Esclerosis múltiple: Cómo mejorar la esperanza de vida
Existen muchos mitos sobre la esclerosis múltiple, y uno de los más frecuentes es la idea de que las personas que la padecen tienen una esperanza de vida significativamente reducida. La realidad es que, en la mayoría de los casos, los pacientes no mueren a causa directa de la enfermedad, sino por complicaciones asociadas, como infecciones o enfermedades cardiovasculares, que pueden desarrollarse con el tiempo.
Gracias a los avances médicos, los tratamientos más eficaces, el diagnóstico precoz y el control de los factores de riesgo, hoy en día la enfermedad puede avanzar de forma significativamente más lenta. Muchos pacientes mantienen su movilidad y autonomía incluso 20 años después del diagnóstico, lo que se traduce en una esperanza de vida más larga y con mejor calidad.
Mejorar la esperanza de vida con esclerosis múltiple no depende únicamente de los fármacos. También requiere de hábitos saludables, un buen control de las comorbilidades y un seguimiento neurológico continuo.
En este artículo veremos cómo se puede vivir con esclerosis múltiple, qué factores influyen en la esperanza de vida según el tipo de enfermedad, qué determina su pronóstico y qué estrategias ayudan a aumentar la longevidad y el bienestar.
¿Se puede vivir con esclerosis múltiple?
La esperanza de vida de las personas diagnosticadas con esclerosis múltiple ha mejorado notablemente en las últimas décadas. Hoy se sabe que la mayoría de las personas con esta enfermedad pueden llevar una vida activa y prolongada. Según estudios recientes, la esperanza de vida media es solo de 5 a 7 años menor que la de la población general, una diferencia cada vez más pequeña gracias a los tratamientos actuales.
Vivir con esclerosis múltiple implica planificar el control de los síntomas y prevenir complicaciones secundarias, para lo cual la atención multidisciplinar (neurólogos, fisioterapeutas, psicólogos, enfermería especializada) y el acceso a terapias efectivas son determinantes. Si te interesa saber más acerca de cómo controlar los síntomas de la esclerosis múltiple te invitamos a leer nuestro artículo al respecto.
Factores de riesgo de desarrollar esclerosis múltiple
Es difícil predecir cómo progresará la esclerosis múltiple en cada persona. Su gravedad y evolución varían ampliamente, pero hay datos que ayudan a entender su comportamiento:
- Aproximadamente el 45% de las personas con esclerosis múltiple no desarrollan una discapacidad grave.
- La mayoría experimentará cierta progresión de la enfermedad a lo largo del tiempo, aunque con distintos grados de afectación.
Existen, además, factores que aumentan el riesgo de padecer formas más severas o progresivas de esclerosis múltiple. Conocerlos ayuda a la prevención y manejo temprano:
- Sexo y edad: la esclerosis múltiple es más frecuente en mujeres, y suele comenzar entre los 20 y 40 años.
- Factores genéticos: tener familiares con esta enfermedad o ciertas variantes genéticas aumenta la susceptibilidad.
- Factores ambientales: baja exposición al sol (déficit de vitamina D), infección por virus Epstein-Barr, tabaquismo y obesidad están asociados a un mayor riesgo y peor evolución.
Esperanza de vida según el tipo de esclerosis múltiple
La esperanza de vida puede variar según el tipo de esclerosis múltiple diagnosticada, ya que cada forma tiene un curso clínico diferente:
- Esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR):
Es la forma más común al inicio. Se caracteriza por brotes seguidos de periodos de remisión parcial o total. Con un tratamiento temprano y eficaz, muchas personas mantienen una vida activa durante décadas, con pronóstico favorable. - Esclerosis múltiple progresiva (primaria o secundaria):
Esta forma suele implicar una acumulación más rápida de discapacidad y un mayor riesgo de complicaciones si no se gestiona adecuadamente. Sin embargo, la evolución varía mucho entre pacientes, y los tratamientos actuales están mejorando el pronóstico de estas variantes.
En general, la esclerosis múltiple remitente-recurrente es la que cuenta con más opciones terapéuticas modificadoras de la enfermedad, lo que contribuye a una mayor esperanza de vida en comparación con las formas progresivas.
Por el contrario, en la esclerosis múltiple progresiva primaria o secundaria, el deterioro suele ser más continuo y difícil de tratar, lo que puede reducir la esperanza de vida algunos años. Aun así, cada caso es único: la evolución depende de la edad de inicio, las comorbilidades, los hábitos y la respuesta al tratamiento.
¿Qué afecta la esperanza de vida en la esclerosis múltiple?
Además del tipo clínico, existen otros factores que influyen en la supervivencia y la calidad de vida de las personas con esta enfermedad:
- Edad al inicio: un comienzo temprano no siempre implica peor pronóstico, aunque prolonga el tiempo de enfermedad.
