Las principales 'manías' de personas con alzhéimer
Uno de los cambios más desconcertantes que pueden aparecer en el curso del Alzheimer es el desarrollo de lo que comúnmente se llaman “manías”: comportamientos repetitivos, fijaciones, frases insistentes, rituales extraños o actitudes que antes no estaban presentes. Para los familiares y cuidadores, estas conductas pueden resultar confusas, agotadoras o incluso preocupantes.
Entender que estas manías no son caprichos ni señales de testarudez, sino una expresión directa de los cambios que está sufriendo el cerebro, es fundamental para brindar un cuidado más humano, paciente y eficaz.
En este artículo analizaremos qué hay detrás de las manías de personas con Alzheimer, por qué se producen, cuáles son las más frecuentes, y sobre todo, cómo responder desde el acompañamiento respetuoso, sin caer en el enfrentamiento ni la corrección constante.
¿Qué entendemos por “manías” en el Alzheimer?
El término “manía” no es técnico ni clínico, pero en el contexto del Alzheimer se usa coloquialmente para referirse a conductas repetitivas, fijaciones o comportamientos persistentes que suelen desconcertar a quienes conviven con la persona.
Algunos ejemplos comunes son:
- Preguntar lo mismo cada pocos minutos.
- Esconder o acumular objetos.
- Repetir rutinas o gestos sin motivo aparente.
- Revisar cajones o bolsos constantemente.
- Querer salir de casa a la misma hora todos los días.
- Insistir en que alguien les ha robado o que deben “ir a casa” aunque ya estén en ella.
Estas conductas no surgen por malicia ni por terquedad, sino como consecuencia directa del deterioro cognitivo, emocional y conductual que produce la enfermedad. Si quieres saber conocer todos los síntomas de esta enfermedad, te invitamos a leer nuestro artículo sobre los síntomas y causas del Alzheimer
¿Por qué aparecen estas conductas repetitivas?
Las “manías” en personas con Alzheimer tienen múltiples causas que se combinan entre sí. Comprenderlas permite manejar sus comportamientos de forma más empática.
Alteraciones en la memoria
La pérdida de memoria a corto plazo genera confusión constante. Si una persona no recuerda que ya ha hecho o dicho algo, tenderá a repetirlo. Preguntar muchas veces lo mismo no es insistencia, es olvido.
Pérdida del sentido del tiempo y del espacio
Al no tener noción clara de dónde están, qué día es o qué ocurre a su alrededor, las personas con Alzheimer pueden buscar puntos de referencia repetitivos que les brinden algo de seguridad.
Por ejemplo, revisar la puerta, buscar una cartera o insistir en que deben “ir a trabajar” aunque estén jubilados desde hace años.
Ansiedad y necesidad de control
Cuando el entorno se vuelve difícil de comprender, muchas personas reaccionan con conductas particulares para tener una sensación de control. Así nacen ciertos rituales repetitivos o rutinas rígidas.
Algunos sienten tranquilidad revisando objetos, doblando ropa una y otra vez, o caminando en círculos por un mismo espacio.
Dificultades para comunicar emociones
La repetición de frases, gestos o movimientos también puede expresar malestar físico o emocional que no pueden verbalizar. Detrás de una “manía” puede haber dolor, hambre, miedo o necesidad de afecto.
Por eso, observar el contexto y el lenguaje no verbal es clave para interpretar correctamente el mensaje detrás del comportamiento.
Las “manías” más frecuentes en personas con Alzheimer
Aunque cada persona es única y desarrolla comportamientos particulares, hay ciertos patrones que aparecen con frecuencia en fases medias o avanzadas del Alzheimer. Reconocerlos puede ayudar a normalizarlos y gestionarlos con más calma.
Repetición constante de preguntas
Una de las más comunes y agotadoras. “¿Dónde está mi madre?”, “¿Qué hora es?”, “¿Cuándo vamos a casa?” La persona no retiene la respuesta, por lo que vuelve a preguntar, a veces en intervalos de pocos minutos.
Responde con serenidad, sin corregir ni mostrar molestia. Puedes redirigir la atención o dar respuestas simples con tono calmado.
Acumulación y escondite de objetos
Guardar cosas en lugares insólitos, acumular papeles, esconder comida, dinero… Estas conductas suelen estar relacionadas con inseguridad o miedo a perder lo poco que aún controlan.
Evita confrontaciones. Revisa periódicamente los escondites comunes (cajones, armarios) y considera dejar algunos objetos “seguros” para que manipule sin riesgos.
