Comienza el cuidado: enfado y frustración

Ya llevas cuidando desde hace un tiempo y puede ser que empieces a estar cansado, que te flaqueen las fuerzas a nivel físico y psicológico.

En esta etapa del camino podrán aparecer la rabia, la tristeza y la frustración. Recuerda que cada emoción es como un cartero que viene a darnos un mensaje, ¿estás dispuesto a abrirle la puerta a tu enfado, a tu frustración y a tu tristeza?

  • La rabia: Clásicamente es una emoción que hemos considerado negativa, pero recuerda que no hay emociones buenas ni malas. El enfado nos moviliza mucha energía para ser capaces de poner un límite o defendernos de un posible ataque. Así que es normal que tu enfado te haga tener muchos recursos disponibles para poder reaccionar e intentar cambiar las cosas.

Lo que ocurre es que a veces las cosas no se pueden cambiar. Cuando seas consciente de esto tendrás que trabajar tu tolerancia a la frustración.

  • La frustración: Es una emoción secundaria que puede tener pinceladas de tristeza y de rabia, dependiendo de la persona y del momento vital en el que se encuentre.

Aprender a mirar las cosas desde otra perspectiva y aceptar que la vida es un camino que a veces va recto y otras zigzaguea puede ayudarte bastante en este momento.

Te ayudará trabajar tu concepto mental de justicia, y esto se relaciona con tus valores, así que vamos a apoyarnos en ellos para aumentar tu tolerancia a la frustración. Piensa qué te aporta cuidar de tu familiar, pese a que ahora esté siendo duro, recuerda los motivos que te impulsaron a cuidar. Quizás fue el agradecimiento hacia la otra persona, hacerle la vida más agradable, quizá el amor que sientes por esa persona, seguro que tienes muchos más motivos.

  • La tristeza: Nos ayuda a gestionar pérdidas, a decir adiós, para ello nos quita energía e invita a que la gente que nos rodea nos nutra con su afecto, ¿te estas dejando arropar por tus seres queridos, cuidador?

En esta cuarta etapa del cuidado es muy normal que te sientas muy débil emocionalmente. Si contactas con la tristeza notarás que tienes poca energía -estás elaborando una pérdida-, si contactas con la rabia tendrás exceso de energía -estás poniendo un límite-. Aceptar y validar cada emoción según vayan viniendo te permitirá transitar esta etapa.

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