El ‘respiro’ de los cuidadores familiares

Existen momentos en los que como cuidadores también necesitáis vuestro propio respiro.

Como tantas veces hemos insistido desde éste espacio, existen momentos en los que como cuidadores también necesitáis vuestro propio respiro. Respiro que puede venir en forma de ayuda acudiendo a un reparto de las tareas del cuidado entre familiares o acudiendo de forma temporal a cuidadores profesionales.

Teniendo en cuenta este último caso, no pienses en ello como una “externalización” de una tarea que corresponde al entorno familiar, puesto que la relación entre cuidador profesional y familia de la persona dependiente llega a ser tan estrecha que se puede considerar como un miembro más. Hablamos de la persona que no sólo se hace cargo de las necesidades de nuestros mayores, sino la persona que los mima, que los escucha, que está en todo momento cuando se le necesita: una labor que no tiene precio.

Una relación más allá de lo laboral

Cuando un familiar acude a un cuidador profesional, es debido a que por ciertas circunstancias no puede hacerse cargo al 100% y a tiempo completo de la persona dependiente. Desde este mismo momento se establece una relación donde se confía el cuidado de una de sus personas más estimadas en este mundo, y que por tanto va más allá de una relación laboral.

Todo cuidador ejerce una excelente labor con una dedicación que no se mide en horas, se trata de tareas vocacionales como bien sabemos a la hora de ejercerlas nosotros mismos, lo cual puede con el paso del tiempo conllevar situaciones de desgaste, sobrecarga o la necesidad de disponer de ciertos días para asuntos propios, ¿qué sentido tiene no pedir ayuda llegado ese momento?

Ayudas al cuidador en su labor

Por estas razones, todos los familiares de la persona dependiente deben mostrar cierta predisposición a ocasionalmente poderle dar ese respiro que necesita el familiar que se queda al cargo.

No obstante, en el caso de que contar con cuidadores secundarios o un cuidador profesional no sea posible por causas de fuerza mayor, existen otro tipo de programas y ayudas a cuidadores como las que ya se están poniendo en marcha en comunidades como Galicia en la que por plazos cortos como pudiera ser un fin de semana o una quincena, se ofrecen subvenciones para el alojamiento y cuidado en centros especializados, lo cual no significa un ingreso total ni un desvinculo entre cuidador y persona dependiente.

Soluciones temporales que permiten que cada uno de los miembros implicados en la tarea de los cuidados (cuidador, resto de familiares y personas mayores) obtenga el respiro que realmente necesitan.

Y tú cuidador, ¿dispones de la ayuda necesaria en tu entorno?, ¿en tu comunidad hay algún centro como los que proponen en Galicia?

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