Por todas estas razones, han surgido diversas soluciones en forma de aplicaciones para móviles o tablets que ayudan a controlar la diabetes....
Qué es y cómo cuidar un pie diabético
Descubre en este artículo todo lo que necesitas saber sobre el pie diabético: en qué consiste exactamente, sus causas, sus síntomas, cómo identificarlo y, sobre todo, cómo cuidarlo.
La diabetes puede afectar a varios órganos y sistemas, como el sistema endocrino, circulatorio, nervioso periférico, oculares, renales, etc. Estas afectaciones pueden conllevar importantes complicaciones y una de ellas es el pie diabético. Este aparece cuando se tienen niveles inadecuados de glucosa en sangre de forma continuada y por muchos años.
Debido a esto, el pie de un diabético es una zona que debe vigilarse de manera especial para prevenir que aparezcan lesiones.
¿Qué es un pie diabético?
Un pie diabético es la consecuencia de un mal control de la diabetes, lo que produce una disminución en el riego sanguíneo (isquemia) y una afectación de los nervios periféricos (neuropatía), lo que afecta especialmente a las piernas y pies, aumentando las posibilidades de que aparezcan lesiones o ulceraciones las zonas distales y que el paciente ni se dé cuenta por la falta de sensibilidad asociada al azúcar alto en sangre (hiperglucemia).
La piel se vuelve cada vez más frágil y cualquier pequeño trauma o roce se convierte en una lesión que, en vez de curar, va agravándose cada vez más. Por lo tanto, los pies de las personas con diabetes se consideran pie de riesgo.
¿Cuáles son los síntomas de un pie de riesgo?
Los principales síntomas asociados a este problema son los siguientes:
- Pérdida de sensibilidad.
- Dolor, incluso en reposo.
- Sensación de hormigueo o calambres.
- Hinchazón.
- Sequedad.
- Falta de sudoración.
- Aparición de úlceras, infección de las mismas y amputación.
Una manera sencilla de poder identificar si la persona a la que cuidas tiene un pie de riesgo para convertirse en pie diabético, es observar y preguntar si presenta algunos de estos signos y síntomas anteriormente mencionados.
Factores de riesgo
Además de la diabetes, los factores de riesgo que favorecen a que se desarrolle una úlcera o pie diabético son:
- Ser mayor de 70 años.
- Sufrir aislamiento social.
- Tener una amputación previa.
- Ser paciente con enfermedad arterial periférica.
- Tener una mala regulación de la glucemia.
¿Cómo prevenir y cuidar de un pie diabético
Como siempre decimos, la mejor cura para cualquier enfermedad es la prevención. Y para prevenir un pie diabético y su terrible consecuencia, la amputación, es necesario minimizar las posibilidades de aparición de úlceras.
Así que aquí dejamos una serie de consejos para cuidar la piel, y en especial la de las extremidades, de una persona con diabetes:
- Controlar los niveles de glucosa en sangre. Llevar una alimentación adecuada para su diabetes.
- Control de peso: La obesidad puede contribuir a un empeoramiento.
- Realizar ejercicio regularmente.
- Realizar una inspección diaria de los pies para comprobar que no haya lesiones. Si fuera el caso, concertar una cita con un podólogo o con su enfermera del centro de salud.
- Realizar la higiene de los pies diariamente, con agua templada (nunca caliente) ya que puede no notar que quema por su pérdida de sensibilidad. Frotar suavemente entre los dedos. Usar un jabón suave.
- Secar a toquecitos, evitando la fricción.
- Poner crema hidratante especial para pies, preferiblemente con urea al 5-15%. Evitar ponerla entre los dedos para evitar exceso de humedad y maceración. Se desaconseja el uso de polvos de talco o polvos para el olor, ya que resecan demasiado la piel.
- Evitar cortar las uñas, es mejor limarlas, ya que los cortaúñas y tijeras pueden ocasionar lesiones de forma involuntaria. Siempre mantenerlas rectas y cortas.
- No utilizar callicidas ni lima de pies ya que pueden provocar una herida.
- Acudir al podólogo regularmente para el cuidado de los pies, nunca realizarlo por sí mismo ni en centros de estética.
- Usar calzado cómodo, ancho, a ser posible de piel, con suela de goma. Evitar tacones, zapatos finos, sandalias, ya que podría provocar rozaduras y heridas. En ocasiones, es necesario realizar plantillas a medida por parte del podólogo. Si ya tiene un pie de riesgo, debería utilizar zapatos específicos de ortopedia.
- Comprar los zapatos a última hora del día, cuando los pies están más hinchados, porque si los compra a primera hora del día, los pies están deshinchados y cuando se hinchen puede provocarle lesiones. Si la va a estrenar zapatos nuevos, mejor que no sea un día que tenga que andar mucho o pasar mucho tiempo de pie.
- No usar calcetines ni medias apretadas. Usar calcetines sin costuras (para no clavárselas), de algodón (más suave con la piel y permite la transpiración), de colores claros, preferiblemente blancos, por si se produce una herida, poder visualizar mejor el sagrado.
- Evitar caminar descalzo, ya que, si se clava algún objeto, puede no notarlo y producirse herida.
- Revisar con la mano el interior de los zapatos cada día por si hubiera rugosidades o imperfecciones que pudieran lastimar el pie.
- No aproximar los pies a fuentes de calor como estufas, radiadores, bolsas de agua caliente, ya que se pueden quemar y no notarlo.
- No fumar. El tabaco es muy nocivo para las piernas y los pies de la persona con diabetes, principalmente si hay falta de riego.
Bibliografía
- ConSalud. Prevención y diagnóstico del pie diabético.
- Ministerio de Sanidad. Guía de prevención del pie diabético
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