¿Por qué un anciano pierde el apetito y duerme demasiado?
El envejecimiento trae consigo múltiples cambios físicos y emocionales. Sin embargo, cuando un anciano no come y duerme mucho, puede ser señal de que algo más profundo está ocurriendo. Esta combinación suele generar gran preocupación en familiares y cuidadores, y con razón: detrás de esa aparente apatía pueden esconderse causas médicas, emocionales o incluso signos tempranos de deterioro cognitivo.
Es importante entender que el cuerpo de una persona mayor ya no responde ni se comporta como el de un adulto joven. Los ritmos del sueño cambian, el sistema digestivo se vuelve más lento y el apetito disminuye de forma natural. Pero cuando estos cambios se acentúan hasta convertirse en patrones persistentes —como dormir gran parte del día y rechazar sistemáticamente la comida— es fundamental evaluar qué está ocurriendo y actuar a tiempo.
A continuación, analizamos las causas más frecuentes de este comportamiento, cómo identificar señales de alarma y qué estrategias pueden ayudar a mejorar la calidad de vida del mayor.
Causas comunes por las que un anciano no come y duerme mucho
1. Cambios normales del envejecimiento
Con la edad, el cuerpo reduce su ritmo metabólico y energético. Algunos efectos normales son:
- Reducción del apetito: el cuerpo requiere menos energía.
- Cambios en la percepción del sabor o del olfato.
- Disminución de la masa muscular.
- Aumento del tiempo de sueño o necesidad de siestas diurnas.
Estos cambios pueden ser parte del proceso natural de envejecer, pero deben distinguirse de síntomas patológicos.
2. Depresión en personas mayores
La depresión geriátrica es una causa muy frecuente y muchas veces invisible. A menudo se manifiesta de forma distinta que en personas más jóvenes:
- Apatía y desgano.
- Exceso de sueño o insomnio.
- Falta de interés por la comida.
- Aislamiento social y emocional.
- Dolores físicos sin causa clara.
Muchos ancianos deprimidos no dicen que están tristes, pero su cuerpo lo muestra. Un anciano que duerme demasiado y deja de comer podría estar mostrando una tristeza profunda o un vacío emocional. Si te interesa saber más sobre la depresión geriátrica, cómo detectarla y cómo tratar a las personas que la padecen, te invitamos a explorar nuestra sección de artículos al respecto donde encontrarás gran variedad de contenidos relacionados con esta enfermedad a la que se enfrentan muchas personas dependientes.
3. Demencias o deterioro cognitivo
En enfermedades como el Alzheimer u otras demencias, es habitual observar:
- Alteraciones en el sueño y la alimentación.
- Cambios en el ritmo circadiano (confusión día-noche).
- Desorientación, ansiedad, rechazo a la comida.
- Pérdida del interés por las rutinas básicas.
En fases avanzadas, muchos pacientes pasan la mayor parte del día dormidos y necesitan estimulación constante para mantener una alimentación mínima. Esta conducta no es pereza: es un signo del avance neurológico de la enfermedad.
La demencia en personas mayores resulta, para muchos cuidadores, una situación muy compleja con la que lidiar cada día. Estar bien informado es una de las mejores maneras de aprender a cuidar de estas personas e incluso de uno mismo. Si esto es de tu interés, te invitamos a explorar la sección de Demencia del Rincón del Cuidador.
4. Problemas médicos no diagnosticados
Un anciano que no come y duerme mucho también puede estar experimentando problemas físicos subyacentes como:
- Infecciones urinarias o respiratorias.
- Insuficiencia cardíaca o renal leve.
- Hipotiroidismo.
- Anemia o deficiencias nutricionales.
- Dolor crónico no expresado.
Muchas de estas condiciones cursan sin fiebre ni síntomas evidentes en la vejez. El único signo puede ser el cansancio extremo y la pérdida del apetito.
5. Efectos secundarios de medicamentos
Algunos tratamientos comunes en personas mayores pueden generar:
- Somnolencia diurna.
- Mareos.
- Falta de energía o apetito.
- Confusión o sedación excesiva.
Fármacos para el insomnio, la ansiedad, el dolor, la presión arterial o incluso suplementos mal indicados pueden estar contribuyendo al cuadro.
