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¿Calor en personas mayores? ¡Mantenlos siempre hidratados!
El verano es una época de disfrute y de relax, pero puede ser muy dura para ciertos grupos que no están preparados para soportar altas temperaturas como las que se registran en estos días.
Dentro de este grupo sujeto a protección encontramos a nuestros mayores, a los que debemos prestar una especial atención para que se mantengan en todo momento frescos e hidratados.
Además de atender a todos los consejos para prevenir golpes de calor entre los que se incluyen evitar las horas centrales del día, tener la casa bien ventilada y no esperar nunca a que tengan sed o pidan beber agua, debemos poder por nuestra cuenta proporcionarles las opciones adecuadas para que se mantengan hidratados, ¿Cómo? A continuación os ofrecemos 3 consejos.
3 consejos para evitar la sensación de calor en personas mayores
#1 Cuidado con lo que beben
Hay un mantra que tenemos que tener siempre presentes: el agua es lo único que quita la sed y nos mantiene hidratados. Por ello, si no queremos cansar a nuestros mayores ofreciéndoles agua a cada minuto sin darles otras alternativas que les resulten más de su agrado, debemos tener la precaución de que esas bebidas tengan en el agua su mayor base.
Esto es importante porque en ocasiones confundimos la acción de beber con la acción de hidratarnos. Ya no hablamos únicamente de bebidas alcohólicas como no recomendables, sino también las carbonatadas o excesivamente azucaradas, así como únicamente hidratarnos o abusar de zumos aunque sean naturales (los zumos se procesan en nuestro organismo de igual forma que los alimentos sólidos)
¿Alternativas al agua que puedan resultar atractivas? Las aguas saborizadas sin azúcares o que realicemos nosotros mismos (añadiéndole al agua natural limón, rodajas de pepino, etc.), así como las infusiones frías y los granizados de fruta natural siempre que se pueda soportar la sensación fría que producen.
#2 Cuidado con los fármacos
Una circunstancia que no solemos tener en cuenta en estos casos o que no siempre prestamos la atención que merece es a la toma de medicamentos.
Los diuréticos reducen en gran parte la reserva de líquidos de nuestro cuerpo, por lo que debemos compensarla proporcionando en mayor medida la ingesta de líquidos a nuestros mayores tras sus tomas.
Otro grupo de fármacos que producen efectos secundarios similares son los antihipertensivos y los que actúen sobre el sistema nervioso central.
#3 Comidas ligeras no es igual a comidas escasas
Uno de los consejos que más presente se tiene para evitar la deshidratación y los golpes de calor en personas mayores es que apliquemos también estas buenas prácticas en cuidados dietéticos, y dentro de éstas, se insiste constantemente en que las comidas sean ligeras.
Una comida ligera no significa que sea poco abundante, sino que evite digestiones pesadas: podemos plantear una alimentación sana, nutritiva y sin renunciar al sabor mediante productos que aporten frescor como las ensaladas, los gazpachos, pescados azules, etc.
La clave para que una comida ligera no sea sinónimo de comida aburrida o poco apetecible, es ser creativos con las propuestas: el gazpacho es delicioso de forma tradicional, pero podemos variarlo mediante recetas en las que se incluyen las sandías, las fresas e incluso las grosellas para no cansar a nuestros mayores con su recomendable ingesta. De igual forma, las ensaladas se pueden alegrar si la combinamos con productos como la caballa, el salmón, frutas tropicales, etc.
En definitiva la clave para evitar el calor en personas mayores está en controlar que en ningún caso se produzca en ello la sensación de sed (no siempre nos alertarán de ello o se darán cuenta por sí solos) y ofrecerles alternativas para que se hidraten por ellos mismos sin que lo vean como una necesidad.
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