¿Cuáles son los mejores ejercicios para el Parkisnon?

El movimiento es una de las herramientas terapéuticas más eficaces para vivir mejor con Parkinson. Aunque no cura la enfermedad, la actividad física regular mejora la movilidad, fortalece los músculos, previene caídas, alivia la rigidez y eleva el estado de ánimo. Por eso, conocer y practicar los mejores ejercicios para el Parkinson es clave tanto para las personas diagnosticadas como para quienes las acompañan.

Cada etapa de la enfermedad presenta desafíos diferentes, y los ejercicios deben adaptarse al momento vital, a la condición física y a las necesidades concretas del paciente. Desde caminatas suaves hasta técnicas especializadas como el método LSVT BIG o el boxeo adaptado, el abanico de posibilidades es amplio y, bien aplicado, ofrece enormes beneficios.

Este artículo ofrece una guía completa, práctica y accesible para cuidadores, fisioterapeutas y personas con Parkinson, con el fin de integrar el movimiento como una rutina terapéutica, segura y motivadora. Si además te interesa ampliar tu conocimiento general sobre esta enfermedad, te invitamos a leer nuestro artículo Qué es el parkinson: guía completa para cuidadores y enfermos.

¿Por qué es importante hacer ejercicio si tengo Parkinson?

El Parkinson afecta al sistema nervioso central, causando alteraciones motoras como temblores, rigidez, lentitud (bradicinesia) y desequilibrio, además de síntomas no motores como fatiga, ansiedad o apatía. Frente a todo esto, el ejercicio actúa como un estímulo neuroprotector y funcional.

Beneficios comprobados del ejercicio en el Parkinson:

  • Mejora la movilidad y la postura.

  • Aumenta la fuerza muscular.

  • Reduce la rigidez y la lentitud.

  • Mejora el equilibrio y la coordinación.

  • Disminuye el riesgo de caídas.

  • Favorece el estado de ánimo y la motivación.

  • Estimula funciones cognitivas como la atención y la planificación.

  • Aumenta la independencia en las actividades diarias.

Además, estudios recientes muestran que el ejercicio regular puede ralentizar el avance de la enfermedad, especialmente cuando se comienza en fases tempranas.

¿Qué tipo de ejercicios son mejores para el Parkinson?

No existe un único ejercicio “ideal” para tratar el Parkinson, lo más eficaz es combinar distintos tipos de movimiento adaptados al nivel funcional de la persona.

Las principales categorías de ejercicios para el Parkinson son:

1. Ejercicios aeróbicos

Actividades que estimulan el sistema cardiovascular, mejoran la resistencia y ayudan a mantener un peso saludable. Además, se asocian con beneficios cognitivos y reducción de la fatiga.

Por ejemplo:

  • Caminar a ritmo constante.

  • Bicicleta estática o al aire libre (si es seguro).

  • Nadar o hacer aquagym.

  • Bailes suaves (tango, folclore, danzaterapia).

  • Senderismo en entornos controlados.

Es recomendable empezar con sesiones de 10-15 minutos y aumentar gradualmente hasta 30-45 minutos de 3 a 5 veces por semana.

2. Ejercicios de fuerza y resistencia

El Parkinson provoca pérdida muscular por inactividad y alteración de los patrones de movimiento. Trabajar la fuerza ayuda a conservar la autonomía, especialmente en piernas y zona lumbar.

Ejemplos:

  • Sentadillas asistidas (usando una silla como soporte).

  • Elevación de talones y puntas de pie.

  • Ejercicios con bandas elásticas.

  • Peso corporal o mancuernas ligeras.

Consejo: realizar 2 a 3 sesiones semanales, con supervisión si hay riesgo de caídas o debilidad marcada.

3. Ejercicios de equilibrio y coordinación

Uno de los síntomas más limitantes del Parkinson es la pérdida de equilibrio, que aparece en fases intermedias y aumenta el riesgo de caídas. Estos ejercicios ayudan a recuperar estabilidad y confianza al moverse.

Ejemplos:

  • Caminar en línea recta sobre una superficie marcada.

  • Pararse sobre un solo pie (sujetándose si es necesario).

  • Transferencias de peso de un lado a otro.

  • Giros lentos y controlados.

  • Uso de plataformas de equilibrio (con supervisión).

Es recomendable integrar estos ejercicios en la rutina diaria, incluso en casa, con objetos cotidianos.

4. Estiramientos y movilidad articular

La rigidez muscular y la limitación del rango de movimiento son muy comunes. Por eso es esencial mantener la flexibilidad con estiramientos suaves y frecuentes.

Ejemplos:

  • Estiramiento de cuello, hombros, espalda y piernas.

  • Rotaciones articulares (tobillos, muñecas, caderas).

  • Movimientos circulares con brazos y hombros.

  • Respiración profunda coordinada con el movimiento.

Es recomendable realizar estiramientos al menos una vez al día, especialmente por la mañana o tras el ejercicio aeróbico.