Revisar la medicación con el médico es esencial si se detectan estos cambios.
6. Desnutrición o deshidratación
La falta de nutrientes puede causar:
- Mayor debilidad.
- Sueño prolongado.
- Menor respuesta a estímulos.
- Lentitud mental y física.
Es un círculo vicioso: si no come, duerme más; y si duerme más, come menos. Esto lleva al deterioro progresivo.
Cómo abordar esta situación en casa
Como cuidador o familiar, lo primero es observar y registrar:
- ¿Desde cuándo duerme más de lo habitual?
- ¿Cuánto tiempo duerme durante el día?
- ¿Come algo o rechaza toda comida?
- ¿Hay otros síntomas: confusión, caídas, pérdida de peso, incontinencia?
- ¿Está tomando nuevos medicamentos?
- ¿Tiene contacto social o está muy aislado?
Con esta información, puedes hablar con el médico de cabecera para solicitar una evaluación integral.
Acciones prácticas recomendadas
- Estimular rutinas diarias con horarios regulares de comida y sueño.
- Ofrecer alimentos atractivos, fáciles de masticar y deglutir.
- Promover pequeñas porciones frecuentes, en lugar de grandes comidas.
- Evitar largas siestas, especialmente por la tarde.
- Fomentar la actividad física leve, como paseos o ejercicios suaves.
- Acompañar durante las comidas, sin presión, con calidez y sin juicios.
- Valorar emocionalmente a la persona, preguntando cómo se siente.
Muchas veces la persona mayor no verbaliza sus emociones, pero responde al afecto, la compañía y la atención cercana.
¿Cuándo acudir al médico?
Debes consultar si observas alguna de estas señales:
- Duerme más de 16 horas diarias sin causa justificada.
- Pierde peso sin explicación.
- Rechaza toda la comida por varios días.
- Presenta confusión, desorientación o cambios de conducta.
- Tiene fiebre, caídas frecuentes o signos de infección.
- Está más callado o retraído de lo habitual.
¿Cómo acompañar emocionalmente a un anciano apático?
Más allá de lo físico, la apatía muchas veces es una forma de dolor emocional silenciado. Algunas claves para un acompañamiento empático:
- No forzar, pero sí insistir con ternura y presencia.
- No hablar solo de síntomas, sino también de recuerdos, intereses o espiritualidad.
- Respetar el ritmo del mayor, pero mostrarle que no está solo.
- Hacerle sentir útil, incluso en pequeñas cosas.
- Cuidar no solo al anciano, sino también al cuidador, que necesita descanso y apoyo.
Un anciano que no come y duerme mucho necesita ser escuchado, observado y acompañado. No siempre está enfermo, pero algo está ocurriendo: en su cuerpo, en su mente o en su entorno. Detectarlo a tiempo, con sensibilidad y sin alarmismos, puede marcar la diferencia entre el deterioro y la recuperación.
Porque incluso en la vejez más silenciosa, el vínculo humano, el cuidado afectuoso y la atención profesional adecuada siguen siendo el alimento más valioso.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Es normal que una persona mayor duerma tanto?
Es común que duerman más que en etapas previas, pero un exceso marcado de sueño puede indicar depresión, enfermedad o efectos secundarios de medicación.
¿Qué hacer si no quiere comer?
Ofrecer pequeñas cantidades, platos apetitosos, comidas blandas y frecuentes. Si persiste el rechazo, consultar con el médico para descartar causas físicas o emocionales.
¿Qué alimentos son más recomendables?
Puré de verduras, cremas, sopas, yogures, papillas, huevos blandos, frutas cocidas. Es mejor priorizar la facilidad para tragar y digerir, sin perder valor nutricional.
¿Puede ser Alzheimer aunque no haya sido diagnosticado?
Sí. El Alzheimer y otras demencias pueden comenzar con apatía, cambios de sueño y pérdida de interés por la comida. Es fundamental una evaluación neurológica.
¿Dormir mucho es señal de que está cerca del final de la vida?
No necesariamente. Puede ser una fase reversible o relacionada con una causa médica tratable. Sin embargo, si hay múltiples síntomas de deterioro, conviene hablar con el equipo de cuidados paliativos.
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