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¿Cómo prevenir las úlceras por presión? (decúbito)
Si te ocupas del cuidado de una persona encamada ya sabes lo importante que es saber prevenir la aparición de las úlceras por decúbito o úlceras por presión. ¿Recuerdas qué son? Te recomendamos que leas el siguiente artículo para saber qué son, cómo evitarlas o cómo tratarlas si ya han aparecido.
Según el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento de Úlceras por Presión y Heridas Crónicas de España (GNEAUPP) las lesiones por presión se producen como consecuencia del aplastamiento de los tejidos corporales cuando la persona permanece inmóvil sobre una superficie relativamente dura (cama, sillón, silla de ruedas, etc). Se clasifican en cuatro estadios. Se denomina estadio 1 a la piel roja que no palidece al presionarla, es decir que el color rojo se mantiene. En pieles oscuras además del color rojo puede aparecer también color azulado o morado. Que aparezca esta coloración roja es un signo de alarma que debe ser tratado de inmediato si no queremos que evolucione hacia estadios más avanzados. En el estadio 2 ya hay una úlcera, pero sólo se afectan las capas más externas de la piel, por lo que su aspecto es el de una úlcera superficial con el fondo sonrosado. De mantenerse la presión sobre la zona, la úlcera puede progresar hacia categorías 3 y 4. En el estadio 3 ya se afecta la grasa subcutánea y en el 4 el músculo, pudiendo quedar incluso el plano óseo expuesto. En estas dos últimas categorías la úlcera es más profunda, suele tener tejido necrótico (muerto) y pueden complicarse con infección. Debemos extremar los cuidados preventivos así como tratar las úlceras en los primeros estadios para evitar estas situaciones.
¿Por qué aparecen las úlceras?
En la aparición de las lesiones por presión (LPP) intervienen muchos factores, pero la causa principal es la presión mantenida sobre los tejidos lo que lleva al colapso de la circulación y, consecuentemente, a una deficiente oxigenación y nutrición provocando la destrucción de esos tejidos y la aparición de la lesión. Hay otros factores que hacen que los tejidos sean menos resistentes a estas presiones de forma que con poca presión y/o poco tiempo de inmovilidad aparezca la úlcera. Son la edad avanzada, la desnutrición, problemas cutáneos (piel sometida a humedad, piel deshidratada, dermatitis), la diabetes, enfermedades respiratorias o circulatorias muy avanzadas, por ejemplo.
¿Cómo podemos prevenir las lesiones por presión?
Las lesiones por presión(LPP)son producto de una deficiente circulación sanguínea en un área de nuestro cuerpo que permanece bajo presión durante un elevado periodo de tiempo. Son evitables en la mayoría de los casos siguiendo unas recomendaciones muy concretas, ¿pero cuáles?Las siguientes buenas prácticas pueden ayudarte a prevenirlas:
- Examinar el estado de la piel de la persona dependiente al menos una vez al día: El objetivo es detectar signos de alarma o LPP en estadios incipientes (estadios 1 y 2) para extremar las medidas preventivas y así evitar la progresión del daño. Pon especial atención en aquellas zonas vulnerables por estar sometidas a mayor presión como son las zonas de apoyo (sacro, glúteos, caderas, talones, tobillos, cabeza, orejas…).
- Mantener la piel limpia y seca: Realizar la higiene de la piel con jabón respetuoso con el pH, aclarar con agua limpia y secar. En las áreas más frágiles como ingles, axilas o bajo las mamas, seca sin friccionar (por empapamiento).
- Proteger la piel expuesta a humedad excesiva: Como es el caso personas con incontinencia urinaria y/o fecal. Podemos hacerlo con productos a base de óxido de Zinc que crean una “barrera” que aísla la piel de la humedad. Recuerda que la piel afectada por la humedad es más propensa a desarrollar LPP ante situaciones de presión sobre esa zona.
