Enfermedad de Alzheimer

Cuidar a una persona con Alzheimer requiere un gran esfuerzo por parte de quien se encarga de sus cuidados. Por eso, este artículo te ayudará a conocer y entender mejor esta enfermedad, en la que además te daremos unos consejos prácticos para vuestro día a día.

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que merma la calidad de vida de quienes la padecen y que afecta a más de 47 millones de personas en todo el mundo.

En este artículo te explicaremos más sobre ella para que conozcas su naturaleza, síntomas y posibles causas, además de facilitarte algunos consejos para enfrentar este reto en tu día a día.

¿Qué es el Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que causa una disminución gradual en la capacidad cognitiva de sus pacientes, donde el cerebro sufre distintos cambios físicos y químicos que interfieren con su capacidad a la hora de pensar, recordar y razonar.

Se caracteriza por la acumulación de ciertas proteínas en el cerebro, formando placas y ovillos que eventualmente conducen a la muerte de las neuronas.

Es importante destacar que no es una parte normal del envejecimiento, aunque la edad avanzada es el factor de riesgo más significativo.

Primeros síntomas del Alzheimer. Aprende a identificarlos.

Los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer pueden aparecer de forma sutil y habitualmente confundirse con el envejecimiento normal. Aquí te indicamos algunos de los síntomas más comunes que suelen repetirse en pacientes con Alzheimer:

Dificultades para recordar información:

quienes padecen Alzheimer pueden olvidar información que han aprendido recientemente, así como hechos importantes, o eventos significativos.

Repetir varias veces la misma pregunta:

la pérdida de memoria a corto plazo puede hacer que una persona repita las mismas preguntas o historias en un corto período de tiempo.

Desorientarse en lugares conocidos:

las personas con Alzheimer pueden deambular o confundirse con su ubicación, aunque sea en lugares que antes conocían bien. Esto además los lleva a sentir ansiedad en lugares nuevos o diferentes.

El crecimiento en la incidencia de demencia en ancianos ha llevado a la innovación de localizadores especialmente diseñados para ellos. Estos dispositivos se han convertido en herramientas esenciales para garantizar su seguridad, permitiendo a familiares y cuidadores rastrear sus movimientos y evitar desapariciones. La tranquilidad que proporcionan estos localizadores es inigualable, siendo su uso ampliamente recomendado y adoptado por un número creciente de personas.

Garantizar el bienestar de nuestros mayores es esencial, y estos dispositivos son un paso adelante en ese compromiso. Aquí, te mostramos algunos ejemplos de localizadores más vendidos en el mercado:

Dificultades para establecer una conversación:

pueden experimentar dificultad a la hora de encontrar las palabras adecuadas en una conversación, además de presentar dificultades para seguir o recordar el hilo de las mismas.

Cambios repentinos del estado de ánimo:

es común que experimenten cambios de humor sin razón aparente, mostrándose confundidos, desconfiados, temerosos o dependientes de forma repentina.

Cambios en el sueño:

es común que experimenten cambios de humor sin razón aparente, mostrándose confundidos, desconfiados, temerosos o dependientes de forma repentina.

Estos son solo algunos síntomas, pero si detectas algunos de estos signos, es esencial que consultes a un médico para realizar un diagnóstico adecuado.

Causas y factores de riesgo del Alzheimer

Las causas exactas del Alzheimer siguen sin ser completamente claras, pero se cree que es producido por una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida.

Algunas de las causas y factores de riesgo más conocidos incluyen:

Edad:

la edad es el mayor factor de riesgo para el Alzheimer, ya que el riesgo de desarrollarlo aumenta significativamente a partir de los 65 años.

Antecedentes familiares:

aquellas personas con un familiar directo (padre, madre o hermanos) que ha sufrido la enfermedad, tienen un mayor riesgo de padecerla.

Deterioro cognitivo:

las personas con un deterioro cognitivo leve tienen un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, sobre todo si éste afecta a la memoria, ya que es más probable que el deterioro evolucione hasta una demencia causada por el Alzheimer.

Consumir alcohol en exceso:

el consumo excesivo y prolongado de alcohol provoca cambios en el cerebro, un hecho estrechamente relacionado con el riesgo de padecer demencia.

Traumatismos craneales:

según algunos estudios, los expertos indicaron que sufrir lesiones cerebrales traumáticas y conmociones pueden hacer que se incremente el riesgo de desarrollar demencia o Alzheimer.

Estilo de vida y salud cardiovascular:

la relación entre el estilo de vida y la salud del corazón está íntimamente ligada con la posibilidad de desarrollar demencia. Algunos factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la diabetes, la obesidad o el tabaquismo, juegan un papel importante en la probabilidad de desarrollar demencia o Alzheimer.

Es importante recordar que comprender estos factores pueden ayudarte a identificar situaciones de riesgo y adoptar estrategias de prevención para la salud cerebral.

¿Cuáles son las fases del Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer evoluciona progresivamente en tres fases principales, cada una con sus características. Estas etapas nos muestran cómo van cambiando y avanzando las habilidades del paciente una vez aparecen los primeros síntomas:

Fase temprana:

los signos iniciales suelen ser sutiles, como olvidar palabras familiares, perder objetos que usa a diario, o problemas de concentración y planificación. Algunas personas también pueden manifestar cambios de humor o de comportamiento.

Fase media:

esta fase acostumbra a ser la más larga, ya que puede extenderse en el tiempo durante varios años. En ella los problemas de memoria emporan, y pueden aparecer dificultades para realizar tareas cotidianas, cambios de personalidad y comportamiento inapropiado e inesperado.

Fase avanzada:

también llamada la etapa final, en esta fase los pacientes pierden la capacidad de interactuar con su entorno, mantener una conversación y, finalmente, controlar el movimiento, lo que les convierte en personas totalmente dependientes con necesidad de asistencia las 24 horas del día.

Hemos de tener en cuenta que el progreso de la enfermedad dependerá de cada persona, de forma que cada uno experimentará los síntomas de cada fase de manera distinta a otro paciente.

Aunque es un proceso doloroso, entender estas fases puede ayudar a prepararse y proporcionar el mejor cuidado posible.

Cómo cuidar de un enfermo de Alzheimer

Cuidar a una persona con Alzheimer puede traer dificultades diferentes cada día, junto con el desgaste físico y emocional que puede conllevar como cuidador/a.

Estos son algunos consejos que pueden ayudarte en vuestras rutinas diarias:

  • Muestra flexibilidad: adapta las actividades del día según su estado de ánimo y energía, posponiendo si es necesario aquellas tareas más difíciles cuando esté menos confundido/a y dispuesto a cooperar.
  • Comunicación sencilla: asegúrate de que tienes su atención llamándole por su nombre, usando un tono de voz suave y calmado a la hora de hablar con él, y ten paciencia para darle tiempo a responder y expresarse.
  • Estimula su memoria: recordad juntos viejos tiempos, repite historias y fotos familiares e incluso podéis realizar ejercicios de memoria sencillos para la estimulación cognitiva.
  • Simplifica tareas cotidianas: las personas con Alzheimer se desenvuelven mejor en entornos sencillos y ordenados. Pequeñas acciones como ayudarle a preparar su ropa para vestirse o dejar listas las toallas y utensilios necesarios a la hora del aseo, les aporta calma y control.

En resumen, el cuidado y la comprensión son clave para ayudar a una persona con Alzheimer a mantener la mejor calidad de vida posible.

Y recuerda: no estás solo/a. En #IMPRESCINDIBLES tienes una comunidad por y para ti dispuesta a ayudarte y escucharte.

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