5. Ejercicios funcionales

Simulan o repiten acciones de la vida diaria, ayudando a mantener la independencia en actividades básicas.

Ejemplos:

  • Sentarse y levantarse de una silla sin usar las manos.

  • Alcanzar objetos en estanterías (con seguridad).

  • Practicar subir y bajar escalones.

  • Caminar en distintas superficies (alfombra, baldosa).

Es recomendable incluirlo estos ejercicios en la rutina habitual y repetirlos de forma consciente.

Ejercicios recomendados según la fase del Parkinson

La intensidad y tipo de ejercicio deben adaptarse al estado funcional de cada persona. Aquí una orientación general:

Fase inicial (1–2):

  • Todos los tipos de ejercicio son posibles.

  • Fomentar la autonomía y la constancia.

  • Incorporar actividades grupales o al aire libre.

Fase media (3):

  • Priorizar el equilibrio y la fuerza.

  • Incluir supervisión si hay riesgo de caídas.

  • Adaptar el entorno para evitar accidentes.

Fase avanzada (4–5):

  • Ejercicios en silla o en cama (movilidad pasiva o asistida).

  • Ejercicios respiratorios y de estiramiento suave.

  • Fisioterapia individual, centrada en el confort y la prevención de complicaciones.

Programas y métodos especializados

Existen enfoques terapéuticos específicos para el Parkinson que integran ejercicio y entrenamiento motor intensivo. Algunos de los más destacados son:

  • LSVT BIG®: entrenamiento de movimientos amplios y exagerados para mejorar la movilidad y la coordinación.

  • Tai Chi y Chi Kung: disciplinas que combinan equilibrio, respiración y conciencia corporal, con resultados positivos en personas con Parkinson.

  • Boxeo adaptado: programa seguro que mejora la agilidad, la fuerza y el equilibrio, con gran motivación.

  • Danza terapia: promueve la expresión corporal, el ritmo y el bienestar emocional.

Estos programas deben estar dirigidos por profesionales formados y ajustarse a las capacidades de cada persona.

Consejos para mantener la constancia

Una de las mayores dificultades no es empezar, sino mantener el hábito. Para lograrlo, es recomendable:

  • Elegir actividades placenteras: no todo debe ser gimnasio. Caminar, bailar o moverse con música también cuentan.

  • Hacerlo en compañía: la motivación aumenta cuando hay otro que acompaña.

  • Registrar avances: anotar qué se hizo cada día da sensación de logro.

  • Fijar horarios estables: el cuerpo agradece la rutina.

  • Celebrar pequeñas mejoras: mantenerse activo ya es un gran paso.

El ejercicio no es una obligación médica, es una herramienta de libertad.

¿Y si ya hay dificultades físicas? ¿Se puede seguir haciendo ejercicio?

Sí, absolutamente. Aunque haya limitaciones motoras, rigidez o debilidad, se puede adaptar el movimiento al nivel actual. Incluso en personas encamadas o con dependencia, la fisioterapia pasiva, los estiramientos suaves y los ejercicios respiratorios siguen siendo útiles y necesarios.

La clave está en personalizar, respetar los tiempos y evitar la inactividad total, que puede acelerar el deterioro.

En definitiva, practicar ejercicios para el Parkinson no es un complemento: es una parte esencial del tratamiento. Es moverse para resistir, para adaptarse, para cuidar la autonomía. Cada paso, cada repetición, cada respiración consciente es una forma de cuidar el cuerpo y también el ánimo. Si te interesa saber qué más puedes a hacer para mejorar el día a día de estas personas, te invitamos a leer nuestro artículo ¿Cuál es el mejor tratamiento para el Parkinson?

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué ejercicios son mejores para personas mayores con Parkinson?
Caminatas suaves, ejercicios de equilibrio, estiramientos y actividades de bajo impacto como Tai Chi o danza. Siempre adaptados a su nivel y entorno.

¿Es peligroso hacer ejercicio con Parkinson?
No, si se realiza con precaución. Puede haber riesgo de caídas si no se adapta bien. Por eso es importante evaluar con profesionales y ajustar el nivel de exigencia.

¿Con qué frecuencia se debe hacer ejercicio?
Lo ideal es de 3 a 5 veces por semana, combinando tipos de ejercicio (aeróbico, fuerza, equilibrio). Incluso 15-20 minutos al día pueden marcar una gran diferencia.

¿Se puede hacer ejercicio en casa?
Sí. Muchos ejercicios funcionales, de equilibrio y estiramiento se pueden realizar en casa con seguridad, sobre todo si el espacio está adaptado y supervisado si se necesita.

¿Los ejercicios ayudan también a los síntomas no motores?
Sí. El ejercicio mejora el estado de ánimo, la calidad del sueño, la autoestima y puede reducir síntomas como la fatiga o la apatía. Es una intervención integral, no solo física.

 

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