Tipos de demencia y cómo identificarlos

¿Sabías que existen diferentes tipos de demencia? Siendo uno de los principales problemas que afecta en las vidas de las personas mayores, en este artículo descubrirás los diferentes tipos de demencia que existen y cómo identificarlos.

En el ajetreo de nuestra vida cotidiana, a menudo olvidamos que nuestro cerebro puede ser también víctima del desgaste del paso del tiempo y de cómo pueden afectarle algunas enfermedades, siendo la demencia una de ellas.

A continuación, te ayudaremos a descubrir qué es la demencia y los diferentes tipos que existen, cada uno con sus características.

¿Qué es la demencia?

La demencia es un término amplio que se utiliza para describir una disminución progresiva y persistente de la capacidad cognitiva que puede llegar a interferir con las actividades diarias de una persona y afectar en aspectos tan importantes como la memoria, el habla, la atención, el juicio y el comportamiento.

¿Son todas las demencias iguales?

La demencia no es una enfermedad única, sino un conjunto de condiciones con características y síntomas únicos. Al igual que diferentes enfermedades pueden afectar a diversas partes del cuerpo, los diferentes tipos de demencia pueden tener un impacto en diferentes áreas del cerebro y manifestarse a través de una amplia gama de síntomas.

Tipos de demencia más habituales

Tal como hemos mencionado, existe una amplia gama de tipos de demencia, cada uno con sus propias peculiaridades. Estos son los tipos más comunes:

Enfermedad de Alzheimer:

es el tipo de demencia más conocido, caracterizada por causar un deterioro progresivo en la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas suelen desarrollarse lentamente y empeorar con el paso del tiempo, hasta el punto de convertir a sus pacientes en personas 100% dependientes.

Demencia por cuerpos de Lewy:

seguida del Alzheimer, es el uno de los tipos de demencia progresiva más comunes. Causada por la acumulación de unos depósitos de proteína en el cerebro, sus síntomas incluyen falta de atención, alucinaciones visuales, insomnio y trastornos en el movimiento, entre otros.

Demencia vascular:

ocurre como resultado de pequeños accidentes cerebrovasculares que han ido dañando los vasos sanguíneos del cerebro, que se manifiesta con la dificultad de hacer tareas cotidianas con normalidad, desorientación, pérdida de memoria o incluso falta de juicio a la hora de tomar decisiones.

Demencia en la enfermedad de Parkinson:

se debe a la pérdida progresiva de neuronas en una parte del cerebro llamada sustancia negra, y afecta directamente al control del movimiento, provocando también rigidez muscular y temblores en reposo.

Demencia frontotemporal:

corresponde a un grupo de trastornos cerebrales que afectan a los lóbulos frontales y temporales del cerebro. Así, esta forma de demencia afecta principalmente a las áreas del cerebro responsables de la personalidad, el comportamiento y el lenguaje. Los síntomas incluyen además dificultades con el lenguaje y la comunicación.

Demencia por enfermedad de Pick:

siendo un tipo de demencia poco habitual, la enfermedad de Pick se confunde habitualmente en su diagnóstico con el Alzheimer o incluso con trastornos psiquiátricos. En su fase inicial se caracteriza por producir cambios en el comportamiento, emocionales y del lenguaje.

Demencia en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob:

igual que la enfermedad de Pick, se trata de una enfermedad neurodegenerativa poco frecuente con síntomas similares al Alzheimer, pero que produce un rápido y progresivo deterioro en sus pacientes, con una alta tasa de mortalidad en el primer año.

Demencia en la enfermedad de Huntington:

este trastorno también poco habitual es de origen genético y se manifiesta normalmente después de los 30 años, ocasionando trastornos cognitivos, psiquiátricos y motrices.

Entender estos tipos de demencia no solo nos permite comprender mejor las experiencias de aquellos que están afectados, sino que también abre el camino hacia el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

Cómo identificar cada tipo de demencia

Identificar cada tipo de demencia puede convertirse en una difícil tarea debido a que los síntomas iniciales pueden ser sutiles y fácilmente confundidos con los efectos normales del envejecimiento.

Sin embargo, los cambios notables en la memoria, la capacidad para concentrarse, la capacidad para realizar tareas diarias y los cambios de comportamiento pueden ser indicadores de una forma de demencia.

En este caso, si tú, alguien de tu entorno o la persona a la que cuidas experimenta estos signos, es importante buscar asesoramiento y ayuda profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Cómo comportarnos ante los primeros síntomas de demencia

  • Toma el control de sus aspectos diarios paulatinamente: la brusquedad causa respuestas muy negativas en los ancianos con principios de demencia senil. Así, cuando detectamos la aparición de éstas, no debemos privarlos de su independencia de golpe, sino paulatinamente y con cuidado de que no sienta invadida su autonomía.
  • Actúa primero en los aspectos que afecten a su seguridad: comienza a intervenir tomando el control en aquellos aspectos que, como es el caso de la conducción, puedan suponer un peligro para su integridad, y poco a poco ve trasladando este control a otros como la administración económica.
  • Minimiza distracciones: un anciano con principio de demencia senil se distrae con facilidad, lo cual puede llevarle a que no entienda o comprenda su entorno o se frustre al no ser capaz de hacerse entender. Para ello evitemos estímulos externos que dificulten su comprensión, como una televisión encendida cuando le hablamos.
  • Evita la confrontación y elimina estímulos negativos: para evitar cambios de humor negativos, debemos siempre procurar referirnos a nuestros mayores de forma tranquila y amable. Si conocemos de temas que les frustran o enfurecen, debemos eliminarlos para que no les den pie a estos cambios.
  • Haz todo lo posible por una comunicación fluida: frases cortas, pausadas, fluidas sólo cuando tenemos la certeza de que se están entendiendo (como por ejemplo si vemos que asiente con la cabeza o no muestra signos de extrañeza) y repitiendo nuestro mensaje cada vez que podamos sin que suene forzado.

Cómo prevenir y reducir un principio de demencia

Tal como hemos visto, la demencia senil está muy ligada con la pérdida de concentración, por lo que todo ejercicio que fomente la memoria y ayude a centrar la atención, disminuirá los efectos de la demencia senil:

  • Realiza conjuntamente ejercicios para la memoria: sudokus, crucigramas, juegos como las damas o el ajedrez… ayudan a que la mente se mantenga activa y, por tanto, no se degenere a mayor velocidad.
  • Mantén una comunicación constante: debemos mantener a la persona mayor dentro de un entorno social activo. Nunca debemos aislar a una persona con principio de demencia senil y procurar que siempre reconozca su entorno.
  • No olvides la actividad física y una buena alimentación: los cuidados de nuestros mayores no se limitan a mantener su actividad cerebral. El ejercicio físico fomenta el riego sanguíneo que ayuda a nuestro cerebro, así como los alimentos ricos en antioxidantes lo protegen.

Y recuerda: cada persona es única, así que cada experiencia con la demencia también lo será. Comprender los tipos de demencia es el primer paso para poder brindar el cuidado y el apoyo adecuados.

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