Todo el día durmiendo por el Alzheimer: Cómo entenderlo y actuar 

Cuando una persona con Alzheimer está todo el día durmiendo, surgen muchas preguntas y preocupaciones entre los cuidadores y familiares. ¿Es parte del avance de la enfermedad? ¿Está recibiendo la medicación adecuada? ¿Debemos intervenir o dejar que descanse?

La somnolencia prolongada en el Alzheimer no siempre tiene una única causa, y su interpretación varía según el estado clínico, la edad, el entorno, la medicación y otros factores asociados.

Este artículo está diseñado para familiares, cuidadores y profesionales sociosanitarios que conviven o trabajan con personas que padecen Alzheimer, especialmente en fases moderadas o avanzadas. Exploraremos los factores que intervienen en este fenómeno, sus implicancias clínicas, cómo diferenciar entre causas naturales y problemáticas, y qué estrategias pueden adoptarse para garantizar una mejor calidad de vida, tanto para quien vive con la enfermedad como para quienes lo acompañan.

El sueño en el Alzheimer: ¿qué es normal y qué no?

Uno de los cambios más comunes en la enfermedad de Alzheimer es la alteración del sueño. A medida que el deterioro cognitivo avanza, el patrón circadiano —el “reloj biológico” que regula los ciclos de sueño y vigilia— comienza a desorganizarse.

No es raro que personas con Alzheimer presenten un sueño fragmentado por la noche y una somnolencia creciente durante el día. Sin embargo, cuando la persona duerme la mayor parte del día, o parece tener dificultad para mantenerse despierta incluso en momentos activos, hay que observar con atención.

Es importante distinguir entre el sueño normal relacionado con la edad, las siestas habituales, y un estado de letargo que puede esconder otras causas.

Dormir más con la edad es común, pero dormir todo el día puede ser una señal de alerta que debe ser explorada. Conócelo todo acerca de la somnolencia diurna en personas mayores en nuestro artículo al respecto.

¿Por qué una persona con Alzheimer puede estar todo el día durmiendo?

No existe una única razón. La somnolencia excesiva puede ser el resultado de una combinación de factores fisiológicos, neurológicos, emocionales y ambientales. Aquí analizamos las causas más frecuentes:

Progresión de la enfermedad

A medida que el Alzheimer avanza, especialmente en las fases moderadas y severas, el cerebro pierde la capacidad de regular sus funciones básicas, incluido el ciclo de sueño-vigilia.

En estadios avanzados, muchas personas pasan la mayor parte del día dormidas o en estados de baja alerta. Este patrón no solo responde al desgaste cerebral, sino también al agotamiento físico progresivo del organismo.

Medicación y efectos secundarios

Muchos pacientes con Alzheimer reciben tratamientos para la agitación, la ansiedad, la depresión o el insomnio. Fármacos como las benzodiacepinas, los antipsicóticos o incluso algunos antidepresivos pueden inducir una somnolencia prolongada.

En algunos casos, la combinación de varios medicamentos potencia estos efectos, generando un estado de sedación involuntaria. Es clave revisar con el equipo médico si el sueño excesivo comenzó tras un cambio de medicación.

Falta de estimulación

Una vida sin rutinas claras, sin actividades significativas y con poco contacto social puede provocar un círculo de inactividad que favorece el letargo.

Cuando la persona con Alzheimer no recibe estímulos cognitivos, sensoriales o afectivos durante el día, su organismo no tiene referencias claras para mantenerse activo. Es entonces cuando dormir se convierte, casi por defecto, en la única “actividad”.

Estados depresivos

La depresión es frecuente en personas con Alzheimer, especialmente en etapas iniciales y medias. A menudo se manifiesta de forma distinta a como lo haría en personas sin deterioro cognitivo: menos tristeza verbalizada y más apatía, retraimiento y somnolencia.

Un estado depresivo puede pasar desapercibido si no se investiga con atención. Dormir en exceso puede ser uno de sus signos principales.

Enfermedades coexistentes

Condiciones como infecciones urinarias, desequilibrios electrolíticos, hipotiroidismo, insuficiencia cardíaca, apnea del sueño o incluso deshidratación pueden producir somnolencia o debilidad extrema.

Una caída de energía repentina, acompañada de más sueño de lo habitual, debe siempre motivar una consulta médica.

