Incontinencia urinaria inducida por medicamentos

La incontinencia urinaria inducida por medicamentos es un problema más frecuente de lo que parece, especialmente en personas mayores con tratamientos prolongados para distintas enfermedades. Puede limitar la autonomía, alterar el descanso y afectar la autoestima, además de generar irritación de la piel o infecciones urinarias.

Ciertos fármacos, en especial los corticoides, pueden afectar a los nervios o los músculos que controlan la vejiga, provocando escapes involuntarios o un aumento del volumen de orina. Además, algunos de estos medicamentos pueden alterar también la función cognitiva, lo que puede dificultar el llegar a tiempo al baño.

En este artículo veremos cómo los fármacos pueden causar incontinencia urinaria, la relación entre los corticoides y la orina, otros medicamentos implicados y cómo tratar, prevenir y manejar este problema en personas mayores.

Relación entre fármacos y la incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria suele afectar de forma significativa la calidad de vida de quien la padece, ya que genera incomodidad, inseguridad y pérdida de confianza, además de aumentar el riesgo de infecciones o lesiones cutáneas.
Aunque a menudo se relaciona con enfermedades del aparato urinario, en muchos casos el origen está en una serie de fármacos que interfieren en el control normal de la micción.

Los medicamentos pueden afectar la incontinencia de diferentes formas:

  • Actuando sobre el sistema nervioso o urinario, alterando el control de la vejiga.
  • Aumentando la cantidad de orina, lo que obliga a ir al baño con más frecuencia.
  • Reduciendo las capacidades físicas o mentales, dificultando llegar a tiempo al baño.
  • Provocando retención urinaria, que puede causar incontinencia por rebosamiento.

Entre los fármacos que pueden causar con mayor frecuencia este efecto en personas mayores se incluyen: corticoides, sedantes, neurolépticos, antidepresivos, anticolinesterásicos (usados en Alzheimer), diuréticos y alfabloqueantes (utilizados en hipertensión o hiperplasia prostática). Por ello, tanto cuidadores como familiares deben conocer estos posibles efectos secundarios para detectar los síntomas a tiempo y comunicarlos al médico.

Corticoides y orinar mucho

Los corticoides son medicamentos muy utilizados para tratar inflamaciones, alergias o enfermedades autoinmunes, y en muchos casos resultan imprescindibles. Sin embargo, en algunas personas mayores pueden aumentar la cantidad de orina o incluso la frecuencia de las micciones, lo que puede favorecer la incontinencia urinaria o una sensación continua de necesidad de orinar. Este efecto se debe a la acción de los corticoides sobre el metabolismo del agua y las sales minerales, que puede modificar la función renal.

No todas las personas que toman corticoides presentan este problema, por eso es importante vigilar cualquier cambio en la frecuencia o la cantidad de orina.

¿Qué hacen los corticoides en los riñones?

Los corticoides influyen de forma directa en la función renal al afectar el equilibrio de sodio y agua. Estimulan la reabsorción de sodio y la eliminación de potasio, lo que puede alterar el volumen de orina y la presión arterial.

A nivel más profundo, también pueden tener efectos indirectos sobre los glomérulos (estructuras encargadas de filtrar la sangre) y el túbulo renal, modificando la capacidad del riñón para concentrar la orina. En tratamientos prolongados, algunos pacientes pueden desarrollar nefritis intersticial, una inflamación que altera la función renal y favorece la aparición de micciones abundantes o frecuentes.

Señales de alerta al tomar corticoides

Los cuidadores deben estar atentos a posibles signos que indiquen cambios en el patrón urinario:

  • Aumento de la frecuencia de micción durante el día.
  • Levantarse varias veces por la noche para orinar (nicturia).
  • Escapes involuntarios, sobre todo al toser o moverse bruscamente.
  • Sensación de urgencia de orinar.

Detectar estas señales a tiempo permite consultar con el médico para ajustar la dosis, revisar el tratamiento o implementar medidas de apoyo.

Otros fármacos que pueden causar incontinencia urinaria

Además de los corticoides, existen otros medicamentos de uso común en personas mayores que pueden favorecer la incontinencia urinaria.

  • Diuréticos: aumentan la cantidad de orina y la frecuencia de micción, pudiendo derivar en vejiga hiperactiva.
  • Sedantes y neurolépticos: reducen la coordinación y el tiempo de reacción, dificultando llegar al baño a tiempo.
  • Antidepresivos y anticolinesterásicos: alteran la función nerviosa de los músculos de la vejiga y el esfínter. Su efecto sedante puede hacer que la persona ignore la necesidad de orinar, provocando retención o escapes.
  • Alfabloqueantes: empleados en problemas de próstata e hipertensión; pueden causar fugas involuntarias o urgencia urinaria.
  • Medicamentos para el resfriado y las alergias (descongestionantes, antihistamínicos): pueden generar vejiga hiperactiva o relajar el esfínter urinario, provocando escapes.
  • Relajantes musculares: relajan también la uretra, pudiendo causar incontinencia urinaria de urgencia.

