¿tengo derecho a irme?

Antes de entrar en cualquier tipo de recomendación, debemos comenzar respondiendo a esta pregunta con un rotundo sí. Es vital disfrutar de nuestro tiempo de ocio también a la hora de poder realizar unos cuidados…

Antes de entrar en cualquier tipo de recomendación, debemos comenzar respondiendo a esta pregunta con un rotundo sí.

Es vital disfrutar de nuestro tiempo de ocio también a la hora de poder realizar unos cuidados óptimos, sin sobrecargas. Y este tiempo de ocio al que nos referíamos también comprende el periodo vacacional.

Un trabajo reconfortante, placentero, pero trabajo al fin y al cabo. Así debemos definir la tarea de los cuidados y como tal afrontarla, con sus paréntesis y sus momentos en los que necesitamos un respiro para recargar pilas y recobrar la energía.

¿Qué ocurre con las vacaciones de nuestros mayores?

Ojo: que nuestro descanso sea importante no debe influir en la prioridad que supone el bienestar de nuestros seres queridos: ellos también merecen unas vacaciones o cuanto menos que estén igual de bien atendidos en nuestra posible ausencia o momentos de relax.

Para ello, si no se trata de una persona dependiente con movilidad reducida, podemos incluirlo en nuestros planes de ocio perfectamente teniendo en cuenta las recomendaciones para realizar los cuidados en verano.

Si nuestro destino dificulta la integración de los cuidados, recuerda el concepto de asertividad y la importancia de que si existe un entorno inmediato familiar que pueda hacerse cargo de los cuidados en nuestra ausencia, lo asuma sin que ello suponga que estemos manteniendo una actitud de rechazo.

Planifica tus vacaciones

En toda empresa, cuando llega el momento de elegir días de vacaciones, se coordina la plantilla para que la ausencia de empleados no conlleve que el trabajo no salga adelante, ¿por qué no aplicar la misma fórmula a los cuidados?

Comunícate con tu entorno y acude si hace falta a la tarta del cuidado como herramienta para un reparto equitativo de la responsabilidad de atender a nuestro ser querido y sobre todo, integra lo máximo posible a la persona dependiente en los planes, propios o ajenos, para no crear en ningún momento un sentimiento de carga u obstáculo: explícale que se trata de unas vacaciones para ambos y detállale el carácter temporal del plan.

Beneficios de las vacaciones para el cuidador

Si a estas alturas aún no lo has visto claro y aun así sientes un remordimiento inevitable, te enumeramos los beneficios que un respiro vacacional nos aporta:

  • Ruptura de la rutina para ambos.
  • Poder realizar tareas pendientes que en otros momentos se ha postergado debido a la prioridad de los cuidados.
  • Evitar el síndrome burnout.
  • Aportar tranquilidad al saber que nuestros mayores tienen un apoyo ante una posible ausencia nuestra.

Lo importante en cualquier caso es que actuemos como actuemos, ambas partes, cuidadores y cuidados, se sientan siempre reconfortados. Y tú, cuidador, ¿cómo realizarás tus vacaciones este verano?

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