Miedo durante el rol de cuidador

Este verano te acompañamos con la gestión de tus emociones, ya lo hemos hecho con la rabia, lo haremos con la tristeza en un artículo próximo y en el post de hoy nos ocupamos del miedo.

El miedo es una emoción primaria que sentimos cuando percibimos que algo es amenazante, es por lo tanto una respuesta instintiva que nos ayuda a mantenernos a salvo. En un artículo anterior, al que puedes acceder por medio de este enlace, te explicábamos las diferentes fases del miedo.

En tu rol de cuidador seguro que has percibido muchas situaciones como amenazantes, algunas lo son y otras no tanto. Los miedos que solemos sentir como cuidadores son:

  • Pensar que no vamos a hacerlo bien, que podemos equivocarnos a la hora de preparar la medicación, de administrarla, o de realizar los diferentes cuidados.
  • Como no tenemos control sobre el estado de salud de la persona a la que cuidamos tenemos miedo a que la enfermedad gane terreno.
  • Solemos tener miedo a no ser capaces de aguantar la presión, física y psicológica, que conlleva cuidar, así tenemos miedo a ser nosotros los que enfermemos, a no poder seguir cuidando, etc.
  • Si hemos vivido alguna situación desagradable, como puede ser una caída en la ducha o un atragantamiento cuando dábamos la comida por ejemplo, es normal que estas situaciones nos generen inseguridad.

Para gestionar el miedo lo primero que tenemos que hacer es validarlo, es decir permitirnos sentirlo. El siguiente paso es analizar si este miedo es real o irreal, hacernos preguntas que nos ayuden a desmontar el miedo puede hacernos sentir mejor, tomando los ejemplos anteriores podríamos preguntarnos:

  • ¿Qué certeza tengo de que puede volver a caerse en la ducha, o de que se va atragantar de nuevo?
  • ¿Estoy realmente seguro de que no estoy haciendo bien mi labor como cuidador?
  • ¿Por qué creo que yo voy a enfermar?
  • ¿Qué me aporta pensar que la enfermedad va a ganar terreno y yo no tengo recursos?

Hacernos este tipo de preguntas nos va a permitir racionalizar nuestro miedo, hacer que se vuelva más pequeño y por lo tanto más gestionable.

Una de las pioneras de la enfermería Florencia de Nightingale definía la labor de las personas que cuidan de otras personas como “el arte de poner al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza actúe sobre ellos”. Antes de despedirnos, queremos deciros que estamos seguros de que tenéis mucho arte como cuidadores y estáis haciendo muy bien esa labor, así que permitiros sentir un miedo menos.

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