El impacto de la incontinencia urinaria por corticoides

La incontinencia urinaria inducida por fármacos —como los corticoides— puede alterar la vida diaria de la persona mayor, afectando su seguridad y bienestar, pero afortunadamente, en la mayoría de los casos es reversible ajustando el tratamiento.
Algunas actividades cotidianas que pueden verse afectadas son:

  • Salir de casa: la inseguridad ante posibles escapes puede limitar las salidas.
  • Dormir toda la noche: las micciones nocturnas interrumpen el descanso.
  • Participar en actividades sociales: el temor a accidentes o la pérdida de confianza genera aislamiento.
  • Movilidad en el hogar: la prisa por llegar al baño aumenta el riesgo de caídas.
  • Higiene personal: los cambios frecuentes de ropa o protectores pueden ser incómodos.

Con un plan de cuidados adaptado, ajustes médicos y apoyo del cuidador, es posible reducir estos efectos y mantener la confianza y la calidad de vida.

Cómo tratar la incontinencia urinaria por corticoides

Ante cualquier sospecha de incontinencia urinaria relacionada con corticoides, es importante consultar con el médico o el urólogo. Nunca debe modificarse o suspenderse la medicación por cuenta propia.

Rehabilitación perineal

La rehabilitación del suelo pélvico o reentrenamiento perineal fortalece los músculos que sostienen la vejiga y el esfínter urinario.
Puede realizarse con la supervisión de un fisioterapeuta especializado o, tras el aprendizaje, en el domicilio. Suele mostrar buenos resultados, sobre todo en
incontinencia de esfuerzo (al toser, reír o hacer ejercicio).

Medicamentos específicos

El profesional puede recetar fármacos que actúan sobre los músculos de la vejiga o el esfínter, reduciendo la urgencia y las fugas, aunque algunos contienen anticolinérgicos o agonistas beta-3. Estos tratamientos deben usarse bajo supervisión médica, ya que pueden tener efectos secundarios (sequedad bucal, estreñimiento, visión borrosa, etc.).

Cirugía

En los casos más resistentes, puede valorarse la intervención quirúrgica, que se reserva para pacientes que no mejoran con otros tratamientos:

  • Implante de un esfínter artificial: dispositivo que imita el cierre natural de la vejiga.
  • Cirugía tipo "sling": coloca una cinta de soporte bajo la uretra para evitar escapes.

La cirugía es una opción de último recurso, indicada solo tras evaluación completa del paciente.

Cómo manejar la incontinencia urinaria inducida por fármacos

El manejo de la incontinencia requiere observación continua y coordinación médica.
Los cuidadores pueden aplicar estas medidas prácticas:

  • Registrar la frecuencia de micciones y los episodios de escapes.
  • Adaptar el baño: instalar barras de apoyo, alfombras antideslizantes y buena iluminación.
  • Planificar las visitas al baño, especialmente antes de dormir.
  • Mantener la higiene adecuada y cambiar pañales o ropa según necesidad.
  • Comunicar al médico cualquier cambio relevante para ajustar dosis o tratamientos.

Nunca suspender un medicamento sin indicación médica. Algunos fármacos son esenciales y deben ajustarse, no retirarse. El objetivo es minimizar los síntomas y preservar la calidad de vida.

Prevención y consejos para cuidadores

Aunque no siempre puede evitarse la incontinencia inducida por fármacos, sí pueden aplicarse estrategias preventivas que reduzcan su impacto.

Entre las principales medidas:

  • Revisar periódicamente la medicación con el médico o farmacéutico, especialmente si hay nuevos síntomas urinarios.
  • Fomentar hábitos saludables: buena hidratación (sin excesos), evitar bebidas irritantes (café, alcohol, cítricos) y promover la movilidad.

Consejos útiles para cuidadores:

  • Establecer rutinas de baño regulares.
  • Evitar líquidos antes de dormir.
  • Controlar el peso, ya que el exceso de presión abdominal empeora la incontinencia.
  • Proteger la piel con cremas barrera si se usan pañales.
  • Mantener una comunicación constante con los profesionales sanitarios.

El papel del cuidador en este tipo de situaciones es esencial: registrar cambios, adaptar el entorno y coordinar el tratamiento ayuda a mantener la autonomía y la seguridad de la persona mayor.

Preguntas frecuentes

¿Tomar corticoides puede dañar el riñón?
En tratamientos prolongados o dosis altas, pueden afectar la función renal, causar retención de sodio y pérdida de potasio.

¿La incontinencia por medicamentos desaparece al dejar el fármaco?
En la mayoría de los casos, sí. Al suspender o ajustar la dosis, los síntomas suelen revertir gradualmente, aunque depende del tipo de fármaco y del estado general del paciente.

¿Los diuréticos y los corticoides producen el mismo tipo de incontinencia?
No. Los diuréticos aumentan la producción de orina, mientras que los corticoides alteran el equilibrio de agua y sales. Ambos pueden favorecer escapes, pero por mecanismos diferentes.

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