Fracturas vertebrales en personas mayores

Los dolores de espalda son comunes en las personas mayores; sin embargo, en algunos casos pueden ser la señal de algo más grave, como una fractura vertebral o aplastamiento de vértebras. Este tipo de lesiones son comunes en edades avanzadas, tanto por caídas o golpes como por enfermedades como la osteoporosis, que debilita los huesos con el paso del tiempo. Identificar los síntomas a tiempo y acudir al médico es fundamental para evitar secuelas y recuperar la movilidad.

En este artículo te explicamos qué son las fracturas vertebrales, sus tipos, factores de riesgo, síntomas, tratamientos y cómo prevenirlas.

¿Qué es una fractura vertebral?

Una fractura vertebral —también llamada aplastamiento vertebral— es una rotura o colapso parcial de una de las vértebras que forman la columna. Puede afectar a una o varias vértebras y producirse en cualquier zona de la espalda, aunque es más frecuente en la región lumbar (L1-L5) y dorsal baja (D12).

En las personas mayores, este tipo de lesiones se debe principalmente a la osteoporosis, que hace que los huesos se vuelvan frágiles y puedan fracturarse incluso con pequeños esfuerzos, malas posturas o un simple tropiezo. Sin embargo, también puede deberse a golpes o caídas, y en algunos casos, a enfermedades que afectan directamente al hueso.

Tipos de fracturas vertebrales

Existen diferentes tipos de fracturas vertebrales según su origen. Las dos más frecuentes en personas mayores son las fracturas osteoporóticas y las fracturas traumáticas.

Fractura osteoporótica o aplastamiento vertebral

Este tipo de fractura es la más común en ancianos y se produce por la pérdida de densidad ósea provocada por la osteoporosis. La vértebra se aplasta o colapsa parcialmente, lo que provoca dolor, pérdida de altura y en algunos casos una curvatura anormal de la espalda (cifosis).

Algunos de los principales factores de riesgo son:

• Antecedentes familiares de osteoporosis o fracturas.
• El sexo: las mujeres tienen una mayor tendencia a tener osteoporosis.
• La edad: hay una mayor probabilidad a partir de 50 años.
• Dieta pobre en calcio y vitamina D.
• Sedentarismo o inactividad física.
• Consumo de tabaco o alcohol.
• Uso prolongado de corticoides u otros medicamentos que debilitan los huesos.

No tener ninguno de estos factores no significa estar libre de riesgo, y tener varios no implica necesariamente padecer osteoporosis. Por eso es importante realizar controles médicos regulares para evaluar la salud ósea.

Fractura traumática

Las fracturas traumáticas se deben a golpes o caídas que ejercen una presión excesiva sobre la columna vertebral. En personas mayores, estos traumatismos pueden producirse incluso con movimientos cotidianos, un resbalón, un estornudo brusco o una mala postura.

Aunque los huesos estén aparentemente sanos, la edad y la disminución de reflejos, equilibrio y masa muscular aumentan la vulnerabilidad ante este tipo de lesiones.

Factores de riesgo de fracturas vertebrales

El envejecimiento es el principal factor de riesgo, ya que con los años los huesos se vuelven más frágiles y los músculos pierden fuerza. Sin embargo, hay muchos otros factores que pueden aumentar la probabilidad de sufrir una fractura vertebral:

• Vejez: los huesos pierden densidad con el paso del tiempo.
• Osteoporosis: fragiliza la estructura ósea, haciendo que cualquier golpe pueda causar una rotura.
• Déficits alimenticios: la falta de calcio, vitamina D o proteínas afecta directamente la salud del hueso.
• Sedentarismo: debilita los músculos y reduce el soporte de la columna.
• Medicamentos que debilitan el hueso: como los corticoides.
• Pérdida de visión o equilibrio: aumenta el riesgo de caídas.
• Consumo de tabaco y alcohol: afecta la absorción de calcio y la formación de tejido óseo.

En las personas mayores es frecuente que se acumulen varios de estos factores, lo que incrementa el riesgo de sufrir una fractura vertebral por caída o incluso sin un golpe aparente.

