Cómo evitar golpes de calor en personas mayores

Con el calor del verano, las personas mayores son las que más riesgo tienen de sufrir un golpe de calor por las altas temperaturas. Te damos algunos consejos que te pueden ser útiles para evitarlos

Por fin llegó el esperado verano, y con él las altas temperaturas. Es el momento también de prestar especial atención a los ancianos que cuidamos, ya que tal y cómo recuerda la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) los adultos mayores son precisamente los que corren un mayor riesgo de sufrir golpes de calor.

¿Por qué son los ancianos más vulnerables ante las altas temperaturas? Por un lado porque su organismo responde peor a estas temperaturas elevadas, y por otro, porque suelen tener una menor sensación de sed, olvidándose de beber y deshidratándose con mayor rapidez. Si cuentan con alguna enfermedad crónica, sobrepeso o están medicados el riesgo de sufrir un golpe de calor es mayor.

Los ancianos responden peor a las altas temperaturas y suelen contar con una menor sensación de sed, cosa que les vuelve especialmente propensos a sufrir golpes de calor

¿Qué es exactamente un golpe de calor?

El golpe de calor se produce cuando se llega a temperaturas extremas y el cuerpo pierde la capacidad de termorregulación. No se suda y el cuerpo es incapaz, por sí mismo, de descender la temperatura corporal, temperatura que puede aumentar rápidamente, llegando hasta los 41ºC en muy poco intervalo de tiempo -con 10 o 15 minutos de exposición a temperaturas elevadas valdría para que se produzca un golpe de calor-
La evolución de este cuadro es muy rápida, repentina y breve, por lo que las medidas de prevención son de vital importancia.

Identifica rápidamente sus síntomas:

Síntomas del golpe de calor

  • Temperatura corporal alta (por encima de 40ºC).
  • Piel enrojecida, caliente y seca (sin sudor).
  • Sed intensa.
  • Pulso rápido.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas.
  • Confusión.

¿Cómo sucede el golpe de calor?

Nuestro organismo suele mantener la temperatura corporal estable entre los 36 y los 37 grados. El golpe de calor sucede cuando traspasamos los 40 grados y nuestro cuerpo no es capaz de eliminar ese exceso de calor. En este instante sucede la temida hipertermia; momento en el que los mecanismos de regulación térmica de nuestro cuerpo son superados, por lo que nuestro cuerpo ya no puede responder ante las altas temperaturas.

Esta hipertermia o golpe de calor puede tener consecuencias muy graves, con una tasa de mortalidad del 70% según informa el Hospital de Bellvitge de Barcelona, por lo que debemos prestar especial atención a los síntomas de la hipertermia durante el verano con tal de poder combatirlo a tiempo.

“Según aseguró el Hospital de Bellvitge los golpes de calor pueden llegar a una tasa de mortalidad del 70%

Los síntomas más comunes para identificar un golpe de calor a tiempo son: dolores de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares, confusión, desorientación, falta de sudoración, etcétera.

Además, también existe un alto riesgo de deshidratación si no se reemplazan correctamente los líquidos que perdemos a causa de las altas temperaturas. En estado de deshidratación la presión arterial desciende, nos sentimos débiles, incluso aparece algún que otro calambre muscular. Si no nos hidratamos rápidamente perdemos la capacidad de sudar; la piel se vuelve seca y enrojecida, la temperatura corporal aumenta progresivamente hasta superar los 40 grados y así entramos en estado de hipertermia.

¿Cómo prevenir el golpe de calor en personas mayores?

¿Qué medidas concretas podemos tomar para evitar estos golpes de calor entre los ancianos que cuidamos durante el verano? A continuación enumeramos algunas recomendaciones de la SEGG para evitar estas situaciones:

  • Beber muchos líquidos (aguas, zumos, infusiones…) aunque no se tenga sed, ya que la falta de sed en ancianos suele ser muy engañosa.
  • Evitar digestiones muy pesadas mediante comidas ligeras.
  • No exponerse al sol cuando las temperaturas y la humedad son excesivamente elevadas.
  • No realizar actividad física que aumente el esfuerzo y la sudoración en horas de mucho calor.
  • Ventilar bien la casa para que esté fresca.
  • No quedarse esperando en coches aparcados, ya que son lugares donde el calor se concentra rápidamente.
  • A la hora de vestirnos evitaremos la ropa ajustada y escogeremos tejidos ligeros como el algodón y los colores claros. A poder ser llevaremos una gorra para proteger la cabeza del sol.

En la extrema situación en la que no hayamos podido evitar el golpe de calor y mientras esperamos la llegada de la ambulancia, trataremos de bajar la temperatura corporal del anciano como si se tratara de una alta fiebre, aplicando paños con agua fría en la frente o nuca. También es recomendable colocar al individuo tumbado con las piernas elevadas y darle alguna bebida isotónica (o agua con sal y azúcar) poco a poco.

Cuando somos cuidadores de una persona dependiente en el domicilio ya sabes que el verano es una época en la que hay que prestar especial atención a varias cosas:

  • Evitar que nuestros mayores sufran golpes de calor, que estén bien hidratados, etc. Hace poco te recordábamos los consejos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en un artículo.

  • También es muy importante que revises el estado cutáneo de la persona de la que te ocupas; con el exceso de transpiración hay que extremar la higiene total y parcial, e hidratar muy bien la piel, ya que pueden aparecer pequeñas alteraciones cutáneas, dermatitis, etc.

Y ahora que te hemos recordado esto sobre los cuidados durante el verano, hoy queremos hablarte de tipo de alimentación más adecuada para que sigan nuestros mayores en los meses de más calor.

Debido a que nuestro cuerpo cambia sus necesidades energéticas es normal que también variemos nuestra alimentación.

Para esta época del año evita que la persona de la que te ocupas coma:

  • Comidas copiosas y pesadas de digerir, intenta no abusar de carnes grasas, embutidos, guisos, asados o fritos. Ya que puede hacer digestiones pesadas y encontrarse incomodo.

Mejor opta por preparaciones ligeras, recuerda que durante el verano necesitamos menos aporte calórico, pero más hidratación:

  • Piensa que puedes hacer este aporte hídrico con frutas y verduras, frutas de temporada como el melón, la sandia, la piña, las cerezas de la estación estival nos refrescan, nos dan un aporte vitamínico importante y son muy buena opción para desayunos y meriendas. Puedes combinarlas en macedonia, echarlas un poco de yogurt, etc.

  • En cuanto a las comidas principales puedes prepararle a la persona dependiente ensaladas variadas y aquí te animamos a que seas original, utilizando hortalizas, legumbres, verduras al vapor, ¿has probado a hacer ensaladas de lentejas, garbanzos, brócoli…?

Recuerda que también es muy impórtate mantener el aporte proteínico y asegurarse que les estamos dando ácidos grasos mono y poli-insaturados, que se encuentran en el aceite vegetal, en pescados, mariscos, entre otros. La opción de un pescado azul a la plancha, mejillones al vapor, pollo a la plancha etc pueden ser una buena fuente proteica.

Te estamos contando esto, y seguro que para el verano tú conoces ya recetas muy ricas y muy sanas. Ya sabes que, si quieres cantárnoslo, te escuchamos. ¿Qué comemos hoy?

Marcar como artículo favorito

Desmarcar como artículo favorito

Artículos relacionados

TÚ ERES #IMPRESCINDIBLE

Si cuidas de alguien dependienteeres imprescindibley formas parte de una comunidad de personas que merecen todo el apoyo del mundo. Entra, queremos conocerte y que descubras todo lo que podemos hacer juntos.