Cuidado, mujeres e historia

Las mujeres, la salud y el cuidado guardan una relación intrínseca que se ha mantenido a lo largo de los siglos como algo normal y natural hasta nuestros días, así no es extraño encontrar a…

Las mujeres, la salud y el cuidado guardan una relación intrínseca que se ha mantenido a lo largo de los siglos como algo normal y natural hasta nuestros días, así no es extraño encontrar a figuras femeninas que en forma de diosas eran adoradas en distintas culturas. Las diferentes religiones y modos de organizar la sociedad también han ido influyendo en la visión que se ha tenido del mundo del cuidado y de las personas que ofrecían dicho cuidado.

Hoy desde el Rincón del Cuidador® queremos homenajear a todas esas mujeres que han cuidado, cuidan y seguirán cuidando, dando un repaso histórico a la figura de las cuidadoras.

Evolución de las mujeres cuidadoras en la historia

Ya en la antigua Sumeria se encuentran deidades femeninas que velan por el cuidado del cuerpo y aparecen las figuras de las sacerdotisas que preparaban recetas para combatir el dolor.

En Egipto, existió incluso una escuela de medicina, donde las “madres divinas” impartían conocimientos a otras mujeres, sobre todo en lo relativo a la gestión de los partos y el cuidado de enfermos.

Así mismo, se sabe que la antigua Grecia empleaba a muchas mujeres en el ejercicio del cuidado y de la sanación, y que las sanadoras de la cultura romana poseían conocimientos sobre las propiedades de ciertas hierbas.

Más tarde, con la llegada del cristianismo la labor de las cuidadoras cobra una especial importancia. Aparecen en este contexto del cuidado al prójimo mujeres que practican el cuidado y la medicina con fines caritativos y que incluso fundan hospitales, como es el caso de Fabiola. Esta corriente se mantiene y así en el siglo V, Escolástica, junto a su hermano San Benito, recorre Italia atendiendo a pacientes, fundando hospitales y haciendo labores de docencia a otras mujeres para que aprendieran a cuidar.

Dependiendo del momento histórico, cuidar era un ejercicio que tenía buena o mala reputación

No obstante, la figura de la mujer cuidadora sufre un giro drástico con la llegada de la Edad Media. Aunque las funciones del cuidado y la sanación se conservan en la mujer , la figura femenina de cuidadora y sanadora se impregna de miedo y muchas mujeres sanadoras son acusadas de brujería por emplear hierbas o técnicas mal vistas socialmente y son torturadas o quemadas.

En los siglos XV y XVI llega el Renacimiento; una época de esplendor en el mundo, incluida la medicina, pero los cuidados femeninos profesionales y no profesionales se resienten, ya que anteriormente habían estado muy ligados a las órdenes religiosas. Así, para subsanar la situación, en el siglo XVI se editan los primeros manuales destinados a mujeres que cuidan, sobre todo al modo correcto en el que asistir los partos.

Un siglo más tarde, en el XVII, aparece a manos de un autor desconocido el manual “Instrucción de enfermería y modo de aplicar los remedios a todo género de enfermedades y acudir a los accidentes que sobrevienen en ausencia de los médicos”.

A partir de este momento, entre los siglos XVII y XIX, se producen cambios políticos y sociales importantes, se realizan numerosos descubrimientos científicos, pero la labor de la mujer como cuidadora comienza a ser mal vista socialmente. En el siglo XVIII un pastor alemán funda una escuela para enseñar a las jóvenes de clase alta cómo realizar los cuidados de modo profesional, y con el nombre de diaconisas, estas jóvenes de clase alta empiezan a ser bien vistas y los cuidados vuelven a retomar su estatus social.

Pero no será hasta el siglo XIX de la mano de Florence Nightingale, pionera de los cuidados de enfermería, que los cuidados profesionales femeninos vuelvan a ser reconocidos y tenidos en cuenta.

¿Qué te ha parecido el viaje por diferentes épocas y culturas? ¿Cómo crees que están vistos hoy en día los cuidados profesionales y no profesionales?

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