Tipos de esclerosis múltiple | Características y diferencias

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica, compleja y altamente variable. Aunque se hable de ella como una sola condición, en realidad existen diferentes tipos de esclerosis, cada uno con características, evolución y tratamiento distintos. Comprender esas diferencias no solo ayuda a recibir un diagnóstico más preciso, sino también a adaptar mejor el tratamiento, planificar el futuro y acompañar a quienes la padecen con mayor empatía.

Este artículo está dirigido a personas recientemente diagnosticadas, familiares, cuidadores y profesionales del ámbito sociosanitario que buscan entender los tipos de esclerosis múltiple desde una perspectiva clara, accesible y actualizada. Exploraremos en detalle cómo se clasifican, cómo se manifiestan y qué implicaciones tiene cada forma en la vida cotidiana. Si, además, te interesa saber cómo mejorar la esperanza de vida de estas personas, te invitamos a leer nuestro artículo Esclerosis múltiple: Cómo mejorar la esperanza de vida.

¿Qué es la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso central. El sistema inmunológico ataca por error la mielina, la capa que recubre las fibras nerviosas, interrumpiendo la comunicación entre el cerebro, la médula espinal y el resto del cuerpo.

Sus síntomas pueden incluir:

  • Fatiga persistente.

  • Problemas de visión.

  • Debilidad muscular.

  • Dificultad para caminar.

  • Alteraciones cognitivas.

  • Problemas de equilibrio y coordinación.

  • Hormigueos o entumecimientos.

La forma en que se presentan y evolucionan estos síntomas depende, en gran parte, del tipo de esclerosis múltiple que tenga la persona.

Clasificación general: los 4 tipos principales de esclerosis múltiple

Aunque existen muchas manifestaciones posibles, la comunidad médica suele clasificar la esclerosis múltiple en cuatro formas clínicas principales. Cada una tiene un curso diferente, lo que influye directamente en el tratamiento y el pronóstico.

1. Esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR)

Es la forma más común, representando alrededor del 85% de los casos al momento del diagnóstico.

Características:

  • Se presenta en forma de brotes o recaídas: períodos de síntomas nuevos o agravados que duran días o semanas.

  • Tras el brote, suele haber una remisión parcial o total, con una mejora significativa de los síntomas.

  • Durante los períodos entre brotes, la enfermedad puede estar inactiva, aunque algunas secuelas pueden persistir.

  • La frecuencia y gravedad de los brotes puede variar mucho de unas personas a otras.

Implicaciones:

  • Es la forma más tratable de esclerosis múltiple con medicamentos modificadores del curso de la enfermedad.

  • El manejo temprano y regular puede reducir la frecuencia y severidad de las recaídas.

Una persona con EMRR puede tener un brote de visión borrosa y debilidad en una pierna, mejorar casi por completo tras unas semanas, y luego estar estable durante meses o años hasta un nuevo brote.

2. Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP)

En muchos casos, la forma remitente-recurrente evoluciona, con los años, hacia una fase progresiva, en la que el deterioro neurológico avanza lentamente, aunque no haya brotes definidos.

Características:

  • Se caracteriza por una progresión constante de la discapacidad, con o sin recaídas.

  • Los síntomas se hacen más estables, pero tienden a empeorar con el tiempo.

  • Puede ser difícil marcar cuándo empieza exactamente esta transición.

Implicaciones:

  • Requiere un cambio en el enfoque del tratamiento: menos centrado en prevenir brotes y más en preservar la funcionalidad.

  • El control del avance y el cuidado sintomático se vuelven prioritarios.

Por ejemplo, una persona que antes tenía períodos de recuperación ahora nota que la dificultad para caminar no mejora, y que su equilibrio y energía se deterioran progresivamente, sin episodios agudos.

3. Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP)

Este tipo representa cerca del 10–15% de los casos y se caracteriza por un inicio más insidioso y una progresión continua desde el comienzo.

Características:

  • Desde el inicio, hay un empeoramiento gradual de los síntomas, sin recaídas ni remisiones claras.

  • Suele afectar más la marcha y el equilibrio que otras formas.

  • El inicio es más frecuente después de los 40 años.

Implicaciones:

  • Más difícil de diagnosticar por la falta de brotes.

  • Tiene menos opciones terapéuticas, pero se están desarrollando tratamientos más específicos.

  • Requiere un enfoque integral, incluyendo fisioterapia y apoyo funcional desde fases tempranas.