Síntomas de las fracturas de vértebra

Las fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas, ya que muchos adultos mayores asocian el dolor de espalda a la edad. Sin embargo, hay señales que deben alertarnos de que puede tratarse de una fractura o acuñamiento vertebral:

• Dolor agudo o punzante en la parte baja o media de la espalda.
• Dolor que aumenta al caminar o al mantenerse de pie.
• Pérdida de altura.
• Curvatura irregular de la espalda (cifosis).
• Rigidez o dificultad para moverse.
• Fatiga muscular.
• Dolor al toser, agacharse o hacer esfuerzos leves.

En casos graves, puede haber también dificultades respiratorias o pérdida de movilidad si la fractura afecta a nervios o médula espinal.

¿Cuándo ir al médico?

El dolor de espalda es común en personas mayores, pero si aparece de forma repentina, intensa o se mantiene varios días, es necesario acudir al médico. Ignorar los síntomas puede agravar la lesión y generar secuelas permanentes, como la deformidad vertebral o la incapacidad permanente por fractura vertebral.

El médico realizará un examen físico y pruebas de diagnóstico, como radiografías, resonancia magnética o densitometría ósea, para determinar si existe una fractura y cuál es su gravedad.

Tratamiento para fractura vertebral

El tratamiento dependerá del tipo y gravedad de la fractura, así como del estado general del paciente. El objetivo es aliviar el dolor, estabilizar la columna y evitar nuevas fracturas.

Tratamiento no quirúrgico

En muchos casos, se opta por un tratamiento conservador que incluye:

• Reposo moderado: para aliviar el dolor sin prolongar la inmovilidad.
• Analgesia: uso de medicamentos para controlar el dolor.
• Corsé ortopédico: ayuda a mantener la columna estable y reducir la presión sobre la vértebra afectada.
• Fisioterapia: ejercicios adaptados para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.
• Fármacos para la osteoporosis: para prevenir nuevas fracturas.

Vertebroplastia

Consiste en la inyección de un cemento óseo dentro de la vértebra fracturada para estabilizarla. Es una técnica mínimamente invasiva que proporciona alivio rápido del dolor y mejora la movilidad.

Cifoplastia

Similar a la vertebroplastia, pero antes de inyectar el cemento se introduce un pequeño globo que se infla para recuperar parte de la altura de la vértebra colapsada y corregir deformidades.

Elastoplástica

Utiliza un material flexible en lugar del cemento rígido, lo que permite cierta movilidad y elasticidad en la vértebra tratada. Es una opción más moderna en casos de fracturas múltiples o en pacientes frágiles.

Fusión de vértebras

Indicada en los casos más graves, esta cirugía une dos o más vértebras mediante injertos óseos o dispositivos metálicos para estabilizar la columna. Requiere un proceso de recuperación más largo, pero ofrece buenos resultados en fracturas inestables.

Prevención de las fracturas vertebrales

Prevenir las fracturas vertebrales es posible con hábitos saludables y medidas preventivas que fortalezcan los huesos y reduzcan el riesgo de caídas. Estas recomendaciones son útiles tanto para personas con riesgo como para quienes desean cuidar su salud ósea a largo plazo.

Dieta

Una alimentación equilibrada rica en calcio y vitamina D es clave para mantener huesos fuertes. Los lácteos, pescados azules y verduras de hoja verde son grandes aliados. Además, conviene evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.

Suplementos

Cuando la dieta no aporta suficiente calcio o vitamina D, el médico puede recomendar suplementos para reforzar la salud ósea y prevenir el aplastamiento vertebral por osteoporosis.

Ejercicio adaptado

El ejercicio regular, incluso caminar cada día o realizar estiramientos suaves, ayuda a fortalecer los músculos que sostienen la columna y mejora el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas.

Prevención de caídas

La medida más efectiva para evitar las fracturas vertebrales es reducir el riesgo de caídas. Adaptar la vivienda con buena iluminación, retirar alfombras sueltas y colocar barras de apoyo puede marcar la diferencia.

Si quieres saber más sobre cómo adaptar el entorno del hogar, te invitamos a leer nuestro artículo "Qué hacer para evitar caídas en ancianos".

Las fracturas vertebrales en personas mayores son una lesión seria pero prevenible. Con diagnóstico precoz, tratamiento adecuado y rehabilitación constante, es posible recuperar la movilidad y mantener la autonomía. Cuidar la salud ósea, prevenir caídas y seguir las indicaciones médicas son las claves para una recuperación segura y una mejor calidad de vida.