La demencia, la enfermedad del Siglo XXI

En España y en el mundo desarrollado en general, hay una controversia. Gracias a los alimentos y a los servicios médicos de los que se dispone hoy, ha habido un aumento en la esperanza de vida de cada uno de nosotros, pero a su vez, ha provocado la aparición de enfermedades cognitivas que aparecen con la edad, como la demencia, una de las enfermedades más duras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a la demencia como el mal de nuestra era, un problema que afecta ya a 2,5 millones de personas entre los que se cuenta tanto a los enfermos como a los familiares que actúan como cuidadores no profesionales. Los datos demográficos españoles son claros, 1 de cada 5 españoles tendrá más de 80 años en 2050 por lo que es importante estar atento a las causas y síntomas de la demencia.

En 2012, la OMS declaró en su informe que la demencia sería uno de los mayores problemas que acecharían a la sociedad, definiéndolo como la epidemia del siglo XXI.

Esta enfermedad que causa desesperación entre los dependientes y los cuidadores es la consecuencia más terrible del aumento de la esperanza de vida, siendo una paradoja que podamos vivir más, pero a más vida, más demencia.

De este modo, dentro de 30 años, 1 de cada 5 personas en España tendrá más de 80 años, siendo 10 años más que la media mundial. Así pues también se generará un posible problema para el sistema de la seguridad social que hay establecido hoy.

Problema en el sistema social de la demencia senil

Los problemas cognitivos suponen una inversión del dinero público, un gasto personal y familiar, ya que las familias aportan tiempo y recursos económicos para atender a personas con demencia senil.

El ritmo actual de gasto y recursos económicos será insostenible para un sistema que va directo a la institucionalización de la atención, cada vez es más complicado para las familias hacerse cargo de familiares dependientes que no reciben ninguna ayuda.

Las asociaciones y federaciones contra el Alzhéimer apuestan por la detección precoz, invertir en las fases iniciales de estas enfermedades para ralentizar el deterioro de esas personas, mejorar su autonomía y reconocer la figura del cuidador.

En el futuro, será un trabajo en aumento el de atender a personas.

Los expertos y grupos sociales están de acuerdo en que en un futuro cercano va a ser necesario poner un plan nacional de atención de la demencia y unidades especiales en los hospitales, poniendo también en valor los servicios de las asociaciones.

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