Comunicar positivamente

¿Recuerdas la primera parte de la entrevista con José Antonio Muñiz? ¿Estás esperando saber qué hay que hacer para comunicar de manera positiva? Te lo contamos a continuación. José Antonio Muñiz Velázquez, Licenciado en Publicidad…

¿Recuerdas la primera parte de la entrevista con José Antonio Muñiz? ¿Estás esperando saber qué hay que hacer para comunicar de manera positiva? Te lo contamos a continuación.

José Antonio Muñiz Velázquez, Licenciado en Publicidad y Psicología, Doctor en Comunicación, colaborador e investigador de varias Universidades de nuestro país y actualmente Director del Dpto. de Comunicación de la Universidad de Loyola en Sevilla.

RC –¿Cómo acallamos ese dialogo? ¿Se podría decir que podemos ser capaces de dirigir este dialogo interno hacia metas positivas o negativas?

J.A – Lo ideal es, como dicen los maestros budistas, aprender a acallar esa cháchara mental. Pero mientras lo hacemos y no, porque no es nada fácil, intentemos al menos que sea una cháchara en positivo. No ya porque mire a metas positivas o negativas, sino a caminos positivos para llegar a metas positivas. Y precisamente un primer paso sería olvidarnos de las metas de vez en cuando, que por descontado han de ser positivas, para nosotros y para los otros, por supuesto, y centrarnos en el camino. No recuerdo quién dijo que la clave no estará en centrarnos en la búsqueda de la felicidad, esto es, la meta, sino en la felicidad de la búsqueda, el camino. Cualquiera que ha hecho el camino de Santiago con un mínimo de espiritualidad, que no necesariamente religiosidad, no siempre son sinónimos, entenderá lo que quiero decir respecto al camino. Si logramos que ese diálogo interior se centre más en la belleza del camino, en la maravillosa cotidianeidad de la existencia, en los puntos positivos aun en las adversidades, estaremos fortaleciéndonos en felicidad.

Y cuando hablamos de puntos positivos de la existencia, en ella nos deberemos incluir nosotros mismos. Es decir, preguntémonos ¿me hablo a mí mismo en positivo o en negativo, me centro en lo que está bien y me procuro felicidad y bienestar, fortaleza y ganas de crecer con las palabras que me digo a mí mismo, o todo lo contrario? ¿Me hablo a mí mismo con amor, o con desprecio? ¿Con exigencia tras exigencia o con agradecimiento? A veces nos quejamos de que nuestro jefe solo se queja de lo que podemos hacer mal, y nunca nos felicita. ¿Y tú? No ya a los demás, sino a ti mismo, ¿sueles quejarte de tus fallos y tus fallas, o te centras en reconocerte lo que haces bien? No estaría mal por empezar en impedir ese diálogo interior negativo nada más surgir en nuestra cabeza, detéctalo rápidamente y decir stop! Por ahí no, y darle la vuelta al lado no-oscuro, por decirlo de alguna manera.

RC –¿Cómo podemos saber qué tipo de comunicación estamos utilizando?

J.A –Buena pregunta, y difícil respuesta. El autoconocimiento es aquí fundamental, lo cual se asocia a la inteligencia emocional y social. De partida, cada uno viene con unos niveles de serie en todo ello, pero se puede practicar y ejercitar, también esto, como el optimismo,la resiliencia… la felicidad.

El primer ejercicio que yo diría de poner en marcha, sería el abandonarnos mentalmente a nosotros mismos. Piensa a lo largo del día, cuántas veces eres tú mismo, tú misma, el centro de tus pensamientos, y de tus conversaciones. Quítate del medio, mentalmente, y centra tus situaciones comunicativas, con los demás, en los demás, no en cómo te afecta a ti esto o lo otro. Piensa en ellos, en lo que te están diciendo, en lo que están sintiendo, olvídate de ti mismo. Eso es en buena medida la felicidad, dicen los psicólogos expertos, el noble olvido de sí mismos. ¿Sientes que aquellas personas que pasan por tus manos, por tus palabras, por tu presencia, se van siendo mejores personas? Entonces será comunicación positiva lo que les estás regalando.

RC –¿Qué habilidades podemos cultivar para comunicar positivamente?

J.A –Cabría decir muchas cosas, pero nos vamos a quedar con tres, que valdrá tanto para la comunicación directa con los demás, como con nosotros mismos.

  • Primero, la sonrisa. Sonreír, sonreír y sonreír, sin parecer tonto, obviamente, pero practicar una sonrisa natural, y que salga del interior. Con esa sonrisa puesta por bandera, cualquier situación se afrontará mucho más positivamente, por adversa que parezca.
  • En segundo lugar, mirar a los ojos a la persona que tenemos delante. Parece que lo solemos hacer, pero somos muchos los que no miramos lo suficiente al otro, y sin ese cruzar de ojos, es muy difícil vernos el alma unos a otros. Y sin ver el alma, falla la empatía, ingrediente fundamental de comunicación positiva.
  • Y en tercer lugar, ya para terminar, propongo la simple regla de los dos segundos. Antes de decir cualquier cosa, piensa dos segundos si lo que estoy a punto de decir hace bien a alguien, o por el contrario podría hacerle daño a cualquiera, esté o no presente, incluyéndose uno mismo también. Si lo que voy a decir, tras dos segundos nada más, pasa mi propio filtro, lo lanzo, lo digo, porque en el fondo, estoy buscando el bien de alguien. Si no, me callo, porque podría hacerle daño a alguien, empezando por mí mismo. Es en este punto donde confluyen absolutamente la comunicación y la felicidad, cuando todo lo que sale de mí, aunque sean unas “simples” palabras, lo hace desde el amor.

¿Te ha gustado la entrevista? Tienes herramientas nuevas, cuéntanoslo, comunícate con nosotros, ya sabes que nos gusta escucharte.

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