La persona, por ejemplo, podría empezar con una debilidad sutil en una pierna y, con los años, nota una pérdida progresiva de la capacidad para caminar, sin haber tenido “crisis” claras.

Si te interesa conocer más acerca de la detección de la esclerosis múltiple, te invitamos a leer nuestro artículo ¿Cómo detectar la esclerosis múltiple a tiempo?

4. Esclerosis múltiple progresiva recurrente (EMPR)

Es el tipo menos común, y se caracteriza por una progresión constante de la discapacidad desde el inicio, con brotes superpuestos.

Características:

  • Hay deterioro continuo, combinado con recaídas ocasionales.

  • Puede confundirse con otras formas progresivas.

  • Generalmente tiene un curso más agresivo.

Implicaciones:

  • El tratamiento combina estrategias para frenar la progresión y gestionar los brotes.

  • Requiere seguimiento estrecho y un plan de cuidados amplio.

Por ejemplo, una persona que desde el inicio de la enfermedad empeora progresivamente su movilidad, pero además, presenta episodios agudos de visión doble o pérdida de fuerza.

¿Puede cambiar el tipo de esclerosis con el tiempo?

Sí. La forma más habitual de evolución es que una esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR) se transforme, con los años, en una forma secundaria progresiva (EMSP). Este cambio no ocurre de forma repentina, sino que se detecta a través del seguimiento neurológico.

Por eso, es importante mantener controles periódicos, incluso si la persona se siente estable. Detectar este cambio a tiempo permite adaptar el tratamiento y anticipar necesidades de apoyo.

¿Qué factores influyen en el tipo de esclerosis que se desarrolla?

Aunque no se puede predecir con certeza qué tipo desarrollará cada persona, algunos factores pueden influir:

  • Edad al momento del diagnóstico: los casos más jóvenes suelen comenzar como EMRR, mientras que los mayores de 40 tienen más riesgo de EMPP.

  • Género: las mujeres tienen más probabilidad de EMRR; los hombres, aunque menos afectados en general, tienen más riesgo de formas progresivas.

  • Síntomas iniciales: ciertos síntomas, como problemas de equilibrio o marcha desde el inicio, pueden estar asociados con formas más progresivas.

  • Respuesta al tratamiento: una buena respuesta inicial a la medicación puede indicar una evolución más favorable.

¿Cómo se confirma el tipo de esclerosis?

El diagnóstico y clasificación se basa en una combinación de:

  • Historia clínica detallada.

  • Exploración neurológica.

  • Resonancia magnética cerebral y medular.

  • Análisis de líquido cefalorraquídeo (en algunos casos).

  • Evolución a lo largo del tiempo.

Es el neurólogo quien, con la información reunida y el seguimiento, puede definir con mayor precisión el tipo de esclerosis que presenta cada persona.

Conocer los tipos de esclerosis no es solo un dato clínico, es una forma de entender mejor el recorrido posible, de planificar con sentido y de brindar un acompañamiento ajustado a la realidad de cada persona. Porque cada forma de esclerosis múltiple es distinta, como lo es cada historia, cada cuerpo y cada forma de resistir.

Informarse es el primer paso para cuidar con conciencia. Y en enfermedades como esta, informarse también es una forma de apoyar.

 

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Cuál es el tipo de esclerosis múltiple menos agresivo?
La esclerosis múltiple remitente-recurrente suele tener un mejor pronóstico en las primeras fases, especialmente si se trata de forma temprana y efectiva.

¿Todas las personas con esclerosis múltiple acaban en silla de ruedas?
No. Muchas personas mantienen su movilidad durante décadas, especialmente con tratamiento precoz, actividad física y seguimiento neurológico constante.

¿Puede cambiar el tipo de esclerosis con el tiempo?
Sí. La EMRR puede evolucionar a EMSP. Por eso es importante seguir los controles médicos y adaptar el tratamiento si hay cambios.

¿Hay tratamiento para todos los tipos de esclerosis?
No todos tienen la misma cantidad de opciones. Los tratamientos modificadores del curso son más eficaces en formas con brotes. Para las formas progresivas, se están desarrollando nuevas terapias.

¿El tipo de esclerosis determina la expectativa de vida?
No de forma directa. Muchos pacientes viven una vida larga, pero el tipo de esclerosis puede influir en la calidad de vida y en el grado de autonomía, especialmente sin tratamiento.

 

 

 

 

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