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Causas frecuentes de la incontinencia fecal en ancianos
La incontinencia fecal, o escape involuntario de heces, es una condición más frecuente de lo que se piensa, especialmente entre las personas mayores. Para quienes cuidan a un adulto mayor dependiente, enfrentarse a episodios de manchado en la ropa interior o a un control deficiente del intestino puede generar preocupación, vergüenza y dudas sobre cómo actuar. Comprender las causas de la incontinencia fecal es clave para poder afrontarla con serenidad, buscar soluciones efectivas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada.
Este artículo analiza en profundidad por qué se produce la incontinencia fecal en ancianos, qué factores la agravan y qué se puede hacer desde el cuidado diario para reducirla o prevenirla.
Incontinencia fecal en personas mayores: una realidad más común de lo que parece
Aunque a menudo no se habla abiertamente, la incontinencia fecal afecta a entre un 5% y un 15% de los adultos mayores que viven en la comunidad, y su prevalencia es incluso mayor en residencias o en personas con movilidad reducida. No se trata solo de un problema físico: también tiene implicaciones psicológicas, sociales y emocionales para quien la padece.
Quienes cuidan a un familiar mayor suelen darse cuenta al observar manchas de heces en el calzoncillo o en la ropa interior, o cuando el anciano admite que no ha podido llegar a tiempo al baño. En cualquier caso, es fundamental entender que no se trata de una "desidia" ni de una cuestión voluntaria: hay causas médicas, funcionales y cognitivas que explican por qué se escapan las heces.
Principales causas de la incontinencia fecal en adultos mayores
Debilidad o lesión del esfínter anal
Con el paso del tiempo, los músculos del esfínter anal pueden debilitarse. Algunas personas mayores han sufrido daños en esta zona como consecuencia de cirugías previas, partos traumáticos o intervenciones en la región perineal. Cuando el esfínter no puede cerrarse con fuerza suficiente, se producen pequeñas fugas, especialmente al hacer esfuerzos.
Daño neurológico
Las señales que controlan la defecación pasan por nervios que pueden verse afectados por:
- Accidente cerebrovascular (ictus)
- Diabetes mellitus mal controlada
- Lesiones medulares
- Enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer
Estos trastornos pueden alterar la percepción del impulso de defecar o dificultar el control voluntario, generando episodios de escape.
Impactación fecal o estreñimiento crónico
Aunque parezca contradictorio, el estreñimiento también puede provocar incontinencia. Cuando hay acumulación de heces duras en el recto, el intestino puede liberar líquido alrededor de ese tapón, provocando escapes involuntarios. Este tipo de ensuciamiento fecal es común en personas mayores encamadas o con poca movilidad.
Diarrea crónica o infecciones intestinales
La consistencia líquida de las heces dificulta el control. Cuando la persona tiene una diarrea persistente, el margen de tiempo para acudir al baño se reduce, y los episodios de urgencia o incontinencia aumentan. Las infecciones intestinales, algunos medicamentos (como los laxantes) o enfermedades como el síndrome del intestino irritable pueden ser detonantes.
Deterioro cognitivo y dependencia funcional
En personas con demencia, Alzheimer u otras enfermedades cognitivas, la incontinencia fecal puede aparecer por varias razones:
- Olvidan dónde está el baño o que deben ir
- No reconocen la sensación de necesidad
- No pueden pedir ayuda o desvestirse a tiempo
En estos casos, la causa no es anatómica sino funcional, y requiere un abordaje adaptado al deterioro cognitivo.
Cirugías previas y enfermedades intestinales
Intervenciones en el recto, cáncer colorrectal, fístulas o enfermedades inflamatorias intestinales pueden modificar la anatomía del aparato digestivo y afectar su funcionamiento. Estas personas pueden tener más riesgo de presentar escapes de heces, especialmente si no se ha recuperado completamente el tono muscular tras la cirugía.
Otros factores que agravan el problema
No siempre hay una sola causa. En muchos casos, la incontinencia fecal en ancianos es multifactorial. Algunos factores que pueden contribuir o empeorar el problema son:
- Medicamentos: ciertos tratamientos (sedantes, relajantes musculares, quimioterapia) pueden alterar el tránsito intestinal o disminuir la conciencia del impulso de defecar.
- Deshidratación: provoca estreñimiento y dificultad para evacuar
- Malnutrición o dieta pobre en fibra
- Baja movilidad o dependencia para desplazarse hasta el baño
- Uso prolongado de absorbentes o compresas sin cambios frecuentes, que puede generar pérdida de sensibilidad
Detectar y corregir estos factores es clave para mejorar el control intestinal en personas mayores.
¿Qué hacer ante los primeros signos de incontinencia fecal?
Cuando aparecen las primeras manchas de heces en la ropa interior o el anciano empieza a expresar que no llega a tiempo al baño, conviene actuar pronto:
- Observar y anotar la frecuencia y las circunstancias en que se producen los escapes
- Consultar con el médico para solicitar un estudio del caso
- Valorar si hay signos de estreñimiento, diarrea crónica u otros síntomas digestivos
- Revisar la medicación habitual
El abordaje suele requerir un tratamiento personalizado que puede incluir ajustes dietéticos, ejercicios de suelo pélvico, cambios en el entorno (como colocar un baño portátil o barras de apoyo), o derivación a fisioterapia o unidades de suelo pélvico.
Una mirada empática y centrada en la persona
La incontinencia fecal en adultos mayores no debe tratarse como un tabú. Detrás del "ensuciamiento fecal" o del escape de heces hay una persona que merece ser cuidada con dignidad, paciencia y comprensión. Para quienes están al cargo del cuidado, el conocimiento es una herramienta valiosa: entender las causas ayuda a no culpabilizar al anciano, a buscar soluciones y a acompañar con sensibilidad.
Con una intervención adecuada, muchas personas mayores pueden mejorar o incluso revertir esta situación. El apoyo emocional, la escucha activa y una actitud empática son tan importantes como el tratamiento médico para lograr un cuidado integral y respetuoso.
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