Luchando contra la soledad de los ancianos

La soledad de las personas mayores representa uno de los mayores riesgos para su salud y bienestar psicofísico.

La soledad es un concepto muy diferente al de vivir solo; vivir solo no significa necesariamente sentirse solo y sufrir por ello; al contrario, muchas personas mayores tienen numerosos intereses que les ayudan a mantenerse activos y sentirse bien, y que a menudo comparten con una estrecha red de amigos.

El problema de la soledad entre los mayores es más acusado en verano y durante las vacaciones, ya que es precisamente en estos periodos cuando se encuentran pasando mucho más tiempo solos, sobre todo si no son autosuficientes y si no disfrutan de una densa red de amigos.

La soledad afecta especialmente a las personas mayores que han perdido a su cónyuge o que viven lejos del centro de la ciudad, en las afueras o en el campo, ya que esto no facilita las ocasiones sociales, los intereses y los encuentros.

La soledad en las personas mayorespuede perjudicar la salud mental y predisponer al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial y muerte prematura.

Depresión y soledad

La soledad en los ancianos puede conducir a la depresión, que se traduce en una falta de estimulación e interés por sí mismos y por el mundo que les rodea. Gradualmente, los ancianos solitarios pueden perder el interés por la comida y por cuidar su aspecto y su salud.

La depresión y la soledad en los ancianos pueden manifestarse de forma sutil, con síntomas a menudo comunes a muchas otras enfermedades y problemas. Uno de los principales síntomas de la depresión es la somnolencia diurna en los ancianos.

La soledad en los ancianos también se asocia con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, la aparición de diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la mortalidad prematura.

Este trastorno también puede afectar a los ancianos autosuficientes, que tras la jubilación se encuentran con mucho tiempo libre que no saben cómo aprovechar.

El problema de soledad de los mayores autosuficientes puede manifestarse en cambios de comportamiento y hábitos.

Puede ocurrir, por ejemplo, que el anciano exprese la sensación de soledad que experimenta realizando capriccios, a veces realmente difíciles de gestionar:

  • Rechazando comer alimentos saludables, prefiriendo bocadillos, precocinados y alimentos hipercalóricos;
  • Se niegan a tomar su medicación y a acudir al médico, alegando que no los necesitan en absoluto;
  • Evitan asistir a fiestas y reuniones familiares, informando de que prefieren quedarse solos en casa.

Estas actitudes a veces incluso adquieren tonos de desafío o despecho, muy parecidos a los de los niños.

¿Cómo afrontar las rabietas de los mayores?

No hay que consentir las rabietas de los mayores porque se corre el riesgo de entrar en un círculo vicioso, y tampoco es útil ponerse en una posición de confrontación. Al igual que se hace con los niños, simplemente se arma uno de paciencia, entendiendo que la rabieta no es más que la expresión de una petición de atención.

Los ancianos pasan por cambios físicos y psíquicos muy importantes que tienen que metabolizar de alguna manera, y muchas veces estos cambios les generan miedo y frustración, por lo que necesitan recibir más atención para encontrar en el cariño de su familia la fuerza para seguir adelante y afrontar todos los cambios que conlleva el envejecimiento.

Consejos para combatir la soledad en las personas mayores

A continuación se ofrecen algunos valiosos consejos para ayudar a las personas mayores a sentirse menos solas:

  1. Visitar y llamar a sus padres ancianos tan a menudo como sea posible: a veces una simple charla puede levantar el ánimo. Sentirse presente en la vida de hijos y nietos y ayudarles en las pequeñas decisiones cotidianas ayuda a las personas mayores a sentirse importantes, todavía útiles y menos solas.
  2. Espolear a las personas mayores para que cultiven aficiones también a través de asociaciones y grupos de la zona que se reúnen para practicar aficiones como la lectura, el deporte, la cocina y el arte es una forma de mantenerse ocupados y rodearse de amigos y cosas agradables.
  3. Cuidar de animales y plantas puede ser un valioso remedio contra la soledad: en concreto, regalar a una persona mayor un perro pequeño al que cuidar puede ayudarle a sentirse útil y a hacer ejercicio a diario.
  4. Amorarse con los vecinos y crear relaciones sólidas con ellos permite a la persona mayor sentirse más tranquila en caso de necesidad, pero también tener compañía para pasear, tomar un café o simplemente charlar.

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