¿Qué es el síndrome geriátrico vascular?

Es conocida la asociación que hay entre el envejecimiento y el deterioro del aparato circulatorio.

El sistema arterial es el responsable de situar a las enfermedades circulatorias como una de las primeras causas de muerte en personas con demencia, debido a la afectación de órganos tan vitales como el corazón o el cerebro.

El ictus y el infarto de miocardio no son los únicos procesos vasculares importantes en una persona mayor con demencia.

De hecho, las alteraciones cardiovasculares afectan aproximadamente al 50 % de la población de gente mayor.

Clasificación de las enfermedades vasculares

Podemos clasificar las enfermedades arteriales bajo dos criterios:

• Enfermedades que se producen por la alteración estructural de los vasos por el envejecimiento, favorecido sobre todo por el endurecimiento, el aumento del grosor y la pérdida de elasticidad de las paredes arteriales, así como la diabetes.
• Enfermedades vinculadas al cerebro y al corazón.

Como hemos comentado anteriormente, contraer una enfermedad arterial lleva consigo un riesgo de mortalidad, aunque no son menos importantes las posibles secuelas que se generan, sobre todo las que afectan a la movilidad y se genera síndrome de inmovilización.

El retorno venoso, que es la tasa de flujo sanguíneo de vuelta al corazón, también se ve deteriorado por motivos del envejecimiento. Las inflamaciones, la debilidad muscular o patologías que involucran el deterioro y disfunción del sistema óseo y articular del cuerpo humano, facilitan la descompensación del sistema venoso ya alterado. Esto provoca hiperpresión venosa, que sucede cuando nuestra sangre “no vuelve” en un tiempo adecuado, desde las piernas hacia el corazón.

A este estado se le llama, Insuficiencia Venosa Crónica (IVC). La situación más habitual es que se generen varices o fenómenos de trombosis.

Es muy común en mujeres mayores, desarrollar el síndrome flebo-artrósico, que es la asociación de varices, artrosis y obesidad.

La manifestación clínica de la IVC en forma de arañas vasculares, manchas de dermatitis, pesadez, eccema por rascado y tensión en la pierna, junto con el empeoramiento osteoarticular que se da con más frecuencia en épocas calurosas, repercuten en la actividad diaria de las personas mayores.

Complicaciones principales de la hiperpresión venosa (ICV)

Las que repercuten en las personas mayores son:

• Varicoflebitis. Es la inflamación de una vena superficial que se inflama por la acumulación de más sangre de la habitual, es decir, debido a la formación de un trombo.

• Varicorragia. Es una hemorragia que resulta de la rotura de una vena superficial. Es frecuente que afecte a personas que durante años han padecido varices.

• Úlcera superficial. Es consecuencia de una importante alteración de la piel y del tejido celular subcutáneo.

• Trombosis venosa profunda (TVP). Es un coágulo sanguíneo que se forma en una vena profunda del cuerpo. Suele ocurrir en las piernas o los muslos. Una trombosis venosa profunda, puede desprenderse y causar un problema serio en los pulmones conocido como embolia pulmonar, un infarto o un derrame.Las secuelas postrombóticas en las personas mayores con TVP no suelen ser tan importantes como las que puede llegar a padecer una persona joven, ya que el tiempo evolutivo no es suficiente para que éstas se presenten.

Desde el Rincón del Cuidador, queremos ser tu guía y darte información relevante para ti en cada momento del cuidado del paciente dependiente o con demencia.

Nuestra intención es facilitarte el conocimiento que te permita mejorar el cuidado de las personas mayores que puedas tener a tu cargo. Te facilitará una mejor comprensión de los síntomas y causas de los distintos síndromes geriátricos.

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