Cómo actuar ante el sueño excesivo del Alzheimer

Frente a este escenario, la pregunta más frecuente es: ¿qué podemos hacer? Aunque no siempre es posible revertir el patrón completamente, sí existen estrategias prácticas para mejorar la calidad del día de la persona afectada.

Evaluación médica completa

Antes de implementar cambios, lo primero es descartar causas médicas tratables. Esto incluye:

  • Analítica completa (glucosa, tiroides, infecciones).

  • Evaluación neurológica si hay cambios bruscos.

  • Revisión detallada de toda la medicación.

  • Valoración del sueño (si hay sospecha de apnea o insomnio nocturno).

No debemos asumir que dormir todo el día es simplemente “parte del Alzheimer”. Muchas veces, hay causas modificables que pueden mejorar la situación de forma significativa.

Establecer rutinas claras y estructuradas

La falta de estructura diaria favorece el desorden del ciclo sueño-vigilia. Por ello, se recomienda:

  • Despertar todos los días a la misma hora.

  • Fomentar la exposición a luz natural por la mañana.

  • Evitar siestas largas (más de 30 minutos).

  • Programar actividades simples, pero significativas, durante el día.

  • Establecer horarios fijos para comidas, baño y descanso nocturno.

Esta rutina proporciona al cerebro señales externas que refuerzan el ritmo biológico, ayudando a estabilizar los tiempos de sueño y vigilia.

Activar el cuerpo y la mente

La estimulación no solo es beneficiosa para el estado de ánimo, sino también para mantener a la persona despierta durante el día. Algunas actividades útiles pueden incluir:

  • Escuchar música conocida y cantada en voz alta.

  • Paseos cortos al aire libre.

  • Juegos cognitivos adaptados (memoria, asociación, clasificación).

  • Manualidades simples o tareas del hogar supervisadas.

  • Contacto físico afectivo (masajes suaves, abrazos, caricias).

El objetivo no es forzar la actividad, sino invitar a la persona a participar dentro de sus posibilidades. Incluso breves momentos de conexión pueden reducir el letargo. Si necesitas ayuda o materiales puedes acceder a nuestro artículo sobre pasatiempos para personas mayores.

Cuidar el ambiente de descanso

A veces, el entorno promueve el sueño constante sin que lo notemos. Un lugar oscuro, silencioso, sin estímulos, puede hacer que el cuerpo entre en “modo descanso” durante todo el día.

Para evitarlo, se recomienda:

  • Abrir cortinas y permitir luz solar.

  • Colocar música suave durante las mañanas.

  • Promover la socialización en espacios comunes.

  • Evitar que la persona permanezca en la cama todo el día (si es posible, usar un sillón cómodo).

El entorno es un gran regulador del comportamiento, sobre todo en personas con deterioro cognitivo.


Apoyo emocional para cuidadores

Ver a un ser querido dormir todo el día puede ser devastador. La sensación de pérdida, la incertidumbre sobre qué hacer y el agotamiento acumulado son parte del camino.

Es esencial:

  • Reconocer los propios límites.

  • Buscar acompañamiento profesional si es necesario.

  • Compartir las tareas del cuidado con otros miembros o servicios de apoyo.

  • Darse espacios personales de descanso y esparcimiento.

Cuidar a alguien con Alzheimer es una tarea exigente. Para sostener el cuidado a largo plazo, también hay que cuidarse a uno mismo.

H2. Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Es normal que una persona con Alzheimer duerma casi todo el día?
En etapas avanzadas puede ocurrir, pero siempre debe evaluarse si hay causas médicas, ambientales o emocionales que lo están favoreciendo.

¿Qué hacer si duerme durante el día y está despierto en la noche?
Regular la exposición a la luz, evitar siestas largas y establecer rutinas claras puede ayudar. En algunos casos, puede requerirse evaluación médica.

¿Debo despertarlo si duerme demasiado?
Depende del caso. Si el sueño interfiere con las comidas o las rutinas diarias, es adecuado estimularlo suavemente para mantener cierta actividad.

¿Puede ser efecto de los medicamentos?
Sí. Muchos fármacos usados en el tratamiento del Alzheimer provocan sedación. Es clave revisar la medicación con el médico.

¿Dormir todo el día significa que el Alzheimer está empeorando?
No necesariamente, pero puede ser un signo de progresión. También puede indicar otros problemas de salud que deben abordarse.

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