incluir dificultad para hablar, comprender el lenguaje o escribir.

Deterioro cognitivo: el ictus puede afectar a la memoria e incluir dificultad para para pensar, recordar y razonar, por lo que es muy importante prestar atención a cualquier señal de deterioro cognitivo.

Inestabilidad emocional: pueden experimentar cambios emocionales como tristeza, depresión, ansiedad o cambios de humor.

Capacidad sensorial: la capacidad sensorial se puede ver afectada en el lado del cuerpo donde presentan problemas de movilidad, con sensaciones de entumecimiento u hormigueo.

Es importante mencionar que el tratamiento y la recuperación después de un ictus puede ser un proceso prolongado y requiere un enfoque multidisciplinar, incluyendo cuidado médico, fisioterapia, terapia del lenguaje y terapia ocupacional, entre otros, para favorecer la recuperación y mejorar la calidad de vida.

Cómo actuar preventivamente ante los síntomas de un ictus

Reconocer los síntomas de un ictus y actuar de modo rápido es crucial, puesto que se ha demostrado que los pacientes tratados desde un primer momento logran recuperaciones más rápidas y con menos secuelas.

Ante la aparición de estos síntomas, lo mejor es ponernos en manos de profesionales sanitarios, llamando a emergencias (112) o acudiendo al hospital más cercano.

Hábitos saludables para prevenir la aparición de un ictus

La prevención es esencial para evitar el desarrollo de un ictus. Por esta razón, mantener una buena salud es fundamental, que se puede conseguir a través de las siguientes pautas:

Mantener un estilo de vida saludable.Reducir la ingesta de grasas saturadas en la dieta y potenciar el consumo de frutas y verduras reduce potencialmente la acumulación de colesterol en las arterias y evita el sobrepeso, uno de los principales factores de riesgo.

Dejar atrás hábitos nocivos. El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas son factores de riesgo para el ictus, ya que están ligados estrechamente con el aumento de presión arterial y daños cardiovasculares.

Hacer deporte. Realizar ejercicio de forma regular evita el sedentarismo y reduce el riesgo de accidente cerebrovascular, ya que ayuda a controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes, así como mantener un peso saludable.

Minimizar el estrés. El estrés puede aumentar el riesgo de ictus al aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco, lo que puede aumentar el riesgo de coágulos y obstrucciones en los vasos sanguíneos del cerebro. Es importante buscar maneras de manejar el estrés, como la meditación, el yoga, la relajación o hablar con un terapeuta.

¿Cuál es la diferencia entre un derrame cerebral y un ictus?

Los términos ictus y derrame cerebral son sinónimos, dado que ambos hacen referencia a un accidente cerebrovascular.

Como hemos comentado al inicio de este artículo, un ictus se refiere a un evento en el cual hay una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, ya sea debido a un coágulo de sangre (ictus isquémico) o a una ruptura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico).

Por lo tanto, cuando decimos que se ha producido un derrame cerebral, hacemos referencia a un ictus hemorrágico, es decir, cuando se produce una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro debido a una ruptura de un vaso sanguíneo.

Si te ha gustado este artículo puedes descargarte y compartir la infografía sobre la gestión de los síntomas del ictus y su prevención que hemos preparado para ti.

Síntomas y prevención del ictus en personas mayores

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