- Tipo clínico y progresión: las formas progresivas suelen asociarse a mayor discapacidad y riesgo de complicaciones.
- Carga de lesiones y afectación neurológica: lesiones extensas o afectación motora grave pueden condicionar la autonomía.
- Comorbilidades cardiovasculares y metabólicas: hipertensión, obesidad, diabetes o tabaquismo aumentan la mortalidad.
- Acceso y adherencia al tratamiento: iniciar y mantener terapias modificadoras eficaces reduce la inflamación y la discapacidad.
- Atención sanitaria y apoyo social: el acceso a especialistas y rehabilitación mejora la calidad de vida y reduce riesgos.
- Duración de los periodos de remisión: remisiones más largas entre brotes se asocian con un mejor pronóstico.
- Tipo y continuidad del tratamiento: la elección adecuada de la terapia influye directamente en la evolución y supervivencia.
Estrategias para mejorar la esperanza de vida media con esclerosis múltiple
Existen diversas estrategias que ayudan a equiparar la esperanza de vida de estas personas a la de la población general:
- Diagnóstico precoz y tratamiento temprano
Iniciar el tratamiento cuanto antes, especialmente con terapias modificadoras de la enfermedad (DMT), reduce la acumulación de lesiones y la progresión de la discapacidad. - Control de factores modificables (tabaco, obesidad, sedentarismo)
Dejar de fumar, mantener un peso saludable y realizar ejercicio regular mejora la función cognitiva y reduce el riesgo cardiovascular, un factor clave en la supervivencia. - Manejo de comorbilidades y prevención cardiovascular
Controlar la hipertensión, diabetes y colesterol previene complicaciones y mejora la calidad y esperanza de vida. - Rehabilitación y ejercicio físico adaptado
Programas de fisioterapia o ejercicio moderado ayudan a conservar la movilidad, reducir caídas y mantener la independencia funcional. - Vigilancia y tratamiento de complicaciones
Detectar y tratar precozmente infecciones, úlceras o problemas urinarios previene episodios graves. La vacunación y los cuidados de la piel son medidas preventivas esenciales. - Atención psicológica y cognitiva
Tratar la depresión, la ansiedad y el deterioro cognitivo mejora la adherencia al tratamiento y la calidad de vida. - Acceso a cuidados paliativos y planificación avanzada
En fases muy avanzadas, los cuidados paliativos mejoran el confort y la toma de decisiones médicas, sin acortar la vida, pero optimizando su calidad.
Recomendaciones para mejorar el bienestar con esclerosis múltiple
Mantener una buena salud física y mental es esencial para vivir más y mejor con esclerosis múltiple. Aunque no exista una cura a día de hoy, los hábitos saludables influyen directamente en la evolución de los síntomas, la energía y la autonomía.
El cuidado integral —que combina movimiento, descanso, nutrición equilibrada y bienestar emocional— fortalece el cuerpo y la mente frente a los retos diarios de la enfermedad. La esclerosis múltiple no solo afecta al sistema nervioso, sino también a cómo la persona se siente consigo misma. Por eso, el autocuidado diario es la base de una vida más plena.
- Practica ejercicio físico adaptado: actividades como caminar, nadar o yoga terapéutico ayudan a conservar fuerza, equilibrio y flexibilidad.
- Descansa adecuadamente: un sueño reparador reduce la fatiga, uno de los síntomas más comunes.
- Cuida tu alimentación: prioriza frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas magras; evita ultraprocesados.
- Mantén niveles adecuados de vitamina D y B12: son esenciales para la salud del sistema nervioso.
- Gestiona el estrés: técnicas como mindfulness o respiración profunda ayudan a mejorar la concentración y el bienestar.
- Fomenta tus vínculos sociales: mantener relaciones cercanas y participar en asociaciones reduce el aislamiento emocional.
- Busca apoyo psicológico si lo necesitas: un profesional puede ayudarte a gestionar el impacto emocional del diagnóstico y el tratamiento.
Cuidar el cuerpo y la mente de forma conjunta no solo mejora el bienestar diario, sino que también aumenta la esperanza y calidad de vida en la esclerosis múltiple, ayudando a afrontar la enfermedad con fortaleza y serenidad.
Preguntas frecuentes
¿El estrés crónico afecta la esperanza de vida en la esclerosis múltiple?
Sí. El estrés prolongado puede empeorar los síntomas y aumentar la frecuencia de brotes.
¿Qué calidad de vida tiene una persona con esclerosis múltiple?
Con tratamiento, fisioterapia y apoyo psicológico, muchas personas logran mantener una buena calidad de vida durante décadas, incluso con síntomas moderados.
¿Cuánto tarda en avanzar la esclerosis múltiple?
La progresión es muy variable. En muchos pacientes, la enfermedad avanza lentamente durante años, especialmente cuando se inicia tratamiento temprano y se adoptan hábitos saludables.
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