- Aplica ácidos grasos hiperoxigenados:O aceites protectores en las zonas sometidas a mayor presión como son las prominencias óseas que intervienen en el apoyo. Aplica extendiendo suavemente, sin masajear.
- Usar elementos que alivien la presión: Es importante que la persona descanse sobre un colchón antiescaras adecuado. Acude a un profesional sanitario para que te aconseje el que mejor se adapte a las características de la persona a la que cuidas. Cuando se siente, también debe hacerlo sobre cojines especiales que logren disminuir la presión sobre la zona, los cojines de viscoelástica suelen ser una buena opción. Los flotadores o cojines en forma de “rosco” están contraindicados, empeoran la situación. Puedes utilizar además apósitos protectores de espuma en sacro y talones, las dos zonas donde aparecen LPP con mayor frecuencia.
- Fomentar la actividad y movilidad: Todo lo que sea posible.
- Realizar cambios posturales: Es la recomendación más importante cuando ya hay mucho nivel de dependencia, debe realizarse incluso cuando tengamos colchón antiescaras. Mientras la persona permanece en cama, cambia su posición a intervalos regulares (cada 2-4 horas) para no someter a presión siempre la misma zona corporal. Cuando la coloques de lado, no la gires demasiado, evita colocarla sobre el trocánter (la cadera), es suficiente con girarla 30 grados.Al realizar los cambios posturales no arrastres a la persona sobre la ropa de cama, puedes utilizar elementos específicos que facilitan la movilidad como sábanas de transferencia o deslizantes, ayudará a la persona a la que cuidas y a ti.
- No elevar el cabecero excesivamente:Una inclinación de más de 30º aumenta la presión sobre la zona de los glúteos, sacro y coxis, favoreciendo que aparezcan lesiones en esas localizaciones.
- Asegura una nutrición e hidratación adecuada: Proporciona una dieta variada y completa. Si observaras problemas de deglución o muy baja ingesta, acude a su médico, puede requerir otras actuaciones complementarias.
¿Cómo podemos tratar las lesiones por presión?
Si a pesar de tu esfuerzo preventivo aparece alguna lesión por presión, lo recomendables es que acudas a un profesional sanitario. Hazlo cuanto antes, cuando detectes la lesión en estadío 1 o 2, ya que pueden evolucionar hacia categorías más profundas si no se realizan los cuidados pertinentes. Habrá lesiones que puedas tratar tú siguiendo las indicaciones de este profesional, como las de categoría 1 y 2, pero otras requerirán de sus cuidados directos.
Ten siempre en cuenta que en el tratamiento de cualquier lesión lo más importante es eliminar la causa que la genera, es decir, aliviar la presión que recibe la zona de la úlcera. Por tanto, si no tenías colchón antiescaras, es el momento de adquirirlo, evita situar a la persona sobre la lesión y, en los cambios posturales, no incluyas la posición en la que se comprometa la úlcera hasta que ésta esté completamente cicatrizada.
BIBLIOGRAFÍA:
1.European Pressure Ulcer Advisory Panel, National Pressure Injury Advisory Panel and Pan Pacific Pressure Injury Alliance. Prevención y tratamiento de las lesiones/úlceras por presión. Guía de consulta rápida (edición en español). Emily Haesler (Ed.). EPUAP/NPIAP/PPPIA: 2019.
2.Consellería de Salut. Servicio de Salud de las Illes Baleares. Prevención y tratamiento de las úlceras por presión. Consejería de Salud. 2018
3.Consejería de Salud. Servicio Andaluz de Salud. Estrategia de Cuidados de Andalucía. Moya Suárez AB (coordinadora). Guía FASE para la prevención de las úlceras por presión. Servicio Andaluz de Salud. 2017
4.Dirección Regional de Desarrollo e Innovación en Cuidados. Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud. Guía pre prevención y cuidados de las úlceras por presión para personas cuidadoras. Información para pacientes y personas cuidadoras.
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