Caminar sin rumbo o insistencia en salir
Conocido como “deambulación”. Puede ser un intento de liberar tensión física o una forma de buscar algo que ya no recuerdan. También puede deberse a la creencia de que deben “volver a casa”.
Mantén las puertas seguras, pero sin que parezca una prisión. Salidas programadas, paseos supervisados y espacios para moverse con libertad pueden reducir esta necesidad de fuga.
Sospechas o creencias falsas
Algunos empiezan a acusar a familiares de robarles, a pensar que les quieren hacer daño o que viven en una casa que no les pertenece. Estas ideas delirantes son angustiosas, tanto para quien las vive como para quienes las escuchan.
Discutir no sirve. En su mundo, lo que dicen es real. Por eso es mejor responder desde el consuelo: “Tranquilo, todo está bien”, “Aquí estás seguro”, y tratar de calmar sin confrontar.
Cómo manejar las conductas repetitivas sin perder la calma
Convivir con las “manías” del Alzheimer puede ser emocionalmente agotador, sobre todo cuando se repiten sin pausa, dificultan la rutina o generan conflictos. Aquí algunas estrategias que pueden marcar la diferencia:
Aceptar sin intentar corregir
Uno de los mayores errores es corregir o razonar con la persona, esperando que comprenda la contradicción. Frases como “Eso ya lo has dicho” o “Ya lo has hecho antes” solo generan frustración.
Aceptar no significa rendirse. Significa adaptarse al nivel de comprensión actual de la persona y actuar desde ahí.
Repetir con calma y redirigir la atención
Ante preguntas reiteradas, responde con frases breves, amables y con el mismo tono cada vez. Luego, si es posible, redirige la atención hacia otra actividad: una canción, una tarea simple, una conversación sobre el pasado.
Crear un entorno predecible y seguro
Las conductas obsesivas suelen agravarse en entornos caóticos o cambiantes. Una rutina clara, objetos familiares, iluminación adecuada y actividades estructuradas pueden reducir la ansiedad que alimenta estas manías.
Buscar el mensaje detrás de la conducta
Antes de reaccionar, pregúntate: ¿qué puede estar sintiendo? ¿hay algo que necesita y no puede expresar? Esta mirada empática puede transformar la frustración en comprensión.
Cuidarse para poder cuidar
Ninguna estrategia funciona si el cuidador está agotado. Las conductas repetitivas pueden desgastar profundamente. Es fundamental:
- Buscar momentos de descanso.
- Pedir ayuda cuando sea necesario.
- Compartir la experiencia con otros cuidadores.
- Reconocer el cansancio sin culpa.
El autocuidado no es un lujo: es una herramienta de supervivencia emocional. Si quieres saber más acerca de los cuidados que tú necesitas como cuidador, te invitamos a leer nuestro articulo Cuidando del cuidador.
En definitiva, las manías de personas con Alzheimer no son meros hábitos molestos ni señales de terquedad. Son formas que encuentra el cerebro, dañado por la enfermedad, de buscar seguridad, expresar malestar o intentar comprender lo que ya no puede procesar del todo.
Responder desde la empatía, la paciencia y la flexibilidad es fundamental. Porque detrás de cada comportamiento hay una necesidad… y detrás de cada necesidad, una historia que merece ser acompañada con dignidad.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Es normal que una persona con Alzheimer repita siempre las mismas preguntas o gestos?
Sí, es un síntoma común que refleja problemas de memoria, ansiedad o necesidad de seguridad. No es voluntario ni intencional.
¿Debo corregir cuando tiene una “manía” que no tiene sentido?
No. Corregir puede aumentar su confusión o angustia. Es preferible acompañar, redirigir o simplemente validar su percepción con tranquilidad.
¿Qué hago si insiste en salir a la calle solo?
Evalúa el riesgo. En general, no se recomienda permitirlo. Ofrece paseos supervisados y establece rutinas para evitar la fijación.
¿Se pueden controlar estas manías con medicación?
En casos extremos y siempre bajo indicación médica, puede usarse medicación para tratar la ansiedad o alteraciones conductuales. Pero lo ideal es priorizar estrategias no farmacológicas.
¿Es señal de que el Alzheimer está empeorando?
Las “manías” suelen intensificarse a medida que avanza la enfermedad, pero también pueden aparecer de forma transitoria. Cada caso debe observarse con atención individualizada.
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